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— ¿Y yo qué papel tendría? ¿Qué personaje soy?
— ¿Tú?... El Joker
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Delia se dejó caer en el sofá una vez había terminado todo lo que tenía que hacer. Hoy solo tenía un cliente y agradeció que no quisiese un tatuaje tan elaborado. También había recogido toda la casa, viendo al fin todo lo que Matías había cambiado de su casa. Llamó a Carlos explicándole todo lo que había ocurrido y que no podría trabajar ese mes de agosto, él lo entendió y no le puso ninguna pega.
Cerró sus ojos descansando su cabeza en el respaldo quedando su cabeza justo mirando al techo. Notó un peso en sus piernas y escuchó el leve ronroneo de Batman, y una ligera sonrisa surcó su rostro al pasar su mano por el pelaje del minino.
— Espero que tengás la lista hecha —la sonrisa se le borró y la paz que tanto había deseado se fue igual de rápido que llegó su vecino. Rodó los ojos al ver al chico sentarse en el suelo.
Delia soltó un suspiro mientras se estiraba a coger su tablet y encenderla, para posteriormente pasársela al muchacho.
— Ahí está todo lo importante de mi —ella esperaba que Matías le diese lo mismo que ella le dio, es decir, a penas dos hojas. Pero se equivocó. Matías dejó caer al lado de ella un libreto de más de diez hojas, sin exagerar. Ella le miró impresionada—. ¿Qué es eso? —preguntó esperando que no fuera lo que ella pensaba.
— Es un poco de información sobre mi —cogió la tablet para pasar las pocas hojas.
— ¿¡Un poco!? Eso puede tener más de cincuenta hojas.
— Es que he tenido una vida re interesante —sonrió, pero cambió la cara al ver como la chica no se reía de su broma—. Pero no te preocupes, todavía hay tiempo —le restó importancia.
— Matías, nos vamos mañana.
— Oh.
Un silencio abarcó el salón, y lo único que se podía escuchar es como Delia pasaba las hojas echando un vistazo rápido de ellas. Estaban literalmente llenas.
— Bueno, no nos desanimemos, todo se puede —Matías le restó importancia.
— Yo solo tengo dos hojas —se quejó ella.
— ¿Por qué tan poco?
— ¿Y tú por qué tanto? —contratacó.
— Ya dije, vida interesante —encogió sus hombros para volver a prestar atención a la pantalla.
