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Al volver a casa sabía que tenía que hablar con Wanda, lo que había pasado anoche no podía volver a repetirse, veía su bolso con un bote entero de pastillas para dormir, no compartiría una noche más con ella, no podía, tampoco seguir soñando con Wanda, esperaba que las pastillas sean lo suficiente para dejar ese mal hábito.

Así que estaba lista, tendría una gran pelea y luego a la cama, esperaba no pasar más de una hora gritando y que su bebé ya esté dormida, porque había llegado lo más tarde posible a propósito.

Abrió la puerta y caminó hacia la sala, era la única luz que veía prendida, imaginaba que Wanda se encontraba ahí.

— ¡Hasta que por fin llegas! — Exclamó enojada cerrando el libro que leía y poniéndolo en la mesa de centro

— ¿Cómo está, Cassie? ¿Se durmió?

— Sí, ya llevé a arropar a MI hija, porque soy la única que se hace cargo de ella

— Sí, lo que sea... yo... dormiré en la habitación de huéspedes — Agachó la mirada sintiéndose avergonzada, era tan infantil refugiarse en su esposa infiel para poder conciliar el sueño; sacó uno de los envases con pastillas para dormir — Tengo otro para mí, toma este — Wanda la veía desconcertada, pero no le recibió el envase, así que lo dejó en la mesa de centro junto a su libro — Buenas noches — Se dio la media vuelta pensando que estaba siendo realmente fácil

Natasha subió las escaleras dirigiéndose a su habitación para sacar su pijama, cepillo de dientes, de cabello y demás que necesitaba para poder dormir y despertar a la mañana siguiente.

¡¿Me darás un envase de somníferos y te irás así nada más?! — Exclamó Wanda aventando el bote de pastillas a la cama

Natasha cerró los ojos con fuerza para suspirar y ver al techo, era demasiado bueno para ser verdad, no podía tener una salida tranquila.

Si no lo aviento a la pared para que explote y todas las pastillas se rieguen en el piso es porque tenemos una bebé en casa — Aclaró Wanda

— Baja la voz — Decía con seriedad — Me parecía atractivo tu toque teatral y dramático cuando nos conocimos, pero te juro que...

— Estás harta, lo sé — Rodó los ojos hacia un lado

— Bueno... entonces démosle un giro por primera vez a una de nuestras discusiones y déjame ir a llenarme de pastillas para poder dormir — Sonrió falsamente

— ¿Por qué un día me hablas por mensajes y parece que nos podemos llevar bien para que después al día siguiente...?

— La que me empujó de la cama porque se puso celosa de un sueño fuiste tú, la que me sigue tratando como si fuera su mujer eres tú... ¿Tú crees que yo te confundo? Imagina cómo me siento yo... — Decía con tristeza

Wanda tomó el envase y lo abrió vertiendo unas píldoras encima de su mano.

— ¡Wanda! — Se sintió asustada tomando su muñeca y le quitó las pastillas de la mano — ¡¿Qué te ocurre?! — Exclamó tomando el envase, lo dejó en el escritorio junto a las pastillas, Wanda cayó sentada en la cama como si no entendiera porque hizo algo así — No puedes tomar más de dos y dos es demasiado — Se arrodilló en el piso posando las manos en la cama a los lados de su esposa — ¿Te sientes bien? ¿Hay algo de lo que quieras hablar conmigo? — Acarició sus piernas — No era mi intención que hicieras algo estúpido, yo jamás...

— Sé que no eres así, Natasha — Negó rápido no queriendo ver a su esposa a los ojos mientras jugaba con sus manos de manera nerviosa — Ve a dormir, buenas noches

— Wanda... no te voy a dejar después de un momento así, no quiero que te hieras — Natasha sintió cómo Wanda se agachó a abrazarla, no pudo evitar acariciar su espalda y atraerla a ella del mismo modo, entendía que su esposa estaba tan asustada como ella por lo que pasó

No dejaría a Wanda así, no lo haría, nada le dolería más que su propio miedo o daño, era una mujer muy sensible, no había tenido un pasado fácil, tal vez por eso era que no se atrevía a dejarla sin cumplir el tiempo establecido.

— Ya pasó... todo está bien... — Susurró Natasha acariciando su cabello mientras la abrazaba con más fuerza a ella 

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora