10. La ironía del destino.

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Llegó un silencio cargado de tensión, interrumpido solo por el sonido lejano del río y el crujir de las hojas bajo sus pies

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Llegó un silencio cargado de tensión, interrumpido solo por el sonido lejano del río y el crujir de las hojas bajo sus pies. Hikari, entre la presión de la situación y su deseo de evitar un conflicto mayor, se mantuvo en el centro, buscando frenar el inevitable enfrentamiento.

—Madara, Tobirama no es una amenaza.— insistió Hikari, con voz firme pero calmada, tratando de apaciguar el aura de peligro que se había formado entre ellos.

Madara, con su mirada fija en Tobirama, no bajó su guardia, sintiendo su adrenalina correr.

—Hikari, no deberías estar junto a él. ¿Qué estás haciendo?— exclamó, su tono denotaba frustración y preocupación.

Tobirama, aún con su kunai en mano, no mostraba intenciones de atacar, pero su postura defensiva indicaba que no dudaría en hacerlo si la situación lo requería. Sus ojos estaban atentos, analizando cada movimiento de Madara, preparado para reaccionar en caso de peligro.

En medio del tenso momento, la sorpresa invadió el ambiente cuando un niño castaño, con un peculiar corte de cabello de hongo, irrumpió en la escena. Su presencia repentina interrumpió la atmósfera cargada de tensión, dejando perplejos a Madara, Tobirama y a Hikari.

El niño, con la respiración agitada tras su carrera, se dirigió directamente hacia Madara.

—¡¿Por qué te alejaste así?! ¡Estaba siguiéndote mientras te gritaba!— exclamó con evidente preocupación, su tono era de regaño más que despreocupado.

Hikari, observando la interacción entre Madara y el nuevo niño, quedó perpleja. No tenía idea de que Madara tuviera un amigo y mucho menos que fuera de otro clan, ya que el aspecto del niño no coincidía con el de los Uchiha.

—Te dije que no me siguieras, Hashirama.

La seriedad en el rostro de Hashirama era innegable cuando observó la escena entre Madara, su amigo, y Tobirama, su propio hermano.

—Madara, ¿qué está sucediendo aquí?— preguntó Hashirama, su tono firme y serio reflejaba la autoridad de un líder nato. Madara, al escuchar la voz de su amigo, bajó su arma y pareció relajarse al ver a Hashirama, aunque aún mantenía su mirada fija en Tobirama.

Por otro lado, Tobirama, desconcertado por la aparición de su hermano en un lugar tan inesperado y en medio de una situación tan tensa, no pudo contener su sorpresa.

—Hashirama, ¿qué estás haciendo?— cuestionó Tobirama, su mirada reflejaba confusión y cierta indignación por el encuentro inesperado.

El asombro inundó los ojos de Hikari mientras observaba la escena. La ironía no escapaba a su percepción, una extraña mezcla de sorpresa e incredulidad se reflejaba en su mirada.

Ver a su hermano, Madara, el futuro heredero del clan Uchiha, ocultando una amistad con Hashirama, el próximo líder del clan Senju, era algo que jamás se habría imaginado. La situación le parecía irreal y, al mismo tiempo, una extraña ironía del destino.

Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora