28. Navegando en aguas inciertas.

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Los rayos del sol filtrándose tímidamente a través de las cortinas pintaban patrones dorados en la habitación de Hikari

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Los rayos del sol filtrándose tímidamente a través de las cortinas pintaban patrones dorados en la habitación de Hikari. La atmósfera, aunque aún llevaba el peso de los días anteriores, parecía más ligera. Hikari se movía con una energía renovada mientras se preparaba para enfrentar el día que se extendía ante ella.

El cambio de planes, la decisión tomada en complicidad con Hashirama, resonaba en su mente. Habían decidido romper con el compromiso político que los unía, permitiéndoles explorar caminos que podrían conducirlos hacia la verdadera felicidad. Un suspiro de alivio escapó de los labios de Hikari mientras ajustaba el nudo de su banda ninja.

El reflejo en el espejo revelaba una sonrisa que había estado ausente durante días. Vestida con su atuendo característico de los Uchiha, Hikari se sintió más conectada con su verdadera esencia. Mientras se abrochaba las sandalias, el pensamiento de la libertad recién descubierta iluminó sus ojos.

El secreto que compartía con Hashirama añadía un toque de emoción al aire. Sabían que la noticia de su ruptura de compromiso sería recibida con sorpresa y posiblemente con resistencia por parte de sus clanes, pero la esperanza de un futuro más auténtico y pleno los impulsaba.

Hikari descendió por las escaleras con la esperanza de encontrar un desayuno reconfortante, pero su expresión se tornó más cautelosa al cruzar la mirada con Madara. El ambiente parecía tenso, como una tormenta latente esperando desatarse.

— Madara. — Su saludo fue contenido, tratando de evaluar la reacción de su hermano. La incertidumbre flotaba entre ellos, y Hikari esperaba que la conversación previa de Hashirama con Madara hubiera surtido efecto.

Madara bajó el libro, fijando su mirada en Hikari. Sus ojos reflejaban una calma que no solía estar presente en sus encuentros recientes.

— Buenos días, Hikari. ¿Cómo te encuentras hoy? — Su tono, aunque educado, revelaba un matiz de amabilidad que no había mostrado en sus últimas interacciones. Parecía dispuesto a dejar de lado, al menos temporalmente, las tensiones que habían plagado sus conversaciones previas.

La sonrisa de Hikari se hizo más evidente al percibir el cambio en la actitud de Madara. Pensó que, quizás, las palabras de Hashirama realmente habían tenido un impacto positivo.

— Buenos días, Madara. Me alegra verte de esta manera. — respondió Hikari con sinceridad, guardando la esperanza de que la atmósfera en su hogar se mantuviera en calma.

Madara volvió a su lectura, pero esta vez con un semblante más tranquilo. Con un suspiro amable, dirigió a Hikari unas palabras con un tono burlesco.

— Por favor, hermana, ya no necesito más sermones. Hashirama ya se encargó de eso. — comentó con una pequeña sonrisa, dando a entender que estaba dispuesto a dejar atrás las tensiones del pasado.

Hikari continuó con su rutina matutina, feliz por la aparente disposición de Madara a cooperar. Sin conocer los detalles de la conversación entre su hermano y Hashirama, estaba contenta de verlo más relajado. Mientras preparaba algo rápido para desayunar, sus tarareos llenaban la cocina, reflejando la alegría que sentía en ese momento.

Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora