𝟬𝟮𝟮

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— ¿Y qué compraste?

— Unas cuantas cosas de comida y... Y esto para ti.
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Delia se preparaba un café mientras veía como sus mascotas jugaban entre ellos. Matías se había vuelto a ir con los chicos a correr, se lo había dicho antes de irse, también le había ofrecido ir, pero ella se negó prefiriendo dormir un rato más en la cama.

La chica ya había relajado su actitud que le venía con la regla en los primeros días, como pasó en la playa, pero aún así, no entendía como el simple hecho de que el chico le susurrase algo mientras tenía su toque encima, hacía que sus vellos se erizasen.

Seguirá siendo la regla. Se excusó mentalmente.

Un sonido le hizo salir de sus pensamientos, la puerta de la entrada. Ella se acercó a la puerta de la cocina para asomarse esperando ver al chico, solo al chico, pero no, se encontró también a Vanesa, que agarraba al muchacho por la cintura mientras él rodeaba sus hombros.

La mini molestia que le estaba causando eso a Delia se eliminó al momento que vio la mueca de dolor del chico y cuando lo notó cojear. Vanesa lo llevó hacia el sofá para dejarlo ahí.

— ¿Qué te pasó? —se acercó rápidamente la chica poniéndose de rodillas al lado de él.

— ¿No lo ves boluda? —Vanesa le contestó a la defensiva.

— Le estoy preguntando a él —cortó de vuelta.

— Ya —captó la atención el chico, no tenía ganas de escuchar una pelea ahora—. Solo me tropecé, nada importante —hizo un pequeño movimiento con el pie soltando una mueca y un quejido de dolor.

Delia cogió un cojin del sofá para ponerlo encima de la mesa, y coger lentamente y con cuidado la pierna del chico para ponerla ahí en reposo. Él le agradeció con una sonrisa. La chica aprovechó para quitarle el zapato, levantar un poco el calcetín para ver el tobillo. Lo tenía hinchado.

— Lo bueno es que no es muy preocupante —le comentó la joven.

— ¿Vos qué sabés? —volvió a intervenir la rubia.

— Mi madre es enfermera, sé más de esto que tú —le contestó cansada.

— Mati deberías de ir al médico —Vanesa se sentó pegada a él mostrando preocupación pasando de lo que había dicho Delia, esta rodó los ojos mientras se levantaba.

Falling Fast  |  Matías Recalt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora