Gritos de chicos emocionados, se escucharon al entrar al instituto. No sabía exactamente lo que ocurría, me era extraño escuchar gritos de alegría un lunes, sabiendo que apenas comenzaba la semana y que de ahí en adelante, lo único que sabríamos de nuestras vidas eran las tareas.
— ¿Tan rápido se enloquecieron todos?— preguntó Ann, con el ceño fruncido y los brazos ligeramente cruzados.
Reí sin ganas. Troy miraba hacia todos los lados, buscando seguramente a sus amigos.
— Nunca había pasado esto...— callé al ver el enorme letrero extendido sobre una pared.
"Los profesores y todos los directivos del instituto, protestaremos por nuestros derechos. Los invitamos a continuar sus clases la próxima semana."
¿Era algo así como una semana sin pisar este lugar?
— ¡No puedo creerlo!— gritó Ann, poniendo sus manos en alto. — El chico abdomen de lavadero tenía razón...
Fruncí mi ceño. ¿De qué chico hablaba mi prima? ¿Acaso deliraba?
Le resté importancia, observando cómo todos los chicos se devolvían hacia sus casas... probablemente.
— ¿Entonces...?
— Es el mejor día de mi puta vida. — dijo Troy, con una enorme sonrisa en sus labios.
* * *
— ¿Aguantarlos una semana?—preguntó mi padre haciendo una mueca. — Es duro...
Todos reímos ante su cruel comentario.
— Tranquilo, pá — dijo Troy. —. Tengo planes con amigos y también me llevaré a estas enfermas. — se refirió a mi prima y a mí, pero nosotras no tardamos en lanzarle una mirada amenazante.
— ¿Planes?— preguntó mi madre. — ¿Que planes?
Troy sonrió con exageración.
— Vamos a acampar en un bosque, todo será genial, algo como esos programas de supervivencia. — explicó emocionado.
Vaya que Troy tenía problemas mentales. ¿Acampar? ¿En un bosque? Se estaba volviendo psicópata y de eso no había duda alguna...
— ¿Qué?— preguntó Ann. — ¿De quién fue esa idea retorcida?
— Leo y Sam irán...— musitó, con una sonrisa picarona.
¿Sam iría? Eso cambiaba completamente el panorama. Sería mi oportunidad. Era el momento ideal para decirle que también lo quería, y que... Yo debía estar con él.
— Saldremos mañana en la mañana. Lleven lo necesario, en vez de maquillaje, lleven pantalones. Recuerden, solo lo necesario. — aclaró.
En ese momento, deseé que amaneciera en un pestañear de ojos.
* * *
— Tengo frío...— dijo Ann, acariciando sus brazos frenéticamente.
— Lo sé, ya casi llegamos a donde están los demás. — puntualizó Troy.
Y sí, a unos cuantos metros se encontraban un grupo de chicos y chicas, con pequeñas bolsas en donde se supone, debían cargar lo necesario.
— ¡Hey!— saludó Troy repetidas veces al que se encontraba en su camino.
Observé a Sam, quien hablaba con una chica. Fruncí mi ceño confundida.
Decidí no acercarme, sería una molestia quizá. Observé los rostros de los chicos; allí estaban los amigos de mi hermano, unas cuantas chicas que de seguro eran las novias de ellos, Sam, Leo, Franco, Michael, la chica con la que hablaba Sam y mi mundo se vino cabeza abajo cuando vi a Daemon.
¿Qué hacia él ahí?
Me acerqué a mi hermano con sutileza.
— ¿Que hace Daemon acá?— me crucé de brazos.
Mi hermano sonrió.
— Relájate, hermana. Vino por mi cuenta, ¿hay algo malo en eso?— me miró desafiante.
Puse mis ojos en blanco y negué con mi cabeza.
— ¿Has visto a Stella?— preguntó de repente, por lo que me asombré enseguida.
— ¿Ella vendrá?
— Sí— contestó nervioso, evitando mi mirada—, es tu amiga, ¿no?
Asentí con una sonrisa pícara.
— Ten cuidado, te van a robar el novio. — gesticuló con su boca y en voz baja.
Volteé y, efectivamente, Sam abrazaba a la chica.
Deseé salir corriendo de allí. Odiaba tener que verlo con una sonrisa plantada en el rostro y teniendo en sus manos a otra chica, que por supuesto, no era yo.
— ¿Quién es esa perra?— pregunté furiosa. Troy rio.
— Lisa, estudia en el instituto.
Inmediatamente, la imagen de Sam bailando con una chica en la fiesta de Franco, llegó a mi mente, dándole un vuelco a mi estómago.
Era la misma chica.
¿Por qué mierdas no se abría un hueco en la tierra y me tragaba entera?
Los hermosos y azules ojos de Sam, se posaron en los míos, partiendo mi corazón en dos. Ese brillo en sus ojos lo causaban únicamente nuestras manos entrelazadas o nuestros momentos juntos... Pero a pesar de eso, el brillo seguía allí, como si esa chica lo hiciese salir a flote.
Oculté mi rostro para que aquel idiota no viera como la debilidad se apoderaba de mí, no quería parecer indefensa.
Lo odié con el alma.
Sentí cómo se acercaba con pasos lentos, pero mi cuerpo reaccionó de la manera más tonta posible.
Corrí hacia Daemon y junté sus labios con los míos, como si de ello dependiera mi vida. Él continuó y pude sentir como una pequeña sonrisa se formaba en sus labios conforme el beso iba adquiriendo más fuerza.
No supe lo que sucedía alrededor. No escuchaba ningún tipo de ruido ni menos pude observar nada porque cerré mis ojos con fuerza, intentando escapar de aquel infierno.
Maldecí millones de veces el haber ido a aquel viaje.
Ese beso no había sido natural, ni tampoco deseado...
Ahora se suponía que Sam me odiaba. Ahora se suponía que no había ninguna oportunidad que cambiara el destino, y que la tortura me abría sus brazos, indicándome que esto apenas comenzaba...
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Hola!!
¿Cómo están? Siento haber tardado en actualizar, pero es que... En realidad no tengo ninguna excusa.
Es muy corto pero prometo actualizar el siguiente con más rapidez.
Disfruten del cap. y no olviden comentar!
Besos, los quiero.
Dani_Smith1.
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Simplemente me gustas.
Teen FictionMarie Johnson Smith es una chica que últimamente cree que no es capaz de dar amor, por experiencias anteriores que no fueron del todo buenas. Conocerá a un chico llamado Sam Smith que le hará saber que de nada sirve la vida si no aprendemos a amar...