Tobirama condujo a Hikari por el empedrado camino que llevaba al orfanato. El edificio, de madera resistente pero sencillo, se erguía con humildad entre la vegetación. Al entrar, el aire se llenó del sonido animado de los niños jugando en el patio.
Las habitaciones del orfanato estaban decoradas con colores cálidos y motivos reconfortantes. Las paredes mostraban dibujos infantiles, creando un ambiente alegre y hogareño. Hikari notó la vitalidad y energía de los niños mientras se movían con alegría de un lado a otro.
Hikari, consciente de la responsabilidad que le esperaba, absorbió el entorno, comprometiéndose a brindarles la estabilidad y el cuidado que aquellos niños merecían. Comprendió que encargarse del orfanato sería una de las tareas que la esperaban como futura esposa del Hokage.
Entre los risueños niños que llenaban el orfanato, las edades oscilaban principalmente entre los 4 y 8 años. Las risas y los sonidos de juguetes llenaban el aire, creando una atmósfera animada y llena de vitalidad. Niños curiosos correteaban de un lado a otro, compartiendo risas y secretos infantiles.
Sin embargo, en medio de la bulliciosa actividad, destacaba un pequeño cunero donde reposaba un bebé tranquilo. Sus ojos curiosos observaban el ajetreo a su alrededor, una presencia silenciosa en medio del bullicio. La dulce inocencia de aquel bebé contrastaba con la energía desbordante de los niños mayores, añadiendo un toque de serenidad al vibrante ambiente del orfanato.
El pequeño bebé, apenas con unos pocos meses de vida, se convirtió en el foco de atención de Hikari. En su cunero, luchaba con la adorable tarea de mantener su frágil cabecita levantada, mientras exploraba el mundo a su alrededor con ojos curiosos. Sus pequeñas manitas, aún en pleno descubrimiento, se dirigían a su boca, mostrando la simplicidad y pureza de su edad temprana.
Con balbuceos tiernos y risitas inocentes, el bebé se entretenía en su propio universo, ajeno al ajetreo de los niños mayores que corrían y jugaban a su alrededor. Hikari, con una sonrisa suave, se acercó al cunero, encantada por la dulce presencia del más joven en el orfanato.
Hikari acarició con suavidad la barriguita del bebé, provocando risitas adorables que llenaban el aire. Ante esa respuesta tan enternecedora, no pudo resistirse a tomar al pequeño en sus brazos con extremo cuidado, acunándolo con un afecto maternal. Sin embargo, al observar más de cerca, notó algo que atrajo profundamente su atención: el bebé llevaba el logo del clan Uchiha bordado en su mameluco.
Esa revelación impactó a Hikari, haciendo que su corazón se conmoviera al darse cuenta de que este bebé, con ojos oscuros y cabello de un negro profundo, era un miembro de su propio clan que había perdido a sus padres a una edad tan temprana.
—Kagami Uchiha.— dijo una mujer, ayudante del orfanato refiriéndose al nombre del bebé. —El más tranquilo y joven de todo este lugar.
La mujer soltó una risita mientras apuntaba al resto de niños que llenaban la sala con sus risas y juegos animados. Algunos se disputaban juguetes, mientras que otros corrían de un lado a otro, creando un bullicio reconfortante que llenaba el espacio con vitalidad y alegría. Era evidente que, a pesar de las circunstancias, el orfanato se convertía en un hogar cálido y animado para aquellos pequeños.
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Amor en guerra. (Tobirama Senju Y Tú)
FanfictionEn una época antigua y tumultuosa, cuando los clanes Uchiha y Senju se encontraban enfrascados en una brutal guerra, surge una historia de amistad inesperada entre dos niños destinados a ser enemigos. Hikari Uchiha, la hija del líder del clan Uchiha...