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Había dormido plenamente, claro que sentía a Natasha en su espalda, sus manos no se habían quedado quietas en su abdomen, una estaba debajo de su trasero, y la otra en uno de sus pechos, no se cansaba de acercarse a Wanda y atraerla a ella, Wanda se sentía demasiado caliente, si fuera un día normal pondría a su bebé en la cuna de al lado y se encargaría de despertar a su esposa a besos, como también continuar, pero ahora debía conformarse con que su esposa sólo la quiera cuando estaba dormida.

Wanda quitó la mano de su esposa y se levantó con cuidado, acercó a su bebé al centro de la cama y la rodeó con almohadas, aún era algo temprano, pero necesitaba una ducha de agua helada si era posible.

Minutos después Natasha abrió los ojos, vio a su bebé profundamente dormida, sonrió acariciando su pequeña mejilla, se extrañó de no ver a Wanda, había tanteado con una mano para acercarla a ella, ahora que estaba despierta por completo se dio cuenta de que se había pasado de la línea con su esposa, se levantó de la cama buscándola, la luz del baño la hizo notar que Wanda estaba ahí, vio la puerta entreabierta, notó a su esposa en la bañera.

— Natasha... — Escuchó la voz de Wanda y se hizo hacia un lado, aunque rápido se dio cuenta de que no la llamaba

Natasha se acercó más a la puerta y vio a su esposa en la bañera, Wanda estaba con las piernas abiertas por encima de la bañera, apretaba uno de sus pechos y la otra mano la ocupaba para masturbarse.

— Mmmmmm... Natasha, sí... amor... más rápido, por favor — Gemía moviéndose contra su propia mano haciendo que el agua se mueva y salpique fuera de la bañera — Nat... mierda...

Natasha puso la mano encima de su boca, le parecía extraño que Wanda se masturbe pensando en ella, seguro la había provocado toda la noche, no podía detener el reaccionar de su subconsciente al lado de la mujer que amaba.

Sabía que necesitaba a Wanda en su vida, no le importaba tenerla aunque sea unas horas por la noche y no era el sexo, ni que escuchaba a su esposa gemir su nombre desde la bañera mientras se tocaba; era todo, extrañaba a Wanda, no podía seguir con Maria, no era capaz ni de acostarse con ella, peor aún no podía desplomarse a decirle todo lo que sentía o a prometerle una relación que cualquiera se merece.

High Infidelity | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora