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Apareció en su propia casa, era aún de día, pero se notaba que estaba por anochecer, entró a casa y sin pensarlo mucho llamó a su esposa.

— Wanda... Wanda... ¿Amor? — Se sorprendió cuando esa última palabra de su boca, se dio cuenta que estaba nuevamente en un sueño, pero no era blanco y negro, sino uno típico, aunque era por fin lúcido

— ¡Estoy en la cocina! — Escuchó su voz cantarina

Natasha corrió emocionada viendo a Wanda, a la de sus sueños, la tomó por la cintura y empezó a besar su rostro.

— También me emociona verte... — Dijo Wanda riendo con suavidad sintiendo los besos en su cuello

— Siento que no te vi hace mil años — Se quejó

Wanda volteó entre sus brazos y la tomó de las mejillas — Siempre estamos juntas ¿De qué hablas? — Susurró encima a sus labios

— Tienes razón — Negó rápido, debía recordar que era un sueño, obviamente que esa Wanda no recordaba no haberla visto una semana entera — Pero quiero estar contigo todo el día, todo el tiempo — Susurró besándola

Wanda sonrió correspondiendo sus besos abrazándola por el cuello — Me encantas, ya deja de ir al trabajo, por favor – Hizo un adorable puchero

Natasha sonrió alejándose un poco, le daba ternura su esposa — Sí quiero renunciar y sólo quedarme contigo todo el día — Besó su cuello en dirección a sus labios, la tomó de los muslos subiéndola al mármol entre besos, ya no llevaba el cabello como la última vez, más bien estaba en su color normal, castaño claro, no podía negar que la enloquecía aún más conectar con sus ojos verdes, su piel blanquecina, su cabello lacio, no podía dejar de besarla ni quererla cerca — Wanda... – Jadeó atrayéndola del trasero tratando de respirar correctamente, metió la mano debajo del top de su esposa para poder amasar uno de sus pechos — Vamos a la habitación ¿Sí? — La quería cerca y no sólo hacerla suya, sino también ser suya completamente

— Mmhhmmm... — Asintió con un gemido suave

Natasha recordó que en la vida real Wanda no se dejaba llamar "hermosa", así que en vez de seguir dejándose llevar, para diferenciar la realidad de sus sueños, empezaría a llamarla así.

— Te amo, hermosa — Emitió Natasha, Wanda se alejó viéndola a los ojos, no había pensado si tal vez justo por ser una parte de su imaginación tenga características de la verdadera Wanda

— Te amo, Nat — Acarició su cintura – Aunque sería más romántico si no me lo dijeras con la mano en mi trasero

Natasha rio con suavidad por su broma y asintió bajando ambas manos a sus muslos — Te amo, hermosa

— Lo sé — Rodeó los brazos en su cuello — Te amo — Suspiró

— ¿Estabas haciendo un sándwich? — Preguntó notando la tabla de picar y el pan al lado de ellas

— Sí — Asintió tomando a Natasha de la barbilla — Pero me prometiste ir a la habitación — Se acercó a besarla hundiendo su lengua de repente

— Está bien... pero después te pondrás un lindo vestido e iremos a cenar ¿De acuerdo? — Susurró encima de sus labios

— ¿Quieres que tengamos una cita? — Sonrió, Natasha notó cómo se le iluminaban los ojos como si nunca le hubiera pedido salir antes, realmente era muy diferente a su esposa, le agradaba el cambio

— ¿Tú no?

— Claro que sí — Sonrió besándola — Pero antes...

— La habitación, lo sé — La bajó de la superficie y subieron entre risas, besos y miradas cómplices a su habitación

Natasha al tomar conciencia del lugar observaba que era la habitación que compartía con su esposa desde que se mudaron a esa casa, pero tenía pequeñas diferencias, era un sueño, así que creía que era lo obvio que nada sea igual, son esos detalles que la reconfortaban de estar con Wanda, de poder besarla y acariciarla, se permitía amarla.

— No creo que pueda quitarme la ropa si no me prometes que dejarás el trabajo para estar sólo conmigo — Emitió entre besos con Natasha encima

— Lo juro... — Decía besando su cuello tomando el top de Wanda para quitarlo

— ¿De verdad o sólo quieres quitarme la ropa? — Sonrió de lado tomando la mano de Natasha que sostenía el borde de su ropa

— Las dos cosas... — Volvió a acercarse a su boca besándola

Wanda pasó ambas manos en sus muslos, los apretaba con fuerza atrayéndola a ella, metió las manos debajo de su suéter — Es suficiente para mí, para que yo me deje hacer todo lo que tú quieras

— No te arrepentirás, hermosa — Quitó su top y su brasier posando la boca en uno de sus pechos empezando a succionar y lamer mientras veía a su esposa arquear la espalda y gemir complacida, bajó la mano a sus pantalones abriendo el broche y la cremallera metiendo la mano dentro de su ropa interior

— Mmmm... Nat... sí — Gimió alto apretando uno de sus pechos moviéndose rítmicamente encima de los dedos de su esposa

— ¿Así, amor? — Besó su cuello mientras seguía penetrándola

— Sí, Natasha

— Me muero por probarte — Subió la boca a los labios de su esposa

— Sí, por favor.... — Dijo después de su orgasmo

Natasha recostó a su esposa en su cama matrimonial, quitó su ropa interior y pantalones, volvió a besarla con una sonrisa en la boca igual que la de Wanda.

— Te amo — Susurró Natasha encima de sus labios tomándola de las mejillas — Te amo desde lo más profundo de mi ser, amo que seas mi mujer, nunca me había enamorado tanto de alguien como de ti, adoro que estemos juntas para siempre, sólo las dos — Volvió a besarla

Nat.... — Sonrió correspondiendo sus besos

Voy a hacerte sentir muy bien... — Empezó a bajar con besos por su cuerpo dejando rasguños y mordidas, hundió el rostro entre sus piernas

Ah... — Gimió alto enredando la mano en el cabello de Natasha

Después de darle su orgasmo besó la parte interior de sus muslos subiendo de la misma forma por su abdomen, su pecho, su cuello y sus labios.

— ¿Fue en serio todo lo que dijiste hace rato? — Preguntó Wanda, había sido lindo sentir besos suaves y con sentimiento después de hacer el amor

— Claro que sí — Acarició su mejilla — Eres mi mujer

— Te amo, Nat — Dijo con una brillante sonrisa — Por Dios que te amo tanto que no me importaría lo que tenga que dar sólo para tenerte a mi lado, eres el amor de mi vida — Llevó una mano apartando el cabello de su rostro, mordiendo su labio inferior

— ¿Sabes? Me encanta ese gesto, en el que muerdes ligeramente tu labio — Susurró encima de su boca — Tus manos siempre se han movido de una manera tan suave y delicada, es de esos pequeños detalles cuando conoces a alguien que te hacen continuar en una conversación o interacción corta

Natasha se recostó al lado de su esposa, sintió cómo la abrazaba, acarició su cabello besando sus labios, la sostenía cerca tocando su piel sonriendo de sólo estar a su lado.

— A mí me llamó la atención tus brazos, tu tono de voz... la sonrisa nerviosa que muestra este diente — Sonrió apuntando uno de sus incisivos — Justo así — La vio sonreír de ese modo y le encantó

— Gracias, hermosa — Besó su mejilla

— ¿Me dejas hacerte el amor, Nat? — Susurró encima de sus labios

— Por favor — La abrazó a ella sintiendo cómo las prendas resbalaban de su cuerpo

Wanda besó su cuerpo, se encargó de tocarla cómo quería, amaba sus caricias y acciones, su mirada, todo en ese momento era perfecto, sintió caricias en su centro, gimió alto cuando apretó su clítoris. 

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora