Por fin sábado. Toda la semana pensando en una cierta chica de cabellos rubios.
Abro lentamente los ojos despejando todos mis pensamientos. Acostumbrado me a la luz que hay en la habitación.
— Buenos días amor mío. — me dice Yuki una vez que estoy levantando de la cama estirando me.
— Buenos días — me dirijo a la puerta de salida.
Yuki se para enfrente a mí. Se lo que quiere pero no tengo ganas y si las tengo con ella no es.
— Yuki, tengo que irme — ella me besa.
Contestó el beso, sintiendo como su lengua abre paso por mi boca. Pero esto no dura mucho porque soy yo quien corta el beso.
— Has tenido una semana difícil.
— masajea mis hombros — ¿Quieres qué te relaje? — apartó sus manos lentamente.— No Yuki, quizás más tarde o después.
— su cara pasa de feliz a enojó en tan solo un momento.— ¿Es por qué ya encontraste a otra zorrita, verdad? — aquí vamos de nuevo. — ¡contesta! — se exalta.
— No, Yuki, no, — digo alejandome de ella — Ya me voy al rato que te calmes hablamos mejor. — se queda parada mirándome.
Salgo de la habitación para ir a la cosina. Me preparo el desayuno rápido y a Yuki también ya que no me cuesta nada.
Subí a bañarme y también a cambiar me para estar listo. Vuelvo a bajar una vez listo.
— Ya me voy Yuki — grito desde abajo — tú desayuno ya está listo — no contesta.
Salgo de la casa y me subo al auto.
Recuerdo la mamada que me hizo
Lauren logrando que con solo pensarla ya estuviera duro.Cuando la ví de camino a la iglesia no fué difícil entrar al confesionario. No es que sea padre es decir, ¿Yo siendo santo? Ni en sueños.
Una idea pasa por mi mente me voy a arrepentir estoy seguro. Y no por el echo de que la pase mal si no por el echo de que la pasaré tan bien que eso será perjudicial para ella.
¿Qué castigo hay por corromper a un inocente ángel?, En primer lugar, ¿Hay algún castigo?.
Cada vez que veo a Lauren me llega la idea de someterla ante mi. No era la primera vez que la veía aquella vez cuando llego a mi oficina. Pero ¡Maldición! Se ve tan sumisa que quiero tenerla. Tan obediente, manipulable, e inocente.
Pero la pregunta que más me invade la cabeza es, ¿Ella aceptará ser mi sumisa?, ¿Ser la santa del profesor?
Al llegar a la escuela. Donde tengo que asegurarme que las chicas estén haciendo a la perfección su trabajo de limpiar la biblioteca.
Entró a la biblioteca encontrándome a la señora Tessa.
— Buenos días — le digo a la señora.
— Las chicas están el pasillo 3A — ruedo los ojos para ir a la dirección.
— ¿Hoy no le dieron verdad? — pregunto con burla pues se que su marido la abandonó y no tiene a nadie más que le cumpla.
Me mira con odio.
¡Pero que molesta!
Camino despacio para encontrarme a la rubia leyendo, en vez de estar limpiando como se debe.
— ¿Entretenida? — Da un salto en su mismo lugar.
— Un poco — evita el contacto visual.
Deja el libro donde lo agarró y continua barriendo.
¿Debería? ¿Qué pierdo con intentarlo?.
— Cuando acabes de limpiar te quiero en mi oficina. — le digo.
Me mira pero al momento desvía la mirada.
— ¿Puedo saber para qué? — para que te vuelvas mi actriz porno personal.
— Tu solo ven. — Noto en su mirada un poco de curiosidad mezclada con miedo.
¿A qué le teme?
Salgo de la biblioteca. Camino a paso ligero. Esperando la hora de que entre a la boca del lobo.
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.Este capítulo es muy corto pero prometo que el siguiente será más largo ¿ok?
Tan solo 604 palabras 🤡
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La santa del profesor
Random¿Y si tú profe de la escuela te corrompe? Por qué cuenta la leyenda que una vez hubo un diablo que se enamoró de un ángel. Mientras que el ángel tocaba el infierno para danzar, el diablo tocaba el cielo cada vez que esté lo hacia. Y es que cuando e...