5. Novedades.

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Después de un momento tan conmovedor como el que tuve con mi madre, recibí una llamada de Sam otra vez, así que decidí contestar.

—¿Sí?

Hola, Marie.

—¿Qué pasa, Sam?

Carl me ha dicho que necesita que nos veamos de nuevo en El Café... Tiene información. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. Dile a Carl que en veinte minutos nos vemos. ¿De acuerdo?

De acuerdo.

—Adiós.

La verdad, no tenía ganas de saber nada sobre problemas, solo iría por, quizá, ver la sonrisa de Sam; de alguna forma lograba reconfortarme imaginándola y mucho más viéndola de cerca. 

Me perfumé un poco y salí de mi habitación. Mamá me vio con admiración a la vez que me sonreía. Mi padre solo estaba disgustado.

—¿A dónde vas? — Me preguntó él con su cara amarga.

—A tomar algo con unos amigos — Le respondí a lo que él hizo una cara de no haberle gustado para nada al haber dicho "unos amigos". —. ¿Ups?

—Ve, estás hermosa. — permitió mi madre.

—No te demores, nos llamas si notas algo raro, si ves a alguien sospechoso...

—Diviértete pequeña, ten. — interrumpió mi madre mientras me daba algo de dinero.

—Gracias, Angie.

Su rostro gritó pidiendo un "mamá" de mi parte.

—Quiero decir, gracias mamá. 

Salí de inmediato con rumbo hacia El Café y al llegar vi a Carl y a Sam sentados hablando. Me acerqué a ellos y me senté al lado del último.

—Hola, disculpas por la demora. — Me excusé.

—No te preocupes. — Sam fue amable.

—Hola, Smith. — Me saludó Carl, pero yo solo sonreí al acordarme de mi madre. 

Él frunció su ceño; probablemente le sorprendía mi sonrisa en vez de una mirada hosca.

—¿Qué es lo que nos querías decir, Carl?— pregunté.

Se recompuso y dijo:

— Hablé con Larry y éste me dijo que Tina era su novia, que él no quería a Stella. Me lo dijo enfrente de Tina — Yo quedé boquiabierta. —. Pero en cuanto Tina se fue, me dijo que en realidad quería a Stella, que le gustaba mucho y que Tina solo era una distracción de momento. Que Tina era una zorra. — Yo quede aún más boquiabierta. 

¿Larry quería a Stella?

—No puedo creer lo que me dices, Carl. Esto es tan... Confuso 

En realidad lo era. No sabía si debía creer las palabras de Carl, no porque fueran suyas, si no porque estaban empapadas de Larry y él implicaba mentiras. Acaricié mi mentón, notando a Sam distraído.

—¿Pasa algo?— No dudé en preguntarle. 

—Nada, es sólo que... Debo irme Marie, lo siento. — bajó su mirada y se levantó.

—¿Y a dónde vas? — Le pregunté interesada.

—Sólo debo irme. — contestó a los pocos segundos.

—Está bien. Te estaré informando.

— De acuerdo — asintió —. Adiós. — Se despidió.

Simplemente me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora