¿Qué planeas hacer?

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Narrado en tercera persona

Entran a la cosina.

La rubia mira a todos lados.

¿Será que la culpa la ataca?

- Te acuerdas de esa vez que te traje a comer.

- Si lo recuerdo.

- Bueno pues desie que de tu fueras el postre.

No esperó respuesta de la rubia cuando sus labios ya están hundidos en un beso dominante.

Ambos se dejaron llevar.

La subio a la mesa acostando la sobre está teniendo un mejor acceso a su cuello. Lauren abrió las piernas y lo dejó posicionarse entre ellas.

La mente del Niorp vuela. Lame sus pechos por encima de su blusa robándole pequeños suspiros a la chica. Sus dedos mañosos bajan a la entre pierna de Lauren.

- Solo te haré una pregunta.

- Adelante.

Contesta la chica sintiendo como los dedos hombre que tiene frente a ella juegan con el elástico de su pantalón.

- ¿Quieres mis dedos o mi boca?

Se queda calla por unos momentos pero viéndolo a los ojos suelta su respuesta.

- Tu boca Niorp.

Suelta una risa bajando poco a poco por sus pechos por su ombligo hasta llegar al lugar donde le dará amor.

Baja de una la ropa que trae la rubia haciendo que está suelte un pequeño grito por la rapidez y fuerza que fueron arrancadas sus prendas.

El tiempo es valioso y el Niorp no lo pierde pues pasa su caliente lengua por la cavidad de la chica.

Está deja caer su cabeza hacia atrás cerrando los ojos dejándose llevar por el placer.

Él continua jugando con su zona sensible, mordiendo, chupando y lamiendo.

Lauren no contiene sus gritos gimiendo cada vez más alto. Levanta sus caderas para sentirlo más cerca mucho más cerca.

Siente como una ya conocida sensación le cosquillea en su vientre está apunto falta poco...

- ¿Por qué...?

No termina de reprochar porque el Niorp cambia su lengua por su pene.

- Si te vas a venir que sea con esta.

Las estocadas son fuertes dándole en el punto exacto que tanto le gusta a Lauren.

El dolor de su parte íntima se mezcla con el del placer. Gime cual puta en celo. Eso no le importa mucho pues el Niorp está igual que ella dando gemidos fuertes y varoniles haciendo que ella desea más de eso.

Se besan apasionadamente pero solo hay eso en su beso pasión no más.

Ambos terminan sudados y con las respiraciones descontroladas.

Él se separa de ella para tomar aire.

- Cuando estés lista dile al hombre que está afuera que te guíe al sótano.

Sale de ese lugar dejándola sola. No reclama nada pues ya está acostumbrada a está rutina.

Los hombres solo la quieren para tener sexo.

Se viste lo más rápido que puede pero un dolor en su pierna hace que caiga al piso.

Sangre. Es lo que ve escurrir de su vagina.

Pues claro, ¿A quien se le ocurre tener sexo cuando acabas de perder a tu bebé?

Se levanta como puede llendo por papel higiénico para limpiarse duda si también limpiar el lugar del piso pero descarta la idea que lo limpie la gente de Niorp.

Se dirijen a la puerta encontrándose con un hombre muy feo.

- ¿Lista?

Solo asiente con la cabeza siguiendo al hombre que la guía escaleras abajo. Al llegar abajo todo es diferente a como pensó.

Es decir pensó que era un sótano feo y sin luz más sin embargo es un cuarto muy grande, eso sí sin ventanas, muy bien iluminado y en una esquina hay un espejo.

Sus ojos se cruzan con los ojos grises que una vez amo.

Quita la mirada no quiere ver a Ethan.

- Sígueme - ordena.

El hombre entran a una puerta que estaba al lado del espejo dentro de está el Niorp estaba en una silla bebiendo vino.

Lo miro pero no dice nada.

- Siéntate.

Obediente mente lo hace.

- ¿Por qué los tienes amarrados?

- Los soltaremos.

- ¿Para que los traes aquí si luego los soltarás?

- Para que cuando los suelte se maten entre ellos.

La chica no dice nada. El espejo era de doble vista solo ellos podían ver hacia afuera.

Estaban encadenados a las paredes no sus manos si no su cuello.

Los tres hombres estaban en una tipo escalón pero más bien parecían puertas que si estás se abrían quedarían colgando después llegaría la muerte por asfixia.

- ¿Qué mierda planeas hacer?

Preguntó la rubia, ¿Preocupa?.






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Hola yo de nuevo.

La santa del profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora