Salí del baño, con la certeza de que había recuperado a mi mejor amiga y que la tristeza no existía si estaba a su lado. Era una de las tantas razones por las cuales debía preocuparme por ella; por sus problemas, sus dudas, sus caídas... Todo.
Nos encontrábamos de nuevo en medio de los montones de cuerpos bailando en par con la música que subía de volumen cada vez más. Stella me tomó de la mano y me llevó hasta una mesa que se encontraba ubicada en uno de los rincones de la gran casa. Allí habían dos chicos sentados hablando casi a punta de gritos mientras bebían algo de sus vasos y reían. Stella los saludó con un beso en la mejilla para cada uno mientras me invitaba a sentarme a su lado. Uno de los chicos me sonrió algo sexy, cosa que empezó a desesperarme...
El chico no paraba de mirarme. A pesar de la poca luz en el lugar, lograba divisar ese brillo en sus ojos que apuntaba fugazmente hacia mí resplandeciendo cada vez más y... que a la vez me incomodaba. Debía hacer algo.
— ¡Qué grosera soy! — exclamó Stella con voz fuerte— Amigos, ella es Marie, mi mejor amiga. Marie, ellos son Zack— señaló al chico que hablaba con ella. — y Peter.
Mostré una sonrisa tímida que obviamente nadie notó. El chico se empezó a acercar hacia mí, lentamente, mientras yo solo veía cómo ese instinto masculino se ponía a prueba.
— Hola, Marie. — saludó estando más cerca de mí. Su voz era atractiva y tenía que aceptarlo.
No sabía de dónde salían tantos chicos lindos y podía dar testimonio de ello por Sam, Peter, Zack, Leo, Arthur y eso sin contar a Troy y sus amigos sexys.
— Hola. — Tímidamente le devolví el saludo que formó bruscamente una sonrisa en su rostro.
— ¿Quieres bailar? — preguntó, dejando con fuerza el vaso en la mesa. Mis ojos se abrieron formando dos focos inmensos de luz. Creo que quedé en shock por un instante pues pude ver en sus ojos agotados una mala intensión de su parte.
— Creo que prefiero... — me detuve en seco al ver que Sam se acercaba algo furioso.
Stella logró verlo, así que se levantó dispuesta a detener un posible desastre.
— ¿Prefieres qué? — Peter siguió confuso la dirección de mi mirada y vio a Sam hablando con Stella. — ¿Qué es lo que pasa?
— Nada, sólo... Ya vuelvo. — me levanté del asiento y llegué al lado de mi amiga.
— Marie, necesito que hables conmigo. — Lo sentí algo estresado y confundido.
— Mira yo... — miré a la rubia. — Stella, gracias, ¿puedes...?
— Oh sí, claro. — Respondió mientras se iba de nuevo hacia la mesa de los chicos.
— Ahora sí, qué es lo que me quieres decir. — Me crucé de brazos para indicar que su respuesta debía ser lógica o...
— Hablemos afuera. — agarró mi brazo, pero yo me solté bruscamente.
— Puedo ir sola.
Su mirada fue algo impotente, parecía no creer lo que pasaba conmigo. Salimos a paso ligero para evitar distracciones. Al estar afuera de la fiesta y todo su bullicio, Sam me tomó de las manos.
— ¿Qué es lo que te está pasando? No entiendo por qué estas así conmigo. Eres mi... amiga y te quiero, no me gusta que estemos así.
En cuanto dijo amiga quise darle una bofetada.
— Te voy a refrescar la memoria, Sam — Solté mis manos de las suyas. —. Por si no lo recuerdas, por si bebiste mucho trago o te la pasaste mirando a las demás lagartijas trepadoras, o si mostraste mucho tu...
— ¡Marie! — Gritó. — Vinimos hasta aquí para hablar de nosotros, no para armar una escena de celos.
Mi boca se abrió exageradamente.
No había un nosotros, no había escena de celos.
— ¿Ah? ¿Escena de celos?... ¿Te parece esto una escena de celos? Vete a la mierda, Sam. — di media vuelta para tomar una bocanada de aire y respirar profundo.
Me dirigí de nuevo hacia él.
— ¿Acaso no recuerdas que el celoso era otro? Tú estabas celoso cuando Arthur me invitó a bailar.
Hombres, siempre, pero siempre, denle la razón a las mujeres... ¡A nosotras!
— ¡Sí! ¡Lo acepto, Marie! Pero no creas que fui el único que sintió celos. Es hora de que yo sea el que te refresque la memoria. Cuando bailé con esa chica, ¿no te pusiste celosa?
Una risa sarcástica salió de mi parte.
— ¡Por favor, Sam! — elevé mis brazos hasta mi cabeza para indicar mi confusión. — Ahora esto sí parece una escena de celos. Mírate, estás...
— Marie, sólo dime por qué estás así. — Su mirada era de furia inexplicable.
Tensó sus hombros y apretó su mandíbula.
— ¡No puedes decidir por mí!— exclamé.— ¿Bailar con Arthur es malo, acaso?
Sam rió con dolor.
— No para ti, quizá, pero para mí, verte bailar con otro hace que lo incluya en la lista de próximos asesinatos.
Reí y mi pecho dolió.
— Ahora, ¿quieres bailar conmigo? — En ese momento recordé como se movía con esa chica y además sin su camisa, dejando al descubierto su hermoso y perfecto torso.
— Acepto tu propuesta, Smith — Él sonrió —, pero con una pequeña condición. — Abrió sus ojos interesado.
— Dime. — Agarró mi brazo.
— Que bailes conmigo, pero... sin camisa.
— Lo haré.— pasó su mano por mi cintura.
— Eres todo un gato.
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Hola!!
Si, sé que me perdí por un tiempo pero crean que hice todo lo posible por actualizar y aunque este cap. esta corto, lo hice con mucho AMOR!
Jajaja solo espero que voten y comenten.
Los quiero.
Dani_Smith1.
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Simplemente me gustas.
Teen FictionMarie Johnson Smith es una chica que últimamente cree que no es capaz de dar amor, por experiencias anteriores que no fueron del todo buenas. Conocerá a un chico llamado Sam Smith que le hará saber que de nada sirve la vida si no aprendemos a amar...