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— Espero que estés así para cuando sea la nuestra.
— ¿Te has levantado romántico? _______________________________________
— ¡Despierta Mati! —Delia se tiró encima del chico que dormía plácidamente en la cama.
Dejó escapar una fuerte carcajada al ver la cara de susto que había puesto el joven, y la mirada de odio que le dirigió.
— Quitate boluda —la empujó para poder seguir durmiendo.
— Con que mal humor andamos —se burló—. Venga, levántate, ¡hoy es el gran día! —dijo la chica con emoción.
Parecía que los padres de la chica eran los que se casaban, porque tenía más emoción ella que el chico que seguía intentando dormir, pero era normal, era muy temprano por la mañana para Matías. Delia llevaba despierta hacia dos horas nerviosa, miraba el reloj cada diez minuto esperando que sea la hora para irse a la cabaña de Mariela para ayudar a prepararse, ya que allí se reunirán todas las mujeres de la familia, incluyendo a Lara.
— Dale Mati —se sentó a horacajadas encima de él quitándole la almohada que había puesto en su cara para taparse del sol.
Matías retregó su rostro con sueño, para quitarse lo máximo que pudiese del cansancio. Miró a la chica que tenía encima suyo, que lo miraba con una gran sonrisa risueña, contagiando su buen humor.
El chico rodó en la cama con fuerza cambiando las posiciones, haciendo reír a la chica. La miraba con mucho amor y ella se lo devolvía, se miraban como si fueran los únicos del mundo.
— ¿Por qué tan emocionada? —dejó un pequeño beso en sus labios.
— Porque es la boda bobo —le devolvió el beso—. Y soy una dama de honor —dijo con orgullo.
— Espero que estés así para cuando sea la nuestra —le murmuró sobre sus labios, haciendo que una sonrisa tonta surcase su rostro.
— ¿Te has levantado romántico? —atrapó la chica los labios del muchacho dejando un beso largo.
— Con vos siempre —Matías comenzó un beso que empezó siendo lento, para después ir transformarse a uno mucho más rápido y profundo, sus lenguas luchaban entre ellas y los mordiscos en los labios no se hicieron esperar.
