Opciones

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— ¿Qué demonios? — Ethan dejó caer el ticket pagado y el cambio.

Corrió todo los que soy pies pudieron. Era inútil ya se habían llevado a Lauren.

¿Quiénes eran? ¿Sus padres?

Empezó a caminar de camino al auto  pero se detuvo en seco cuando a su mente vino Dirmit.

Mierda. Entonces ¿Fueron sus hombres? esto no tenía sentido.

Se sentía enojado, frustrado consigo mismo, ¿Cómo pudo dejarla sola? Su sangre caliente pasaba por todo su cuerpo quemando lo.

¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora?.

Cerro los ojos esperando que su ira se apaciguara de todas maneras no tenía muy bien sus ideas.

A su mente vinieron unos ojos azules.

¿Ojos azules?

Donde los había visto antes.

Abrió los ojos de una, claro en el club ayer. Maldijo entre dientes, ¿Cómo pudo ser que no lo reconociera?
Le había visto la cara de idiota.

Las emociones de Ethan no estaban totalmente claras pero lo que si tenía más claro que el agua, era de que si la persona que estaba en su mente, los dueños de esos ojos azules tenían a su  sumisa muchas sangre correria.



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— Lauren — repitió por milésima ves Luke.

Sus dos hermanos rodaron los ojos.
Qué cansado era hablar de mujeres.

— Si, maldito se llama Lauren.
— dijo él moreno fumando su cigarrillo.

— ¿Y el hombre? — volvió a insistir Luke

— ¿Qué tiene el hombre?

— Tal vez le gusto — dijo matt riendo.

Luke se guardo el comentario al fin y al cabo los comentarios gays de su amigo nunca faltaban.

— ¿Qué sería él de ella?

— Su novio, su pareja, esposo quizás.
— Xoan mencionó ya cansado.

Luke negó, había algo más que le causaba intriga.

— Pero ella se ve muy joven.
— hizo una mueca.

— Si, si, como sea. — cambio el tema Matt — ¿Iremos al club esta noche verdad?

Xoan termino su cigarrillo. Tiró la colilla al piso y la piso sin muchos ánimos.

— No lo sé tengo que ir con Jenni
— su mirada se perdió en un punto fijo.

Los hermano no le preguntaron nada al respecto sabían que la situación de la esposa de el moreno era complicada.

El cáncer mata y no es un juego.

— No te preocupes iremos nosotros.
— Xoan sonrió.

— Gracias — palmito la espalda de Luke.

Sin decir nada más se subieron al auto puesto que llegarían tarde al club.



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— ¡Ayuda! — gritaba con todas sus fuerzas Lauren golpeando la puerta.

Las lágrimas salían constantemente

— No quiero estar aquí — sollozo más fuerte.

Calló su voz de golpe cuando la puerta se empezó a abrir, corrió hasta la cama puesto que estaba lo suficientemente lejos de la puerta. Agarró una almohada de escudo.

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora