19. El juego de las palabras.

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Hikari paseaba por la elegante casa de los líderes Senju, maravillándose por la arquitectura que Hashirama había creado con su habilidad en el estilo madera

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Hikari paseaba por la elegante casa de los líderes Senju, maravillándose por la arquitectura que Hashirama había creado con su habilidad en el estilo madera. Las paredes de la residencia parecían fusionarse con la naturaleza que las rodeaba, brindando un ambiente acogedor. Hashirama, con una sonrisa cálida, la guiaba por los diferentes rincones, compartiendo historias sobre la construcción y su visión para el futuro.

Ambos, comprometidos por el bien de sus clanes, buscaban fortalecer su relación y entenderse mejor antes de formalizar su unión matrimonial. Hikari, consciente de la importancia de esta alianza, se esforzaba por estrechar lazos amistosos con Hashirama, buscando una conexión que trascendiera el pacto político.

Aunque Hikari y Hashirama compartían risas y momentos agradables, existía un matiz de incomodidad en sus interacciones. Mientras paseaban por los jardines exuberantes de la casa Senju, Hikari reflexionaba sobre sus sentimientos. A pesar de la amabilidad y encanto de Hashirama, no podía evitar sentir que algo no encajaba.

Hashirama, por su parte, también experimentaba una sensación similar. Ambos eran conscientes de que su matrimonio estaba más arraigado en la estabilidad política que en un amor romántico. Aunque se esforzaban por construir una conexión genuina, sabían que sus corazones no estaban completamente alineados con la idea de un futuro juntos.

A pesar de reconocer las cualidades admirables de Hashirama, Hikari se encontraba en una encrucijada interna. Era consciente de que un futuro junto a él podría ser próspero y feliz, pero sentía que faltaba algo fundamental. En sus intentos de mantener la conversación, Hikari luchaba contra los silencios incómodos que se instalaban entre ellos. Aunque Hashirama, con su carisma, lograba romper esas pausas, la Uchiha no podía evitar sentir que algo esencial se escapaba de su alcance.

La interacción incómoda entre Hikari y Hashirama fue interrumpida por un miembro Senju que llegó con noticias importantes. Informó a Hashirama sobre la llegada de los señores feudales del país del fuego, quienes buscaban tratar asuntos políticos relacionados con la reciente creación de la aldea. Ante esta situación, Hashirama se vio obligado a dejar a Hikari temporalmente para abordar las cuestiones políticas que requerían su atención.

Mientras Hashirama se dirigía a tratar los asuntos con los señores feudales, Hikari quedó sola en la residencia Senju. Decidió explorar el lugar, admirando los detalles arquitectónicos y disfrutando de las impresionantes vistas que ofrecían los ventanales. La tranquilidad del ambiente contrastaba con los pensamientos intranquilos de Hikari, quien reflexionaba sobre la situación comprometida en la que se encontraba y su incertidumbre respecto al futuro matrimonio.

En su exploración por la residencia Senju, Hikari descubrió un pequeño balcón que ofrecía una vista impresionante de la aldea. Su sorpresa creció al ver a Tobirama de espaldas, contemplando el paisaje.

Con la brisa suave acariciándole el rostro, se acercó al balcón donde Tobirama estaba sumido en sus propios pensamientos. La luz del atardecer teñía el cielo con tonos cálidos, creando un ambiente sereno en aquel rincón de la residencia Senju. Se detuvo a cierta distancia, sin querer perturbar la quietud que envolvía a Tobirama, pero su presencia no pasó desapercibida.

Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora