15. Verdades.

1.4K 126 33
                                    


Cuando la puerta se abrió por completo, sentí como mis piernas empezaban a temblar y mi corazón se aceleraba más y más mientras mi mirada buscaba a Sam.

— Entra, Marie. — Escuché la voz de mi prima a mis espaldas, mientras su mano me empujaba suave y lentamente. Mi cuerpo reaccionó de inmediato al ver a Sam recostado en la camilla con sus ojos abiertos como platos y su mirada fija en mí. — Te dejaremos sola.

— ¡Sam! — Mi voz retumbó en la habitación. No se cómo ni en qué momento sucedió, pero en cuestión de solo un segundo me encontraba abrazando con todas mis fuerzas a Sam.

— Marie... Gracias por venir, gracias. — Susurró en mi oído. Su cara volvió a ser la misma que vi el día en que mis cuadernos cayeron al suelo. — Me alegra tanto verte... ¿Estás bien? — Aún seguíamos abrazados.

— Claro que lo estoy, ¿por qué no he de estarlo? — Susurré en su oído mientras le daba un corto beso en la mejilla. — ¿Cómo te sientes?

— Yo estoy bien, tú me estabas preocupando.

— ¿Yo? — Retomé mi postura — ¿Por qué?

— Porque no sabía nada de ti, además, antes de que me subieran a la ambulancia te vi corriendo con lágrimas escurriendo en tu rostro. — Sus ojos expresaban sincera preocupación, pero alegría a la vez.

— Pues... Estaba preocupada por ti— Una sonrisa tímida se formó en mi rostro. — Ya sabes ¿no?, como amigos que somos.

— Bueno, eso ya no importa. — Logró entender que el tema me incomodaba. Lloré por él y eso era lógico.

— Y... ¿Franco que hacía acá? — Me crucé de brazos.

— Me estaba pidiendo disculpas... Él es mi amigo. — Me explicó arrepentido.

— Me parece muy bien de su parte... Ahora, ¿por qué lo empujaste así? — Me acerqué a él. — Recuerda que fuiste tú quien empezó la pelea.

— Sí, lo sé. No es necesario que me lo recuerdes. — Suspiró fuerte, bajando su mirada.

— Lo siento... — Tomé su mano, buscando su mirada.

— ¿No entiendes que lo hice por ti? — Logró mirarme a los ojos.

— Tienes razón. Discúlpame, no debería...

— No te preocupes, no tienes por qué pedirme perdón.

— ¿Sabes?, hace un momento me encontré con una pequeña y muy linda niña— Sam sonrió—, parecida a ti.

— ¿Ah, sí? — Yo asentí con la cabeza.

— Ahora conozco a la famosa Annie. Es muy linda.

— Igual al hermano. — Sonrió engreído.

— Sí, claro. — Comenté sarcástica a la vez que soltaba una pequeña risa.

— Toma, tienes que devolverle las chocolatinas a Sam. — Ann dejó en mis manos una chocolatina. Mis ojos se abrieron exageradamente. — Para ti Sam, ya vuelvo. — Es lo último que dice antes de salir. Pronto las risas de Sam se escucharon.

— ¿Puedo hacerte una pregunta algo incomoda? — Pregunté, mordiendo un poco del chocolate.

— Claro... Pero déjame un poco de eso. — Señaló la chocolatina.

— Oh, sí, yo te dejo un cuadrito. — Seguí comiendo. Las suaves risas de Sam me hicieron atragantar un poco. — La pregunta es... — Continúe. — ¿Por qué me defendiste de Franco? Ósea, sé que fue por la amistad, pero también sé que hay más que eso... ¿Verdad?

¿En serio preguntaste eso, Marie?

— Me descubriste... —Bromeó un poco. — La verdadera razón es... No entiendo, deberías estar agradecida por haberte defendido de un beso al cual no querías responder ¿no?

— Si, no estas entendiendo nada de lo que digo. — Di un fuerte suspiro. — Mi pregunta es; ¿por qué me defendiste así?

— ¿Dándole golpes a Franco?

— ¡Sí!, por fin lo entiendes...

—Será porque te quiero— Mis ojos se abrieron como platos a punto de romperse en mil pedazos. — Como amiga, claro.

¡¿Qué?!... ¡Mierda!

— Sí... Como amiga... — Dije compungida mordiendo la chocolatina y contando sus cuadros. La puerta se abrió de repente.

— Hey. — Saludó Troy— ¿Qué tal, Sam?, ¿ya tuvieron su momento romántico? — Sam rio.

— Aw, Sam. ¿Cómo estás? — Pregunta Ann, depositando un beso en la frente de Sam. — Estábamos muy preocupados por ti... Más que todo ella. — Me señaló con su dedo índice.

— Lo sé, gracias por haber venido. — Se escuchó agradecido.

— ¡Ah, Marie! — Exclamó Ann llamando mi atención. Dejé de contar los cuadritos para mirar a mi prima. — Te encanta contar chocolatinas ¿verdad? — Sam y Troy no dudaron en reír tan fuerte, que en segundos sentí como el calor subió a mis mejillas.

— ¿Qué te dicen los doctores, Sam? — Cambió de tema mi hermano.

— Que debo descansar por unos días más, no es nada grave, por mí me iría ya. — Clavó su mirada en mí.

— ¿Cuántos días? — Pregunté interesada.

— No sé... Unos dos días más... Creo.

— Ojalá salgas ya, nos harás mucha falta estos dos días. — Habló Ann con honestidad.

— Oigan, ¿qué hay de la fiesta de franco? ¿No es mañana? — Preguntó Troy, haciendo que fuera el foco de nuestra atención.

— Me dijo que la haría el viernes que viene, es festivo. — Respondió Sam.

— ¿Y tú irás? — Preguntó mi prima a Sam.

— Si salgo de aquí... No dudaré en ir. Después de todo, fue muy decente al disculparse.

— Tienes razón. — Dije, apartando mi mirada hacia un punto no muy lejano y dejando que el delicioso sabor del chocolate controlara mis sentidos.

— ¿No era para Sam la chocolatina? — Preguntó Troy a mi prima, enarcando una ceja y con total logicidad en su voz.

— Sí, pero sabes bien que con Marie no se puede compartir el chocolate y menos en cuadros. — Contestó con gracia mi prima y provocando que todos riéramos.

* * *

____________________

Holaaa!!!

Gracias a todos por votar y comentar, me hacen muy feliz ;')

Recuerden seguir leyendo, tratare de subir los caps. Mas seguido para que no pierdan el hilo de la historia.

Los quiero

Dani_Smith1.





Simplemente me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora