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Natasha despertó, no recordaba en que momento se quedó dormida, no había soñado con Wanda, tampoco había tomado las pastillas, porque no quería depender de nada, tenía un plan por si soñaba con ella, terminarían de nuevo, agradecía no haber pasado por eso otra vez.

Aunque suene tonto, el terminar con Wanda en sus sueños para después despertar y escuchar la noticia del testamento que le daba fin a su matrimonio había sido algo fuerte de asimilar, odiaba la manera en la que trató a Wanda en ambas situaciones, pero estaba abrumada.

Se puso de lado viendo a su esposa descansar, sería tan extraño no verla cada vez que despierte, tal vez sí tendría que apegarse a los somníferos en un principio, si era sincera le preocupaba Wanda, porque la amaba tanto así que quería cuidarla a cada instante, saber cómo estaba, cómo se sentía, estar a su lado sólo viéndola sonreír, quería que coma bien, tres veces al día, que duerma bien, no desconfiaba de su habilidad de ser un adulto, sino desconfiaba de su habilidad al soportar una ruptura, sobretodo la de su matrimonio, había luchado tanto para que ambas sigan juntas esperando por el testamento, que ahora que llegó el momento notaba cómo Wanda estaba ausente desde que hablaron, podrían estar en el mismo lugar, pero su mente no estaba ahí.

En su interior creía que podría disculpar a Wanda por haberla engañado, pero fue inútil, no podía vivir con la mujer que amaba sabiendo que fue insuficiente para ella, que no había sentido que su amor sea idóneo como para no cometer ese error en primer lugar.

El engaño se repetía en su cabeza sin detenerse, una y otra vez...

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora