17. Lluvia.

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— Iré, pero espera... Debo coger mi celular. — Le dije a Sam quien me sonrió emocionadamente por haber aceptado su "propuesta"

— De acuerdo, te espero. — Me dijo finalmente, antes de yo dar una media vuelta adentrándome de nuevo a mi casa.

Llegué a la puerta de mi habitación, la abrí lentamente y entré.

— ¿No vas a ir? — Escuché la voz de mi prima en medio de la oscuridad. Prendí la luz y vi que estaba acostada haciendo una cara de mierda por haber dado la luz a su rostro.

— Sí, claro, vine por esto. — Me agaché a recoger mi celular para enseñárselo.

— Ajá, y ¿qué es lo que tiene esa caja que Sam llevaba es sus manos? — Preguntó mi prima sentándose.

— Nutella. — Le respondí emocionada.

— Creí que te gustaba el chocolate... — Hizo una pausa clavando su mirada en mí. — En cuadritos.

— Maldita. — La miré mal y ella sólo rió, aunque no tan fuerte. — Adiós, Sam me espera.

— Lleva condones por si algo...

— ¡Hey! — Rió. — No mal pienses esto, me imagino que Sam me llevara a... No sé... Algo como un...

— Motel. — Me interrumpió con burla y rompiendo a carcajadas silenciosas.

— Lugar especial. — Terminé mi frase asesinando a Ann con mi mirada. — No vayas a decirle nada a mis padres ¿entiendes? — Ann asintió entre risas.

— Adiós prima, te amo mucho, no me olvides, ni tampoco olvides el cond... — Cerré la puerta antes de que Ann siguiera con sus estupideces.

— Idiota. — Susurré para mí mientras encaminaba hacia la puerta.

Observé a Sam con una sonrisa tímida.

— ¿Por fin? — Se burló. Solté una leve risa que lo contagió.

— Me tendrás que dar una buena respuesta al por qué viniste a esta hora. — Le dije con un tono casi que amenazador cerrando la puerta.

— Uh, no sé qué diré. — Dijo pasando disimuladamente su brazo por mi cintura.

— Pues ve preparando tu discurso. — Sam rió fuerte. — ¿A dónde vamos?

— A dar un pequeño paseo, quiero pasar más tiempo contigo. — Respondió depositando un pequeño y corto beso en mi mejilla. Yo hice cara de confusión pero al mismo tiempo sentí un cosquilleo en mi estómago.

— Y... ¿Por qué no lo hiciste en la tarde, o...No sé...? — Pregunté sintiendo el frío mañanero.

— Porque supuse que estarías organizando lo que te llevarías puesto o lo que te pondrías para la fiesta. — Hizo un puchero. — Sólo quería estar contigo— Envolvió sus brazos en mi cuerpo. —, princesa mía.

— No es excusa, sabes bien que esta no es la mejor hora para darnos el lujo de "Pasear" por ahí. — Hice un ademan con mis manos.

— Lo sé, pero es que...

— Nada, Sam, pero es que nada. — Lo interrumpí. — Dame mi nutella, por favor. — Hablé seria. Sam soltó una leve risa.

— Discúlpame la vida, princesa. Aquí tienes esta ofrenda, acéptala como una disculpa. — Se arrodilló en medio de la carretera entregándome la cajita.

— Levántate, pensaran que me estas pidiendo matrimonio. — Le dije en tono de burla quitando bruscamente la caja de sus manos. Sam se asombró. — Gracias. — Le hice una seña para que se levantara.

Sam se levantó y me miró fijamente mientras seguíamos caminando. Abrí la caja y vi efectivamente que se trataba de una nutella.

— Te llenarás de parásitos. — Es lo único que me dijo. Lo miré con los ojos achinados y viendo como trataba de aguantar la risa.

— Entonces ¿por qué se te dio por venir a esta hora? — Sam ya no aguantó más por lo que explotó a carcajadas. Su risa me causó gracia así que juntos reíamos como locos. Finalmente logró calmarse.

— ¿Vas a ir a la fiesta? — Preguntó mirándome a los ojos.

— Sí... ¿Y tú? — Pregunté destapando la nutella. Empecé a comer.

— También. — Respondió secamente.

— ¿Sabes si Stella irá? — Le pregunté lamiendo mi dedo.

— Me imagino que si... — Miró su reloj. — Creo que ya es momento de devolvernos. — Miró el cielo. — Parece que va a llover. — Observé el cielo junto a él y notando así que en cualquier momento podríamos estar mojados. — Vamos antes de que venga el agua.

En ese momento, las gotas de lluvia empezaron a caer sobre nosotros como si las hubiéramos invocado.

— ¡Mierda! — Grité. — ¡Corre Sam, corre! — Sam me alzó y corrió conmigo en sus brazos. Yo reía a carcajadas por la cara de Sam ya que las gotas que caían en su rostro, lo molestaban. De pronto, pisó un charco resbaloso que hizo que juntos cayéramos al suelo. Yo encima de él. Sam y yo reíamos como locos mientras la lluvia se hacía más fuerte. Tirados en el suelo y sin poder calmarnos, una moto pasó y pisó un charco gigantesco en la carretera haciendo que el agua empozada cayera en nuestra boca pues nos encontrábamos riendo.

— ¡Mal nacido! — Sam gritó furioso. Mi risa a se hizo más fuerte al ver a Sam escupiendo el agua que cayó en su boca. Él me mira extraño para luego echarse a reír de nuevo pero, esta vez más calmado.

Me levanté con ayuda de él y juntos caminamos cogidos de la mano hacia mi casa.

Al llegar, la lluvia se detuvo.

— ¡Que hermoso! — Exclamó Sam sarcástico, al ver la mala suerte de nosotros. Una risa se escuchó en la puerta. Logré reconocerla. Era Ann.

La puerta se abrió.

— Entra rápido Marie. — Me dijo, observando lo sucios y mojados que estábamos y aguantando su risa.

— Adiós, Sam. Gracias por la... Mierda. — Recordé la nutella.

— ¿Sam te dio mierda? — Preguntó Ann en tono burlón y provocando que Sam riera.

— Claro que no. — La fulminé con la mirada. — Sam. — Detuvo su risa. — La nutella... Debió caerse cuando nos resbalamos en el charco.

— Ah... Por suerte tienes el mejor guarda espaldas del mundo, princesa. — Sacó la nutella de su chaqueta, dejándola en mis manos.

— ¡Gracias! — Lo abracé y le di un beso en la mejilla recordando el día en que nos sacamos 10 en el trabajo de química. — Adiós.

— Adiós. — Se despidió Sam. Cerré la puerta y una sonrisa se formó en mi rostro.

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Holaaaaa!!!

, se que van como 1.002.837.273 días que no actualizo (Ok'no) pero aquí esta!

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Saben que los amo verdad? ;* :) Mil gracias a todos por apoyarme. Siempre los tendré en mi

Los quiero

Dani_Smith1.



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