En una época antigua y tumultuosa, cuando los clanes Uchiha y Senju se encontraban enfrascados en una brutal guerra, surge una historia de amistad inesperada entre dos niños destinados a ser enemigos. Hikari Uchiha, la hija del líder del clan Uchiha...
Los Fanarts, como el de acontinuación y los que usaré en los siguientes capitulos son de total propiedad @/mananeez en deviantArt e Instagram. Ella me ha dado permiso de usarlos para darles a ustedes una representaciónvisual de Hikari. (El nombre original del Oc es Tazuyo Uchiha)
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Hikari caminó inquieta por los pasillos de su hogar, la oscuridad acentuando sus pensamientos tumultuosos. La sensación de ser juzgada por su propio hermano y su clan la perseguía como una sombra. El silencio de la noche solo era interrumpido por el tenue sonido de sus pasos y sus suspiros cargados de frustración. La habitación, una vez llena de calidez, ahora parecía fría y distante. La líder Uchiha se sentía atrapada en un dilema que amenazaba con desmoronar la tranquilidad que había construido.
La preocupación de Hikari se acentuaba mientras reflexionaba sobre la compleja dinámica con su hermano Madara. Aunque confiaba en la lealtad de su clan, la sombra de la desconfianza se cernía sobre Madara. La conexión que Hashirama mantenía con él parecía ser el único hilo que evitaba que la relación entre los Uchiha y los Senju se desmoronara. Hikari temía que, tarde o temprano, las tensiones acumuladas pudieran desencadenar una explosión, poniendo en peligro la frágil paz que intentaban construir.
El peso del liderazgo recaía sobre Hikari, y aunque estaba decidida a ser la voz de su clan, la incertidumbre sobre las verdaderas intenciones de Madara la inquietaba. Mientras caminaba por los pasillos de su hogar, sentía la responsabilidad de mantener la calma entre los Uchiha y al mismo tiempo proteger los lazos entre los clanes. Sabía que Madara era un elemento impredecible, guiado por sus propios planes secretos, lo que complicaba aún más la situación.
Sintiéndose incómoda en su propio hogar, decidió abandonar la casa en busca de un refugio emocional. Sus pasos la llevaron instintivamente a los senderos de la aldea, donde la oscuridad de la noche envolvía todo. Caminó por senderos familiares, rumbo a un lugar que conocía como la palma de su mano. La luna iluminaba su camino, proyectando sombras que evocaban recuerdos de tiempos más simples y menos tumultuosos.
Buscando consuelo y refugio, decidió dirigirse al hogar de los Senju, donde sabía que encontraría a Tobirama. La noche envolvía la aldea con su manto oscuro mientras caminaba hacia la residencia de los líderes de la alianza.
Con paso firme, se acercó a la fachada de la casa Senju y, utilizando su habilidad en el control del chakra, comenzó a ascender por la pared con agilidad y destreza. La frescura de la noche acariciaba su rostro mientras escalaba hacia la ventana del segundo piso, la cual sabía que conducía a la habitación de Tobirama. Aunque parte de ella se sentía culpable por irrumpir en la tranquilidad de la noche, una urgencia interior la impulsaba a seguir adelante.
Con movimientos delicados, Hikari extendió la mano y tocó suavemente la ventana de la habitación de Tobirama. Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, esperó en silencio, preguntándose si él ya estaría dormido a esa hora de la noche. Si Tobirama se encontraba descansando, no quería perturbar su sueño, pero si estaba despierto, sabía que podría escuchar su suave llamado a través del cristal.
