Video para tú señor

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Camino dando vueltas por todo mi cuarto escuchando la poca información que mi amiga pudo encontrar.

— Nada importante — repito por encima vez — nada relevante.

Nora rueda los ojos. Ambas llevamos horas buscando información, sin embargo sólo encontramos la cuenta de Yuki Ferreira, su esposa.

Es muy bella, con obvias razones los guapos siempre deben de estar con personas guapas. Y ella parece una modelo de Victoria's sicrets.

Su cabello rojo es lo que más llama la atención, sus labios gruesos, ojos tan celestes como el cielo, sus grandes atributos, caderas anchas, cintura pequeña, tracero de infarto, y por lo que se ve en las fotos que sube tiene dinero, bueno su papá es dueño de una cervecería muy importante.

Realmente yo soy todo lo contrario nada espectacular no tengo una belleza exótica como la que ella posee. Pero...
¡Qué se joda porque yo soy el cuerno!

— Por lo que veo Ethan no aparece en ninguna entrevista.

— ¿En cerio? — me siento a un lado de ella.

— Si, y en las que aparece que son verdaderamente escasas no habla y se le nota incómodo o hasta enojado.

— Tiene una linda vida.

Nunca entenderé a los hombres que  tienen una mujer segura de sí misma y la cambian por una mujer que necesita a un hombre para sentirse segura de sí misma.

Una mujer insegura como yo.

— Tienes que ayudarme — Nora deja de mirar la laptop y me mira a mi.

Se queda callada esperando a que siga.

— Quiero ir a esas vacaciones solo será un fin de semana. — sonríe.

— Te quedarás en mi casa — me giña un ojo.

— No se la van a creer. — callo cuando escucho un ruido.

Mi teléfono empieza a sonar busco por toda la habitación, Nora se para a mi rescate para ayudarme a encontrarlo.

Cuando lo encuentra bajo una almohada me lo da y contesto sin ver el nombres.

¿Bueno? — contestó un poco agitada por el revuelo.

Señor, no te olvides.

Tragó saliva volteó a mirar a Nora quien con su mirada me dice que; quién es.

Señor, Mi señor — Nora se emociona.

Me arrebata el celular y lo pone en altavoz.

¿Qué haces? — se escucha ruido a través de la bocina del teléfono.

Miro a Nora nunca aprendí a mentir bien.

Mi mejor amiga me hace señas para que no diga que como dos expertas estábamos acosandolo.

Nada.

— Yo no preguntó dos veces — me quedo me quedo callada un momento.

Acabo de salir de bañarme. — se hace un pequeño silencio.

Mándame fotos. — Me quedo congelada.

¿Mandar fotos? Es como si le enviaras evidencia de tus pecados.

Nora empieza a decirme que si con la cabeza.

Si — caigo en cuenta de mi error y corrijo — Si señor.

No dice más nada, y condo intuyo que va a colgar me apresuró a hablar.

Señor sobre el viaje — me quedo un momento callada — usted sabe que...

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora