El ruido de la puerta lo despertó abruptamente, Pablito llegaba arrastrando los pies mientras se dirigía a su habitación y se encerraba sin dar mención de que había hecho anoche, Gustabo maldijo en voz baja, reviso la hora y notó que era bastante tarde, había dormido demasiado que casi le daba medio día allí. Se levantó con pesadez y reviso la habitación en donde Horacio estaba, el aún dormía y conociéndolo, si nadie le despertaba, el simplemente no lo haría, además había tenido días malos y sinceramente merecía de un buen descanso.
Se lavo el rostro y busco algo que comer, llevaba bastante sin probar bocado, encontró algo de pan y queso, con ello podría hacerse un sándwich rápido y calmar su hambre. Escucho la puerta y se asomó un poco, notó que se trataba de Emilio y suspiro, anoche habían quedado para ir al Vanilla, ni siquiera recordaba que lo había pedido.
—Gustabo.
Salió de la cocina cuando esté lo llamo. —Estoy aquí.
—¿Estás listo?
—Si, voy en un momento.
Dio los últimos bocados a su sándwich y se dirigió una vez más a la habitación en donde estaba Horacio, quiso despertarlo, pero se detuvo en cuanto cayó en cuenta de lo que iría a hacer. No quería que Horacio supiera de su "empleo" sabía que lo seguiría y conocía el pasado de su amigo, había caído en el mismo embrollo y las cosas para el no fueron fáciles, no quería que viviera lo mismo una vez más, sobre todo porque Horacio tenía visión a futuro, tenía metas que deseaba cumplir y el no quería truncarlo, deseaba apoyarlo y ayudarlo a cumplir todo deseo, el nunca fue tan inteligente como Horacio, sabía que el de cresta tendría un mejor futuro si ambos iban por su cuenta, pero no lo dejaría del todo solo; soltó un suspiro y volvió a cerrar la puerta, dirigiéndose a donde Emilio estaba esperándole.
—Listo, vámonos.
—¿Horacio no vendrá?
—No, no el de momento no sabe de esto. Por favor no le comentes nada.
—Como gustes, mira que el crestitas agarraría buenos clientes. Pero no me meto, vámonos que después tengo que ir a visitar a un compita.
Gustabo no dijo nada sobre su comentario y solo lo siguió. Ambos salieron de casa y se montaron en el coche, el camino fue bastante silencioso, el rubio solo podía mantener su mirada hacía la ventana, el camino y todo lo que sus ojos azulados pudieran captar. Tenía muchos nervios, pero no sé acojonaría ahora, ya había decidido su destino y sinceramente no tenía ganas de echarse para atrás, no quedaba más que seguir con su plan o lo que sea que estaba haciendo ahora.
Al llegar ambos bajaron del coche y entraron por una puerta trasera, un hombre bastante amigable los recibió. Emilio los dejo a solas, ya que al parecer tenía prisa y Gustabo sabía que no era precisamente algo bueno, la vestimenta de Emilio cantaba otra cosa.
—Emilio me habló de ti, debo admitir que eres bastante atractivo, seguramente atraerás buenos clientes. Mira te explico, todos nuestros trabajadores tienen que llegar a una cuota semanal, 3,000 pavos, nosotros nos quedamos con la mitad y ustedes con la otra, esto aplica solo para bailarines, camareros y claro que el trabajo sexual entra en estas dos categorías.—Le indico a Gustabo que lo siguiera, guiandole por el lugar.—Tienes a elegir si estar con un cliente o no, pero debes ser consciente de que si eliges estar con ellos, debes cumplir con la cuota.
—A ver, es decir; si no quiero acostarme con ellos, ¿Tengo que llegar a la cuota de 3,000 aún así?
—No, se te da un único salario, ya sea de camarero o bailarín.
—¿Y de cuánto estamos hablando?
—Son 800 pavos.
—Joder no está mal, pero 1,500. . .
—Ya, muchos prefieren la cuota, ¿Por qué? Porque tienes que llegar a lo estipulado el viernes, los fines de semana puedes trabajar, pero no directo o dentro del Vanilla, sino allá afuera, esto. . . Sería más prostitución que otra cosa, ¿Me entiendes?
—Joder, ¿Y que hay con el dinero que gane?
—Ese es todo tuyo, nosotros permitimos que ustedes puedan tomar clientes desde afuera, no los echaremos, solo mandamos a tomar por culo a los que no sean trabajadores de aquí, pero si la poli les detiene, nosotros no podemos respaldarlos. Eso solo aplica si sucede dentro del establecimiento, tenemos todo en regla, habitaciones, contratos en donde los empleados dan su consentimiento.
Gustabo quedó sorprendido, aquello si que era un negocio de puta madre, si bien le iba, podía ganar más desde afuera, su única preocupación sería la llegada de la policía y toparse con Conway, pero aquello no era importante si podía ganas más de 1,500 dólares semanales y solo tenía que dar el culo.
—Pues nada, me quedo.
Su adverso sonrió.—Gustabo, bienvenido seas. Una última cosita, a veces suelen venir gente chunga, ya sabes. . . Mafiosos y esas mierdas, solicitan a quien más les guste y lo siento pero si por casualidad te toca, tienes que atenderos.
—Entiendo, tendré cuidado con eso, que no está tan mal si me van a pagar más también te digo.
Una sonrisa se formó en su rostro.—Me has caído bien y solo por eso, puedes empezar hoy si lo deseas, como es viernes, no te pediré la cuota lógicamente, pero puedes entrar y salir para conocer un poquillo el ambiente que se maneja aquí.
—Hostia, muchas gracias he, que sepas que es el mejor empleo en el que he estado.
—No te arrepentirás, ahora ven conmigo que terminó de mostrarte el lugar y te mostraré tu contrato, ¿Te asigno como bailarín o camarero?
—Mm, creo que por ahora. . . Camarero, eso de la bailada, no se me da muy bien.
—Pues nada, entonces a lo que sigue.
Ambos recorrieron el lugar, era bastante grande, conoció las habitaciones, algunos empleados, la zonas en donde podía quedarse por las noches para atraer clientes, como parking, zonas traseras y delanteras, trato de memorizar cada salida y entrada por si tenía que huir si lo llegará a pillar la policía, debía admitir que se sentía emocionado de saber cómo le iría en su primer día, quizá lograría reunir algo de pasta y comprarse ropa nueva o rentarse una habitación en un hotel, invitar a Horacio a comer a un buen lugar.
Ya sabría conforme pasará el tiempo. Salió del lugar y se permitió tomar un taxi para ir a casa de Pablito, al llegar entró de inmediato y sigilosamente, escucho ruido y supuso que era Pablito.
—¿Gustabo? ¿A donde fuiste?
—Hombree, Horacio mi niño. ¿Descansaste?
—Si, si. Me acabo de preparar un sándwich y estaba por llamarte, pero no me has respondido, ¿A donde fuiste?
—Te tengo una noticia de puta madre, conseguí empleo como camarero, pero es por las noches, así que me iré a dormir un poquito y ya me despertaré más tarde para irme.
—Pero, ¿Por qué no me llevaste contigo? Quizá me podrían dar empleo a mi también. . .
Gustabo se acercó al contrario y lo tomo de los hombros para dirigirlo al sofá y sentarse a su lado.—Vamos a ver, yo quiero que tú pienses en algo que siempre hayas querido, una profesión que a ti te agrade y que sea importante.
—. . . Pues tu sabes que siempre quise ser policía.
—Okay, yo entiendo perfectamente. Entonces, mañana te pones guapo, te duchas, te afeitas un poco y pides cita para pasar oposiciones.
—Pero Gustabo, ¿Qué hay de ti?
—¿Yo? Pues nada, ya sabes que yo siempre he sido un pringado. He decidido empezar una nueva vida y mi objetivo es que tú cumplas ese sueño.
—¿En serio Gustabo? ¡Te quiero! ¡Gracias!
Horacio abrazo al contrario y Gustabo no pudo sentirse más satisfecho, había mentido un poco, pero era lo mejor. Solo esperaba que si Horacio lograba entrar al cuerpo, no se interponga en sus planes o sería bastante difícil evitarlo, mientras iría con cuidado y esperaría a joderle la vida a Conway, aquello apenas estaba comenzando.
Remin
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Amantes | Intenabo | FINALIZADA
Fanfiction-Las promesas se rompen, ¿A qué si? Gustabo y Conway se reencuentran después de años, sus vidas habían cambiado, una mejor que la otra, pero nunca el amor que alguna vez se tuvieron. Gustabo tendrá que soportar vivir con el traumático día de su bo...