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Entró a la cocina como todas las mañanas, vio a su esposa, estaba friendo unos huevos, ni siquiera se esforzó por sonreír, se acercó a su pequeña de un año, estaba en su silla alta al lado del comedor, sonrió inevitablemente.

-– Hola, niña linda... ¿Cómo estás, Cassie? -– Acarició sus cabellos rubios y se sintió tan bien al verla reír, besó su mejilla con una sonrisa — Ya tengo que irme, nos vemos a la tarde, cariño... adiós -– Jugó con una de sus pequeñas manos, se levantó dando la media vuelta para salir del lugar

— Natasha -– Escuchó a su esposa, volteó en sus tacones altos y con molestia la vio a los ojos

— ¿Qué?

— Un "Adiós, Wanda, ten buen día" no te mataría ¿O sí? — Alzó una ceja volteando a verla

— No estoy para tus juegos ahora, así que déjame ir que llego tarde — Continuó con su camino

Wanda vio los dos platos que había servido con el desayuno, se llevó las manos al rostro escuchando la puerta cerrarse, no sabía por qué lo seguía intentando si era claro el desprecio que tenía su esposa por ella.

— Volvemos a sólo tener la casa para las dos, cariño... — Intentó sonreír dirigiéndose a su bebé con uno de los platos para el desayuno, trató de no llorar sentándose al lado de su pequeña — A comer ¿Sí, nena?

-– Mami... -– Emitió sin hacerle caso a Wanda, quería que Natasha esté con ella

— Mami tiene trabajo que hacer — Trató de sonreír "O eso es lo que ella dice..." Pensó — Pero te prometo que tú y yo pasaremos un día increíble, vamos a jugar un rato, ir al parque, almorzaremos con el tío Pietro... será un buen día, lo juro, Cassie – Acarició la mejilla de su pequeña – Ahora a comer

Todos sus días se resumen a lo mismo, ella tenía que intentar complacer a Natasha, aunque su matrimonio era irreparable, muchas veces pensaba y soñaba que todo volvía a ser como antes, pero lástimosamente no sería así, vivían en un matrimonio de interés y conveniencia, a estas alturas no sabía si lo mejor era divorciarse ahora, aunque han estado esperando tanto tiempo que tal vez esperar un poco más para lograr su objetivo sea lo mejor.

De todas formas lo hacían todo por Cassie, la única luz de su vida, el único recuerdo de que una vez se amaron mutuamente, pues Wanda aunque ahora sentía lo mismo que al principio no era correspondido por Natasha, peor aún cada acción era rechazada por su esposa.

Pensaba que los matrimonios por conveniencia o forzados por los hijos eran estúpidos y una mala trama de películas, pero la vida real era mucho peor, habían tantos secretos ocultos que no sabía si lo mejor era hablar o hacer que Natasha la siga odiando de la misma forma, no sabía tampoco si podía aguantar el rechazo, los desprecios, los malos tratos, las frases sarcásticas o de enojo o indiferencia, todo llegaba a un límite y ella estaba a nada de sobrepasarlo.

Aunque la tortura era un alivio al dolor y secretos que guardaba, los crímenes que había cometido, lo menos que podía soportar era el desprecio de la mujer que más amaba.

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora