Capítulo 24

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La ciudad se había vuelto un completo caos desde el altercado con el policía, había escuchado algo por parte de los miembros de la organización en donde ahora estaba, se había declarado alerta roja y todo civil que portará un arma o agrediera a un oficial, sería baleado o en su defecto detenido. Gustabo conocía ese protocolo, era mejor no aparecerse durante unos días por las calles, se sentía complacido, pues había sido aceptado en una mafia sin que el quisiera entrar realmente, tenía de su lado un arma poderosa que si bien quería, podría usarlo para cualquier situación que quisiera.

Ahora mismo se encontraba en la cama del sublider de aquel grupo de criminales, después de botar el cadáver del oficial en un contenedor de basura cerca de comisaría, regresaron a la mansión para aclarar su situación y festejar el comienzo de su crecimiento como organización criminal y por supuesto que no paso desapercibido pasar esa noche al lado de Armando, aunque no podía dormir aún debido a sus energéticas horas íntimas, si que se permitió descansar mientras el otro dormía y a descansar se refería con su cuerpo, ya que mentalmente estaba muy despierto, sus ojos cansados miraban hacia el ventanal de la habitación, el viento movía lentamente las cortinas y la luz de la luna era tan tenue que podía iluminar a medias la habitación.

No había compartido la cama con nadie más, solo Horacio y Conway habían tenido ese honor hace tiempo, la sensación era extraña, porque los brazos que lo rodeaban eran ajenos a los que estaba acostumbrado, incluso intento removerse para zafarse de él, pero solo logró que su contrario se despertara.

-¿Sigues despierto?

-Aún no quiero dormir.

-Deberías descansar, ¿No te duelen los golpes?

Gustabo sonrió y miro al otro negando. -A este punto ya es muy díficil que algo me duela.

-¿Lo dices por Conway? No creas que no me di cuenta que todo esto lo haces porque alguien más tomo tu lugar en la iglesia.

-No es por eso o quizá en parte si, pero tú solo sabes la introducción de mi libro, te falta mucho por saber el porqué le tengo tanto rencor.

-¿Tan jodido fue?

-Dime tu, yo pensé que aún me quería un poco, pero me equivoque, los años que pase a su lado no significaron nada y solo creo esto, no queda nada de mi, soy totalmente otro.

Armando llevo su mano a su mejilla para acariciarle el pómulo lastimado y pasar su pulgar por su labio inferior.-Que estúpido de su parte. A Partir de ahora te tengo en consideración, no me falles y te ayudaré a hacerle la vida imposible a Conway hasta verlo caer y te prometo que serás tú quien tenga el honor de pegarle un tiro en la cabeza.

Gustabo le sonrió y paso su pierna desnuda sobre la cintura del otro. -Pero, ¿Tu eres un romántico? ¿O esto se lo dices a todos?

-Hombre, ya te digo yo que cualquiera podría llevarte al altar, por eso dije que fue estúpido que Conway te dejará solo, es una lástima.

-Cualquiera, claro. Pero no todos tienen los huevos para cumplir y llegar.

-. . . Yo llegaría.

Ambos se quedaron en silencio mirándose, Gustabo sabía que Armando sería capaz de todo con tal de ver a su enemigo caer, por supuesto que sabía que no tenía sentimientos hacia el, sería absurdo asumirlo y Armando, por supuesto que le encantaría tener a Gustabo de su lado en todos los aspectos, no tenía ese afecto romántico por el, pero le encantaba la idea de que a ambos les provocaba emoción ver caer a Conway y si tener al rubio también era debilidad para Conway, que mejor que tenerlo para él, no le desagradaba la idea, después de todo Gustabo era hermoso e incluso con sus mismos compañeros de mafia tenían esa pequeña discusión de saber, quien podría quedarse con el y prefería ser él quien llevará esa responsabilidad.

-¿Me estas proponiendo matrimonio? ¿O estás siendo espontáneo?

-Ambas. El tema es, ¿Por qué no?

-Pues hagámoslo.

Aquella idea era bastante loca si se ponía a pensar con calma, no le desagradaba, le encantaba que era tan malévola y podía ser beneficiario de tanto poder y no tenía que verse obligado a amarlo, con esta nueva propuesta, estaba entregando a Gustabo García y renace su parte más desquiciada y frívola.

[....]

El anuncio de su compromiso fue rápido, los miembros de "The Union" estaban contentos o al menos la mayoría, querían que el casamiento fuera lo más pronto posible, tenían la pasta, la idea y por supuesto que el lugar, Armando y Gustabo no estaban muy convencidos de que fuera pronto, se sentían despreocupados y sin prisa, al menos esos creyeron, pues nunca tenían en mente que Yun llegará con una petición que los dejaría desconcertados.

-¿Cómo?

-Lo que oíste, quielo a ese hijoputa'. Ya tengo la ruta de su patrullaje, saldlemos mañana en la mañana, preparen el culo.

-¿Y yo también tengo que ir?-Preguntó Gustabo desde su lugar.

Claro! Aceptaste estar aquí y tienes que estal presente en todo.

-Me cago en la puta, yo no quiero ir, ya cumplí trayendo a un poli de mierda.

-¿Ere' gilipollas? Tlajiste un alumno de mielda y eso a mí no me sirve, yo conseguí algo mejor, un comisalio.

Todos entraron en silencio cuando hizo mención de aquello, Gustabo pensó un momento, pero inmediatamente sonrió, por supuesto que le encantaba la idea y sabía que los comisarios eran el punto débil de Conway, eran sus amigos y habían compartido momentos de todo. Soltó un suspiro y luego una suave risilla, todos los presentes lo miraron y Gustabo se cruzó de brazos.

-Yo me apunto.

-Bien, entonces hay que preparar todo, llevemos la furgoneta negra, que Emilio, Manolo y Tonett vayan en ella, yo y Gustabo iremos en un auto aparte, Yun te toca el helicóptero y te llevas a Gringo y a Juanjo. ¿Tienes algún lugar en mente?

Yun soltó una carcajada. -No te adelantes, ya tengo todo planeado, yo no voy en helicóptelo y no será falta, nos vamos al nolte. Mañana les asigno los autos.

Todos miraron la tensión entre Armando y Kalahari, se miraban desafiantes y cuando pelirrojo se dio la vuelta, todo mejoro. A Gustabo le daba igual, realmente lo único que quería era presenciar aquello, si realmente todo les salía bien, que mejor que estar presente para ver una cara conocida; se puso de pie y se estiró para irse a su habitación, el traje colorido que había usado reposaba en su cama y al lado de el, su móvil sonaba, lo tomo y cada llamada era de Horacio y mensajes también, no iba a involucrarlo, pero tampoco se iba a detener si se interponía entre sus planes.

Toda la mafia estaba ajetreada, preparando su armamento, checando cada ruta posible de escape, la estrategia que utilizarían para llevar a cabo el secuestro y que todo saliera de maravilla, tenían poco tiempo y si se preparaban bien, todo saldría a la perfección. Kalahari utilizaría esto para comprobar la lealtad de Gustabo, conocía su historial y sabía que el pasado afectaba, las antiguas relaciones sentimentales siempre debilitan, no importaba cuanto tiempo pasará, algo siempre lograba controlar la capacidad de debilidad por algo.




























Remin

Amantes | Intenabo |  FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora