Dama y guarra

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Daba vueltas por todo su cuarto estaba tan confundida.

Todo lo de Ethan la hacía dudar de él.
Puede sonar rato pero no tenía desconfianza de él, solamente intriga.

¿Mataría a los cuatro hombres que le faltaba? Esperaba que no.

Suspiro cansada. Estaba solo en su habitación ahora con todo esto del secuestro sus padres le habían dado un poco de espacio. Cuando la gente está apunto de perder algo que ama suele cuidarlo más.

Agarró su teléfono. No había notificaciones.

Entro a contactos. Viendo que tenía un nuevo número agregado con las iniciales NP

<<Niorp>> pensó.

En su mente vino Ethan, ¿Lo que le contó Ethan sería verdad? No estaba segura.

Recordó que el día que estuvo con el Niorp, ambos ya parecían conocerse.

Marcó el número.

Uno. Dos. Al tercer tono contestaron.

"— ¿Bueno? —"

— Quiero hablar con usted.

"— Pensé que tardaría más en marcarme — "

— Ya vio que no.

"— Le envío la dirección, estaré esperando la —"

Colgó la llamada. No tardó menos del minuto cuando le llegó un mensaje y justo como ella pensaba era una dirección.

No lo pensó mucho salió de su casa. Sus padres no estaban. Camino un poco desconfiada sentía que alguien la observaba. Miro a todos lados pero nada.

Llegó a la parada de taxis.

— A está dirección — le pasó el teléfono para que se ubicará.

En taxista no dijo nada empezó a manejar hacia a dirección deseada.

El camino fue tranquilo, no tan largo.

Lauren se había distraído con sus pensamientos y el taxista con música con un volumen bajo para no molestar a la pasajera.

— Es aquí — miro por el retrovisor.

Le pagó lo acordado.

— Gracias — salió del auto y camino era un lugar muy bonito.

Una privada con mucha seguridad
Se veía que sería difícil entrar.

¡Pum! ¡Pum! Dos disparos se escucharon.

Dió un brinco en su lugar y empezó a caminar más rápido.

Okey tal vez no era muy segura.

Toco la puerta. La misma mujer de la otra vez abrió la puerta.

— Pero casa ve te crecen más las tetas — la chica frunció una sonrisa incómoda.

No le dijo buenos días mi la miro a los ojos pero bueno.

— Hola Tere — entro dentro.

— Tara — mencionó sonriéndole.

— Cierto Tara.

— El Niorp te está esperando.

La llevo hasta el comedor el mismo lugar donde se habían visto la primera vez.

La vieja susurro un "suerte" antes de lanzarla adentro.

Miro como se acercaba a él con falsa seguridad.

— Qué manera más interesante de empezar el día. — Bebió su copa.

Se sentó a un lado de él.

— Sabe a lo que vine — quería ir al grano.

La barrio con la mirada. Igual de bella como la última vez que la vio.

— Respuesta.

— Exacto.

— ¿Qué te contó Aziel?

Levantó una ceja curioso sabía que ese hombre tenía el don de mentir y que la gente se lo creyera. Igual a su padre.

— Que tú eras su...

— Tío — Sonrió divertido.

¿Le había contado la verdad?

— ¿Es es verdad? — asintió con la cabeza.

Alguien importante debía de ser esta mujer en la vida de su sobrino por lo general él no contaba nada de su vida mucho menos que eran de la misma sangre.

¿Con qué fin lo hizo? Tal vez solo le contó para que no lo estuviera chingando y ya después la mataría. Si, lo más seguro era eso.

— Dijo que su padre murió y le dió una  lista con las personas que él tenía que matar  — espero respuesta pero no tuvo nada.

— Su esposa ella tuvo un aborto espontáneo — finalizó.

¿Cómo sabrá su sangre? La sangre el líquido de la vida al igual que el agua, pero le gustaba más la sangre que el agua. El agua era incoloro en cambio la sangre era roja. El color favorito de muchos. Rojo fuerte. Rojo dominante. Rojo amor. Rojo pasión. Rojo odio.
Rojo muerte.

— Si me das un poco de tu sangre te contaré quienes son los hombres que matará.

Se acercó con cautela hacia ella.

— ¿Te parece?

Lo miro desconcertada.

— Solo un poco.

Sonrió satisfecho. Agarró su mano haciendo una pequeña cortada en su mano. La sangre escurrió llenando un poco de la copa.

Con una servilleta de tela Lauren tapo su herida. Miro con asco como el Niorp de la mafia bebía aquel líquido como si fuera exquisito.

— Ahora dime — interrumpió.

Tenía un sabor dulzón le gustaba.

— Son cinco hombres uno de ellos tu presencias te su muerte.

— Dirmit — susurro.

— Así es — bebió su copa.

— El siguiente es Aleo Carchi, Cristian Carbajal es otro y Ernets Ferreira un idiota en mi opinión.

— ¿Y el último? — preguntó al a ver mencionado solo cuatro.

— Alexander Rangel

— ¿Tú? — asintió.

Sentado la boca sorprendida.

— ¿Dejaras que te mate?

— Esa es la pregunta más estúpida que alguien me a echo.

Lauren hizo una mueca.

— ¿Lo matarás?

— El destino será quién decida.
Yo no seré el verdugo de mi sobrino.

— ¿Hay algo que hacer para que se detenga? — negó con la cabeza divertido.

— No las hay. Ese es el destino.

Se levantó de la mesa iría con Ethan lo haría cambiar de opinión.

— Y gracias por tu sangre es deliciosa
— Rodó los ojos.

Salió echa una bala a dirección a su hogar.

¿Cómo terminó metida en todo esto?
¿Cómo es que su profesor era un asesino? ¡Eso no es lógico!

Hablarán. Las cosas se arreglan hablando y si no a dama y guarra se arreglarían.

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¿Cómo terminé escribiendo esto? Jajaja (~ ̄³ ̄)~

Arriba en Portapapeles está una imagen que yo hice es el ojo de Niorp y la cabezota de Lauren y el vaso supuestamente es su sangre. (◕દ◕)

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora