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Vio su celular, ya estaba por ser media noche, le había anunciado a Wanda que no llegaría a dormir, extrañaba tanto a su bebé y también a su esposa, necesitaba estar a su lado para dormir, vio una foto de Wanda y Cassie en la habitación principal, a su bebé le costaba dormir cuando no la iba a ver, le daba tanta ternura, Wanda estaba de lado mientras su bebé tenía los ojos cansados, a punto de dormir.

Sintió a Maria estirarse entre sus brazos, bloqueó su celular rápido besando la mejilla de su amante o novia, no sabía aún que eran exactamente.

— Me quedé dormida — Se quejó abrazándose a Natasha — Te propuse pasar la noche conmigo y te estoy fallando, lo siento — Acarició sus mejillas besando sus labios

— Claro que no — Sonrió besando su boca con una sonrisa — ¿Quieres descansar? — Acarició su mejilla, no dormiría esa noche si se quedaba con Maria, pues no quería soñar con su esposa mientras estaba junto a ella y tampoco tomar una de las pastillas para no soñar, porque quería llegar al desayuno con su pequeña al día siguiente

— No... — La vio a los ojos — ¿Tú?

— Yo tampoco

Maria mordió su labio inferior y se acercó a besarla, Natasha correspondió con una sonrisa sintiendo cómo Maria se posicionaba a horcajadas de ella, estaban en cama, con pijama corta, acarició sus muslos mientras se acercaba a ella.

— Adoro tenerte así de cerca — Susurró Maria besando su cuello, acariciaba sus brazos desde sus hombros dejando las tiras caer — Sabes que te amo ¿Verdad? — Dijo bajo encima de sus labios

— Lo sé.... — Respondió nerviosa

— Nat... yo te necesito — Se pegó rápido hacia ella tomando sus manos, pasándolas por sus muslos en dirección a su abdomen — ¿Yo te gusto? — Natasha apenas pudo sólo asentir — ¿Mi cuerpo te gusta? — Puso las manos de Natasha encima de sus pechos para que los apriete

— Mucho — Apenas pudo hablar, tenía la boca seca

— Quiero ser tuya, Natasha, completamente... — Susurró besando sus labios — Necesito todo de ti — Quitó su top volviendo a juntar sus labios con los de Natasha dejando que ella toque su cuerpo

Maria sentía que por fin esa noche pasaría lo que tanto deseaba desde hace mucho, no se reservaba en tocarla o besarla, sentirla cerca, su piel se sentía suave contra la suya.

— Maria... — Suspiró con los ojos cerrados, sentía que el ambiente empezaba a calentarse, pensaba en que se dejaría llevar por sus instintos, aunque por su mente sólo pasaban imágenes muy sexuales de su esposa, era con quien había experimentado los mejores orgasmos del mundo, todo con ella era intenso, más aún el momento de hacer el amor, era perfecto, porque justamente la amaba en demasía, era la mujer de su vida, nada cambiaría eso jamás — Espera, espera... — La detuvo de la muñeca al sentir que metería la mano debajo de sus shorts

— ¿Qué pasa? — Preguntó jadeante besando la comisura de sus labios

— No me siento del todo bien para esto... estoy algo cansada y estresada — Por instinto tapó sus pechos con un brazo — Quiero que nos detengamos

— ¿No te sientes bien para hacer el amor o hacerlo conmigo? — Preguntó exhausta

— No tiene nada que ver contigo...

— No es normal que estemos tanto tiempo y me sigas rechazando cada vez que avanzamos un poco... ¿Somos pareja o no?

— Claro que sí, Maria, yo sólo te trato a ti como mi novia

— Bueno... tal vez mi concepto de ser tu novia y el tuyo sean completamente diferentes — Se quitó de encima de Natasha tomando su top y poniéndoselo de vuelta

— Lo siento

— No puedes disculparte por no quererme o verme de esa forma — Vio a Natasha ponerse su top con cuidado, como si no quisiera hacer ningún movimiento brusco — Esto no es normal y no es por el sexo, sólo siento que no me consideras como tu novia, soy tu apoyo con quien intentas tener una relación porque... tal vez sientes que me lo debes... no lo sé, pero tampoco quiero averiguarlo, Natasha

— Maria, lo estoy intentando

— Es que no tienes que intentarlo, tienes que sentirlo, tienes que quererme mínimo para poder tener una relación conmigo, para que vengas esta noche conmigo tuve que rogarte desde hace tiempo, sé que tienes una bebé, lo comprendo, pero no entiendo que sigas con tu esposa, sé el motivo, pero si no la quieres... ¿Por qué te brillan los ojos cuando te manda un mensajes? ¿Por qué tienes fotos de ella y te quedas viéndola? En primer lugar ¿Por qué te las envía con la excusa de que sale tu hija? Ella no tiene porqué estar ahí

— No voy a pelear con Wanda por aparecer en las fotos que me envía, sabes que sería una discusión ridícula y...

— Natasha, retírate, por favor

— Maria... — Botó aire por la nariz — No quiero que terminemos peleadas, se supone que esta noche sería para que disfrutemos

— Retírate, por favor — Insistió cruzando sus brazos, tenía los ojos llorosos

— No voy a dejarte así — Se arrodilló limpiando sus lágrimas con cuidado

— Quisiera que tengas esa consideración conmigo porque me amas, no porque te sientes culpable por cómo me siento — Apenas podía hablar, su labio inferior temblaba igual que su voz

— Maria...

— Sé que te mueres por ver a tu bebé, jamás puedes dormir cuando estamos juntas, Nat... mis sentimientos por ti son sinceros e inmensos, yo voy a pensar si quiero seguir con lo nuestro, porque no sé si pueda seguir soportando intentar algo contigo que no me quieres de esa forma

— Yo te juro que seré cada vez mejor, pero entiende que aún no me siento lista para muchas cosas...

— Y no te culpo, pero tampoco quiero estar enredada con alguien que no está segura, tú sientes gratitud hacia mí, es mi culpa por haber involucrado mis sentimientos y tuya por intentar corresponderme cuando no era lo que sentías, por favor, Natasha, retírate, quiero estar sola

Con duda bajó de la cama tomando su ropa del piso, se vistió rápido, le dejó un beso en la frente a Maria y salió del lugar, estaba confundida, claro que la quería y apreciaba mucho, pero si era sincera no era amor, no sabía siquiera si algún día podría prometerle tal cosa, no podía ni siquiera tener un acostón con ella ni con nadie, por más que Wanda piense diferente, ella no había tocado a otra mujer que no sea su esposa, no podía, era inimaginable, no sentía lo mismo que con Wanda, no era ni similar, nadie la llevaba a desencadenar ese frenesí, ni la lujuria misma superaba el amor que le tenía a su esposa, por más que Maria sea altamente atractiva, simplemente no le provocaba lo mismo.

Lo peor era seguir siéndole fiel de algún modo a Wanda, ya que a pesar de estar en otra relación, no había llegado a nada más que caricias atrevidas y algunos besos, pero su mente, su cuerpo, su corazón, todo le pertenecía a su esposa, toda ella era de Wanda, era un amor irreal que ni siquiera una traición pudo romper.

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora