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— Igual que vos querida, no se supo hasta hoy que Mati tenía novia.

— Es que le dije que solo se lo contara a personas cercanas.
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Matías cerró la puerta cuando ambos salieron de la cabaña, tenían que ir a la de los padres que estaban a dos cabañas de la suya.

Delia esperó a que Matías se pusiera a su altura para comenzar a caminar, como es costumbre estuvieron un rato en silencio, para después uno de los dos comenzase a hablar, esta vez fue la chica.

— Por cierto —llamó la atención del chico—. La historia de como nos conocimos, ¿cuál es? Por si nos preguntan.

— Yo a mis viejos les dije que te vi perdida en una estación porque eras nueva acá y te ayudé, nos pasamos los números y empezamos a hablar —encogió sus hombros.

— Fácil de recordar.

— Fue lo primero que se me ocurrió —sacó su mano del bolsillo para pasar su brazo por encima de los hombros de la chica, ya que estaban frente a la cabaña de sus padres—. ¿Lista?

— No —ambos rieron soltando los nervios para después Matías abriera la puerta para que pudieran pasar.

— ¡Ya está acá la parejita! —el grito de Mariela hizo que todos prestarán atención a los dos jóvenes cuando entraron al comedor.

— Mamá dejá de hacer eso —se quejó con gracia Matías mientras tomaba asiento al lado de Agustín.

— Perdón perdón, es la emoción.

Delia se sentó al lado de Matías, vio que al frente de Agustín estaba Lara, que hablaba con Marisa, la novia del hermano de Matías, saludó a ambas con una sonrisa. Le gustaría haberse sentado con ellas pero todavía no tenía la suficiente confianza como para acoplarse allí.

Era una familia realmente grande, había varios primos, tíos, los abuelos, incluso había niños pequeños, que eran primos de Matías. ¿Alguna vez dijo que no le gustaban los niños pequeños? Literalmente le ponían muy nerviosa si eran revoltosos.

Notó una presencia al lado suyo y cuando miró se encontró con Enzo, que se sentaba en la parte presidencial de la mesa y la saludó con una sonrisa.

— Menos mal que tengo a alguien al lado con quien poder hablar —a ella le costaba socializar, pero siempre hacia el intento.

Falling Fast  |  Matías Recalt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora