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Despertó de repente, era de madrugada, Wanda estaba dormida a su lado, se sentía extraña, nunca la Wanda de sus sueños la había expulsado de esa forma, a pesar de saber que había despertado por sí misma, tenía la sensación de que alguien más la despertó, no sentía que fuera correcto estar despierta tan tarde.

Estaba incómoda, quería sólo cerrar los ojos para volver al mundo en el que todo era perfecto y cómo ella deseaba, pero por más que cerraba los ojos e intentaba relajarse para dormir, no lo conseguía.

Cuando por fin logró quedarse dormida, no soñó absolutamente nada, el amanecer siguiente fue horrible, se sentía desmotivada, exhausta, como si hubiera dormido sólo dos minutos, no tenía esa gran energía que la caracterizaba después de haber soñado con su familia perfecta, sentía un vacío al no ver a Billy y Tommy, los había dejado dormidos en su cama, normalmente podía más o menos separar su vida real con la de sus sueños, pero esa mañana sólo sentía que añoraba tener a su esposa y a sus hijos.

Pero la lógica simplemente le dictaba que no podía pertenecer a un sueño para siempre, por más que su esposa en sueños le diga que sabía cómo, era irreal y fantasioso, no tendría esa bella familia nunca, no sería así, debía de afrontar que la realidad era otra, que los sueños no existían, que jamás tendría esa armonía y paz, menos con todo lo que descubría día a día sobre Wanda, su ex esposa.

— ¿Te sientes mal? Enferma quizás... — Escuchó la voz de Wanda, en vez de empezar su rutina diaria, después de que sonó el despertador, se quedó sentada en cama perdiéndose en irrealidades

— No, estoy bien — Dijo seria, no podía ni siquiera fingir una sonrisa

— ¿Segura? — Acercó la mano a su frente y la paseó por su cuello, no tenía fiebre por lo que podía percibir, pero su esposa no se levantaba así, ese humor lo traía cuando recién descubrió que la engañó

— Sí — Aclaró su garganta y se levantó de la cama — Tomaré una ducha para ir a trabajar

— Puedes decir que estás enferma, así te preparo una sopa, te quedas el día en cama, descansas un poco, quizás el trabajo te tiene estresada — La mirada que le dirigió Natasha la hizo sentirse rechazada

— No todos podemos tener la fortuna de estar en casa todos los días, tengo trabajo y cosas que hacer — Se metió al baño cerrando la puerta con rapidez

Wanda se abrazó a sus rodillas no entendiendo lo que le pasaba a Natasha, ella no era así, el mal humor no era algo que la caracterizaba, menos aún últimamente, desde hace unos meses despertaba con una algarabía única.

Había algo que estaba mal, no sabía lo que era, pero a su esposa le afectaba, sintió cómo se removía por la madrugada, tuvo el impulso de abrazarla, pero no quería ponerla de mal humor ni mucho menos, a parte de que ella tenía sus propios problemas como tener que ir a ver a Loki ese día, por ejemplo.

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora