* * *
— ¿Cómo te fue con Sam?— Preguntó Ann, quitando unos guantes de cocina de sus manos.
Suspiré.
— Supongo que bien...— Bajé mi cabeza.
— No hablaste con él, ¿verdad?
¡Por Dios, me conocía tan bien!
— No. — Respondí con sequedad, clavando mi mirada en el suelo.
Sentí que su mano pasó por mi espalda.
— No importa, después hablarán, ojalá todo fuera fácil, ¿no?— Recostó su cabeza en la mía.
— No, Ann. La vida fácil no tendría ningún sentido... Sería todo lindo y dulce.
Ann se levantó y agarró mis manos.
— Eso sonó muy del fondo— Señaló su corazón. —. Hablando de dulce, he preparado una deliciosa tarta de chocolate. Para ser más exactos, de Nutella.
Sonreí.
— ¡Tráela, Ann, rápido!
Quería con toda mi alma Nutella.
Ann puso la tarta en la mesa, explicándome que Troy y mis padres habían salido sin preguntar por mí, así que pensé por un momento que el mundo se había olvidado de mi existencia... O quizás solo mis padres.
— Veo que aun odias a Leo. — Dije, observando la tarta con cautela.
Ann se estremeció.
— ¿Qué? ¿Por qué lo dices?— Balbuceó mientras agarraba el cuchillo en sus manos.
— ¿Será porque la tarta dice "Te odio Leo"?— Pareció más una afirmación. Con sarcasmo, claro.
Y empezó a reír como foca epiléptica.
— ¿Dónde estabas?— Preguntó más calmada.
— Estaba donde mi ex. — Le dije, viendo cómo se atragantaba con un trozo de tarta.
Ella conocía a Daemon, el problema era que lo odiaba.
— ¿Qué hacías donde ese idiota?— Refunfuñó, apretando sus puños con fuerza.
Dejé de comer por un momento. No la miré a los ojos, a pesar de que sentía cómo buscaba mi mirada.
— Lo encontré en el camino. — Dije, estando cabizbaja aún.
— ¿Lo encontraste? ¿Y qué le dijiste? ¿Gracias por decirle a todo el mundo que me besaste? ¿Gracias por haber apare...
— ¡Ya, Ann!— La interrumpí, levantándome de la mesa. — Me insultas, no soy una perra.
La miré a los ojos, observando esa chispa de furia que me revolvía todo el cuerpo.
— Vale, lo siento. — Se disculpó. Suspiró y sentí menos tenso el ambiente.
— Aunque no me lo creas, yo le hice reclamo— La voz se me empezaba a quebrar. —... ¿Crees que no me sentí mal? Cuando creí que todo andaba bien... Puf, ocurre algo que lo arruina todo.
Una espesa lágrima escurrió por mi mejilla.
— ¡Esa desgraciada me insulto en medio de todos!— Señalé hacia un punto inexacto. — Me siento como una basura.
Me tendí en el suelo, observando hacia el techo.
Ann se sentó a mi lado.
— No, Marie. — Agarró mi mano. — Tú eres genial. Ella solo es una demente y traumada chica, que busca controlar la vida de los demás ya que no puede con la suya. Y no, no puedes dejar que ella logre su meta.
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Simplemente me gustas.
Teen FictionMarie Johnson Smith es una chica que últimamente cree que no es capaz de dar amor, por experiencias anteriores que no fueron del todo buenas. Conocerá a un chico llamado Sam Smith que le hará saber que de nada sirve la vida si no aprendemos a amar...