Infiel a un recuerdo

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— Tranquilo amigo — Matt trataba de calmar a Xoan sin embargo sabía que las palabras no ayudaban mucho.

O quizás las palabras si ayudan pero depende de la persona quién te las diga.

Lloraba con dolor y amargura a su esposa quién estaba dentro de la caja siendo velada.

Todos vestidos de negro presenciaban aquel acto.

Todos incluyendo a Nora, Lauren y Ethan...

— No de vimos venir — repitió por cuarta vez.

— Ethan por favor — Lauren lo callo.

No sabía cómo conocía a Luke aquel hombre que junto a sus amigos hacían negocios sucios tal como el de secuestrarla. Claro estaba que eso ella no lo sabía y si lo sabía tenía un gran corazón.

— Repite porque estoy aquí.

— Porque Luke es un amigo mío y quise apoyarlo en estos momentos, sus amigos son mis amigos.

— ¿Y desde cuándo son amigos?

"Desde que nos besamos apasionadamente y dormimos juntos "

La rubia se tragó sus palabras si bien no había pasado más nada que dormir en la misma cama abrazados sabía que para Ethan eso era una clara muestra de infidelidad que por obvias razones ameritaría un castigó.

Y no ella y los castigos no se llevaban muy bien.

— Desde que salí a pasear a mi perro gordo.

— Ya

No muy convencido decidió mantener la boca cerrada mirando todo el treatito que hacía aquel hombre moreno.

— Iré a dar mis condolencias.

Dijó Nora después de un rato de incomodidad.

Se sentía como el mal tercio.

No conocía a nadie nadamás que a su amiga pero no quería ser grosera.

Camino hasta llegar a un lado del hombre quien mantenía la cabeza agachada.

— Hola.

Volteó rápidamente cuando una voz femenina lo llamo.

Quedó deslumbrado con el rostro que estaba enfrente de él. Le llamaba la atención. Tanta belleza junta era pecado.

Que demonios - pensó ante su pensamiento absurdo.

¡Estaba en el velorio de su difunta esposa! No podía apreciar la belleza de otras mujeres. No podía ser tan perro.

— Hola — su voz era apagada.

— Solo quería dar mi más sentido pésame — no supo que más decir.

— Gracias — sonrió.

La chica observo si rostro su mujer era afortunada... Era porque ya murió.

Tomó una bocada de aire y se sentó a un lado de él. No sabía lo que hacía con exactitud pero no quería alegarse.

— Nora — soltó de pronto — ese es mi nombre.

— Xoan Marticn.

— Lindo nombre — hubo un silencio incómodo.

Nora estubo tentada en darse una cachetada. Se había quedado viudo  obviamente no tenía ganas de coquetear con una adolescente hormonal.

— Lo siento fue inoportuno el comenta...

— Gracias, el tuyo igual es lindo.
— la interrumpió.

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora