¿Aziel?

328 11 0
                                    

El vestido blanco resaltaba en su piel  blanca, su cabello caía por su espalda.

El reflejo del espejo mostraba a una joven hermosa, pero unos ojos infelices.

— Te ves hermosa — la rubia solo rodó los ojos.

Dió un largo suspiro alegando se del espejo. Estaba empezando a odiar su reflejo.

— Como sea, ¿Cómo me dijiste que te llamabas? — se sentó hasta el extremo de la cama.

La viejita río.

— No te lo dije pero puedes llamarme Tara.

La chica puso cara de confundida, ¿Tara? ¿Cómo la canción? Tararatata.

Lauren sonrió.

— Lindo nombre — dejó de hablar de golpe.

Lauren quería preguntarle a Tara como era posible que supiera su nombre, además de donde la conocía el supuesto "Niorp" para que quisiera hablar o cenar o lo que fueran a hacer con ella. No era lógico querer estar con alguien que no conocés.

— Ya es hora niña — la rubia se levantó sin ánimos.

¿La dejaría libre? Lo más seguro es que no. Pero si le ruega por su vida tal vez si.

¿A quien engañamos? Solo se les puede rogar a los maestros por una nota y además ni siquiera se doblan ante uno.

— Por si no lo sabes te lo diré, actúa natural — Abrió la puerta.

Lauren se vio tentada a correr pero con el tacón que tenía era casi imposible.

— No actúes como si estuvieras secuestrada. — la chica la miro mal.

— Pero estoy secuestrada — empezaron a caminar escalones abajo.

— Si, si, si, pero tú actúa como si fueras la mujer más feliz del mundo por comer con un hombre rico e importante.

La rubia rodó los ojos. En estos momentos si no estuviera aquí estaría siendo regañada por su profesor, castigada, golpeada o follada por él. Pero sin duda era mejor. No mentira eso era feo.

Al llegar al final de las escaleras  cruzaron un pasillo. Unas puertas grandes impedían el paso para pasar a la cocina donde ahí estaba esperando uno de los hombres más peligrosos.

— Suerte mi vida — Lauren tragó en seco — ah mi niña se me olvidó decirte él tiene un fetiche raro con la sangre.

La chica ni siquiera pudo articular un "¿Qué?" Porque fue empujada por Tara hacia dentro de las puertas sola a su suerte.

El hombre miro como la bella mujer de vestido blanco pegado al cuerpo el cual le hacía una figura exitante, lo miro fijamente estudiando lo.

Camino lentamente hacia ella, la chica seguía estática en su lugar.

Agarró su mano y dejó un beso en está su piel suave y caliente hizo que le diera un cosquilleo en sus labios.

Lauren quien miraba a este hombre como si ya lo hubiese visto antes pero lo que más le mortificaba era, ¿En dónde lo había visto?

— Vamos, ¿O quieres estar aquí toda la noche? — ¿Noche? ¿Ya era de noche?

El hombre de ojos azules la llevo hasta la gran mesa donde estaban muchos platillos, con una presentación muy deliciosa y elegante.

La mirada del ojiazul estaba puesta en la rubia quien permanecía callada viendo a su plato.

— Me enteré que tú comida favorita es el bistec con puré de papa.

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora