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Habían pasado dos semanas desde que le dijo a Natasha que se divorciarían, su aún esposa se fue a pocos días de la noticia a una nueva misión, volvía esa mañana, no intercambiaban más palabras a parte de las necesarias por sus hijos, sí habían caído en besos y acostarse, pero Wanda se mantenía firme al no querer seguir casada con ella.

— ¿Qué es esto? — Preguntó Wanda al ver a su esposa poner dos carpetas con documentos en la mesa, sus hijos aún dormían y Natasha llegaba de misión

— Es el divorcio firmado por mí y también mi renuncia para dejar las misiones

— Natasha... yo no te pedí esto otro...

— No puedo renunciar de un momento a otro, así que continuaré trabajando por seis meses, pero te juro que ya renuncié...

— Mmmmm... — Asintió — Yo no sé para que si nos estamos divorciando — Decía tomando de su café restándole importancia con la voz, buscó la carpeta con los papeles de su divorcio

Natasha tomó a su esposa del brazo e hizo que se levante, a Wanda se le cayó la taza de café al piso.

— ¡Natasha! — Exclamó — ¡Mira el desastre que hiciste...! ¡¿Qué...?! — Se calló al sentir cómo su esposa la rodeaba de la cintura acercándola a ella

— Quiero que tengamos un buen matrimonio, por eso te estoy complaciendo, porque no veo mi vida sin ti, te amo, te amo con cada fibra de mi ser, no hay nada en la vida que no haga por ti y mis hijos, quiero demostrarlo, me muero por ti, Wanda... no quiero que nos divorciemos, pero si es así, me encargaré de que nos reconciliemos y te quieras volver a casar conmigo, malyshka, porque no concibo mi mundo sin que tu seas mi esposa — Habló cerca de sus labios besándola después de todo eso

Wanda trató de resistirse, pero no podía, claro que quería a su mujer devuelta con ella y aunque sólo cumplía lo que le pidió ahora que había tomado medidas, sus ganas de ser su esposa seguían ahí, la amaba.

— Vas a tener que limpiar el piso — Susurró Wanda abrazada a su cuello

— Hago lo que tú me pidas — Volvió a besarla sentando a su esposa sobre la mesa

— Nat... — Rio con suavidad correspondiendo sus besos

— ¿Mmmm? — Apretó sus muslos mientras la acercaba a ella

— Los niños están... por despertar... y... no he hecho el desayuno — Decía entre besos, Natasha podía hacer lo que quería con ella

— Eso yo lo arreglo, no te preocupes — Se alejó un poco para hablar y después volvió a besarla, hizo que las piernas de su esposa rodeen su cintura, apretó su trasero mientras bajaba la boca por su cuello — Vamos a la habitación

— ¿No sabes otra frase? — Rio con suavidad, era lo único que Natasha decía cuando llegaba de sus misiones, también la extrañaba en ese aspecto

— Quiero follar a mi mujer en su habitación — Susurró en su oído — ¿Esa te gusta más?

— Láska... — Soltó un suave gemido que bastó para que Natasha suba las escaleras con ella

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora