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— Antes de que se retiren, Wanda, tu abuela te dejó una carta, las dejaré a solas, a menos que quieran llevársela a casa — Decía el abogado distraídamente estirándole el sobre a Wanda

Natasha notó las manos de su esposa apretar la suya — ¿Está bien si nos quedamos aquí un momento? — Pidió sabiendo que Wanda no quería ni tomar la carta, por lo que lo hizo ella

— Pueden quedarse todo el tiempo que quieran, con permiso — Sonrió con suavidad saliendo de la oficina

Esperó que Wanda reaccione o haga algo, pero parecía como si quisiera evitar la realidad, tenía los ojos llorosos, le dolía verla así.

— Si no quieres abrirla no tienes por qué — Susurró Natasha acercándose a la mejilla de su esposa dejando el sobre en su regazo, acariciando su hombro — Podemos ir a casa y dejar la carta en un cajón hasta que algún día quieras verla o deshacernos de ella, será cómo tú quieras — Besó su piel sin poder resistirse

— Quiero leerla — Asintió viendo a su esposa, Natasha limpió sus lágrimas con una mano — Pero no te alejes de mí, sé que esto es mucho pedir y no...

— Wanda — La interrumpió — No me estoy yendo a ningún lado — Acarició su mejilla apartando su cabello hacia un lado — Voy a estar contigo, sosteniéndote, no pienses en nada más ahora, esto es importante para ti y es lo que me importa a mí

— Gracias — Susurró con la voz quebrada, no podía contener más las lágrimas

Vamos a que te pongas cómoda — Tomó el sobre y jaló a Wanda para acercarse al sillón

Se sentaron, Natasha no dudó en abrazar a su esposa mientras le daba el sobre, besó su frente y acarició su cabello sintiendo cómo Wanda se inclinaba en ella y buscaba una especie de cobijo.

— Ábrela cuando estés lista, no hay presión de ningún tipo — La calmó Natasha, su abuela era lo poco de familia que le quedaba y también la perdió

Alzó la mirada su esposa, era una mujer grandiosa, siempre estaría agradecida de tener a Natasha a su lado, de que sea la madre de su hija y haberse casado con ella; sin saber que decirle abrió el sobre quitando la carta para poder leerla, le gustaría esta clase de cariño por parte de su esposa siempre, pero sabía que sólo lo obtendría en estos momentos difíciles porque Natasha no era un monstruo.

"Querida Wanda:

Para cuando leas esto yo ya habré fallecido, jamás quise dejarte, espero que mis últimos años aquí sean los suficientes para haber estado contigo y dejarte al cuidado de una persona que valga la pena.

No sé si tendré nietos o ya los habré conocido, tampoco si estés de acuerdo con la cláusula de los cinco años, espero que estés leyendo esto con una gran sonrisa pensando en que la persona con la que estás al lado es a quien amas y quien estará contigo para siempre, aunque ninguno de los que nos fuimos quisimos dejarte sola, finalmente lo hicimos.

Deseo que hayas formado una familia preciosa, que tengas hermosos bebés y que día a día pienses en lo afortunada que eres, independientemente del lugar en dónde vivas o la manera, quiero que seas feliz, desde lo más profundo de mi corazón espero que seas una mujer realizada, casada y con hijos.

La persona que está contigo debe saber la mujer tan valiosa que eres, que nuestro pasado es sólo una desgracia de historia familiar, pero eso no significa que seas menos valiosa, eres noble, si la vida nos tenía que jugar esta clase de situaciones, me alegro que el rezago seas tú, pues eres la más pura e impoluta de los Maximoff.

Recuerda que el apellido, las acciones, problemas y demás que ha tenido nuestra familia, no te define a ti como persona, tú eres asombrosa, espero que seas feliz, sé que mi dinero no es más que un trámite para ti, porque no es lo que importa, no te hace falta, pero piensa que es un regalo, tal vez lo uses para pasear o comprar algún lujo o una casa en tu lugar favorito en el mundo, para lo que sea que lo emplees espero que te brinde alegría.

Te amo para siempre, mi nieta adorada."

Wanda tenía lágrimas en los ojos mientras leía, Natasha la abrazó con más fuerza cuando la vio bajar el papel, la sostenía con firmeza besando su cabello, la amaba tanto. 

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora