Lo siento

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Hace unas horas se confirmó que la joven Lauren Garza a regresado con su familia se encuentra sana y salva, con algunos golpes y posibles traumas por estar tanto tiempo secuestrada — hizo una pequeña pausa.

El hombre que daba las noticias prosiguió.

No se sabe quién fue el responsable de su desaparición, en estos momentos las autoridades se están moviendo para poder hacer justicia.

Su compañero hablo.

Muy trágico, tan joven la chica lo bueno es que no le pasó nada.

Carraspeó un poco para seguir hablando.

Bueno seguiremos con otros temas de deportes, pero primero haremos una pausa y después volvemos a ponerlos al corriente. — sonrió él presentador diciendo esto.

Recuerden aquí en el noticiero más cerca de ti — ambos finalizaron.

Luke apagó la televisión.

No entendía con exactitud esa relación.

Es decir, ¿Qué novio pide que secuestren a su novia como parte de una sorpresa? Solo un narco, mierda ¿Y si él era un narco? eso explica mucho.

Pero ella se miraba que estaba cómoda el día que su amigo le regaló una rosa.

No se miraba forzada.

Tal ves ella sabía que no era de fiar pero aún así estaba con él.

Quería volver a verla, ella no reconocería que él fue el que la secuestro.

Estaba con su familia se acercaría como una persona normal. ¡Esta vez si tendrían un encuentro normal!

Camino hasta su cocina, se acercó al refrigerador y tomó una cerveza.

Pensaba en ella. En su pasado. Por lo general siempre lo hacía. Pero esta vez sus pensamientos también le trajeron a Lauren.

Lauren, qué bello nombre.

Sabía dónde encontrarla esto no sería un problema difícil. Vamos era un secuestrador esto era fácil. Solo tenía que ser cuidadoso primero tenía que saber quien era realmente Lauren Garza.

Quien era esa mujer con una bonita sonrisa.

Quería saber que escondía su sonrisa, porque todas las sonrisas hasta las más bellas esconden secretos.

Dió un sorbo a la cerveza.

El plan saber quien era Lauren, para enamorarla estaba en marcha.






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La rubia lloraba en el hombro de su madre.

La extraño después de todo, lo hizo. Su madre también la había extrañado y aunque su padre se mostraba frío también estaba feliz de verla.

Los periodistas estaban locos por una entrevista, pero la chica se escudo diciendo que no se sentía preparada.

Ya a solas le dijo a su madre que no daría declaraciones para que la gente no la trajera en chisme.

Algo que la madre comprendo de inmediato, pero eso no evitó ser entrevistada.

La historia que inventó era simple.

Ella iba a la "iglesia" cuando un carro la rapto, en ningún momento pudo ver las caras de sus secuestradores; pero si escucho sus voces pero ya nos las recordaba con claridad, no la tocaron solo la golpearon un poco y la tuvieron en un sótano hasta que un día logro escapar he ir a la estación de policías donde la habían encontrado esta mañana.

Muy creíble, ¿No?

— Cariño pensé que habías muerto 
— dijo la madre entre lágrimas.

La chica solo se encogió de hombros. El padre miraba todo desde una esquina.

— Pero no fue así mamá — sonrió con notoria tristeza.

— ¿Sigues pura? — la chica hizo una mueca por la pregunta descabellada de su padre.

Respondió un pequeño "si"

El padre no dijo nada. Solo estaba ahogado en sus pensamientos el que más lo taladraba era si su hija seguía siendo una señorita.

Su hija no podía tocar pecado hasta que se casará con un hombre de buena familia y que estubiera familiarizado con la religión.

Todas las mujeres que tienen sexo antes del matrimonio son unas zorras. Su pensamiento era ese y él no quería una zorra como hija.

— Eso espero — dijo con voz fuerte.

— No hablemos de eso — la madre interrumpió.

Se levantó del sillón.

— Mejor les serviré lo que hize de comer, para que comamos en familia y olvidemos este mal momento.

Los tres se miraron, Lauren sonrió de forma incómoda y su padre solo rodó los ojos.

— Comamos pues  — se acercaron a la mesa.

La mujer empezo a servir rápido primero a su marido como era costumbre, después a su hija y al último ella.

Se sentó para degustar la comida favorita de su hija bistec con puré de papas.

El ambiente estaba tensó no era algo que iban a superan de la noche a la mañana.

— Mañana es tu cumpleaños. — la madre sonrió —  haremos un pastel y te voy a decorar la casa...

—Ya tienes que ir estudiando para que tengas un lugar seguro en la universidad — interrumpió el padre.

Silencio nuevamente.

— Yo no quiero — dijo de una.

Ambos padres la miraron como si le hubiera salido dos cabezas más. ¡Lauren contestando!

— No es si quieres o no — dijo el padre enojado.

Lauren tragó en seco, su madre solo se hacía más pequeña en su asiento, como si quisiera desaparecer.

— Yo no quiero ser una abogada mi corazón quiere ser...

— ¿Tu crees que a alguien le importa lo que tú quieres ser? — escupió su padre cruel mente.

La chica negó lentamente.

— Da gracias que te estoy dando la oportunidad de estudiar — alzó un poco la voz  — las mujeres solo sirven para dar hijos como vacas en celo.

La madre apretó su tenedor más no contradijo a su esposo.

— Es verdad cariño tu padre tiene  razón — dijo suspirando.

— No creo que sea así — negó la rubia.

— Es como son las cosas y siempre serán así.

Los ojos de Lauren se cristalizaron, pensó que tal vez por su "secuestro" sus padres entenderían que ella no quería ser abogada que no quería entrar a la Universidad A pero que equivocada estaba.

Un árbol torcido jamás se endereza, ese árbol era su padre.

Quería gritarles en su cara que era su vida, y que se sentía feliz cuando ella tomaba decisiones sobre ella misma. Si la mayor parte de sus decisiones eran malas pero no todo es perfecto y para tocar el cielo tienes que caer.

— Lo siento — lo siento por disculparme por algo que no es mi culpa.

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora