Acabo el fin de semana y de vuelta a la Uni, sentía cada vez más nervios de ver al profesor Towers; he de mencionar que era del tipo que volvía locas a mis compañeras, todas lo adulaban y comentaban la perfección de su cara y cuerpo, eso me tenía aburrida o molesta tal vez, además con esos comentarios mi determinación por ignorar lo que sea que pasaba con él, flaqueaba y mis nervios cada vez empeoraban más por esos comentarios; también estaba de acuerdo con que era un hombre atractivo, no lo voy a negar pero la actitud déspota y su irascible carácter, lo volvían intolerable. Definitivamente me irritaba oír de él y también verlo.
En clase, ese día en particular el Sr. Towers me ignoro completamente, lo que provocó en mi una sensación de decepción "me estoy volviendo loca!", decepción total, esperaba saber o notar si el se encontraba igual de afectado que yo, si pensaba en lo que sucedió, como yo seguía pensando en lo que pasó la última vez que lo había visto, porque a mi, me resultó imposible evadir el recuerdo que divagaba en mi memoria con demasiada frecuencia, el recuerdo de la firmeza de su agarre, el calor que sentí cuando rozó mi labio, sabía que estaba mal, por dios tenía novio! Y aun así estaba pensando en eso todo el tiempo....
Dos semanas después eran las fiestas de la facultad, en esta ocasión se haría con temática de mascarada, el código de vestimenta imponía usar colores oscuros; Lu era parte del comité organizador, por ello había insistido tanto desde hace meses para que vayamos; termine aceptando aunque en ese momento no me apetecía.
Lu había escogido tras vestidos negros muy similares, uno para ella, otro para Julia y otro para mi, acompañados de antifaces negros de encaje; éramos como tres versiones de una misma cosa, Lu con todo su hermosa piel morena, Julia con su exótica melena azulada y yo con mis ondas rojizas.
Cuando llegamos el lugar estaba repleto, pese al anonimato que el ambiente nos regalaba, inevitablemente las tres llamamos la atención de unos cuantos; pronto ubique a mi novio junto a sus amigos; Paul se veía muy bien con su camisa Vinotinto contrastando con su rubia cabellera y su mascara dorada.
-Te ves hermosa Amor- me susurró al oído y me besó mientras estábamos en la pista
Casi dos horas después, luego de haber bailado casi todas las canciones en compañia de mi novio (el bailaba muy bien), tuvimos que detenernos pues Anthony se embriago rapidísimo, comenzó a discutir con algunos chicos, por ende Paul y John, lo obligaron a dejar de tomar y lo querían llevar a casa para evitar que haga algún espectáculo mayor.
-Vamos?- Me preguntó Paul
-Vayan ustedes, es temprano y esta chica necesita divertirse- Contestó Julia por mi, mientras me abrazaba
-Esta bien, cuiden de ella- Contestó mi novio
-Escríbeme cuando estés en casa- me dijo antes de darme un beso de despedida
-Te amo- le grite sobre la música
Seguimos tomando cócteles con mis amigas y bailando, alguien toco mi hombro y me invitó a bailar, yo acepte!
-Como te llamas?- preguntó
-Ana y tu?- contesté
-Maximilian, a tu servicio- me guiño un ojo a través de la mascara plateada que cubría la mitad de su cara
Bailamos y conversamos conociéndonos un poco más, antes de que acabe la pieza musical me preguntó si podía unirse a mi grupo junto con su amigo; así que lo invite a nuestra mesa.
Le texteo a su amigo invitándolo y minutos después, para mi sorpresa, a nuestra mesa llegó un hombre vestido en su totalidad de negro, con una mascara a juego, que dejaba al descubierto solo su mandíbula cincelada. Sus ojos grises y su porte revelaban su identidad sin necesidad de prestar mayor atención.
-Eliot, ven! te presento a Ana- dijo Maximilian
-Señor Towers!- lo saludamos Julia, Lu y yo al tiempo cuando se acerco
-Se conocen?- preguntó Maximilian con curiosidad
-Son mis alumnas- respondió el Sr. Towers
El ambiente se torno incomodo, pero por suerte Maximilian volvió a invitarme a bailar y para cortar el hielo me pidió que le llamara Max, era muy simpático y no podía parar de reír con las cosas que me contaba hasta que la canción cambió y Max me soltaba para que mi profesor ocupara ahora su lugar bailando conmigo.
El ritmo se volvió lento y mas sensual, inmediatamente él me tomo de la cintura y me pego a él, empezamos a bailar, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, nos acompasamos como si hubiéramos bailado mil veces antes, en un giro me dejó de espaldas a él y acomodo mi cabello recogido a un lado de mi cuello, dejando descubierta esa zona, sentía su respiración provocar un leve cosquilleo en mi piel, mis piernas amenazaban con dejarme caer y creo que él lo notó pues me acerco más a él reposando su mano estaba sobre mi vientre.
-Que bien hueles- susurro en mi oído, elevando aún más mi temperatura corporal
De inmediato me di vuelta para verlo a la cara - señor Towers- alcance a decir cuando con un tono serio me dijo -No estamos en clases, llámame Eliot- sus manos apretaban mi cadera mientras pronunciaba esas palabras.
¿Quien era este hombre? Y ¿Que le hizo al profesor serio y antipático?
Preferí guardar silencio, pues su voz terminaba de nublarme los sentidos...
Continuamos meciéndonos al ritmo de la canción, ese contacto tan cercano con él me tenía extasiada, podía oler su fresca loción y mis manos estaban sobre su espalda perfectamente trabajada.
La canción terminó y yo incapaz de volver a la mesa con mis amigas, tratando de evitar a mi profesor, preferí seguir bailando con otros de mis compañeros; de lejos nuestros ojos se encontraban de vez en cuando y su mirada era seria e intimidante. Mis amigas cada tanto me acercaban algún trago para brindar con ellas.
El licor ya me tenia algo mareada y tenía demasiado calor así que decidí subir a la terraza de la edificación a tomar aire.
La noche estaba fresca, pero las ráfagas de viento se sentían heladas lo que provocó que comenzara a temblar, mis manos frotaban mis brazos tratando de generar calor hasta que sentí algo pesado y cálido sobre mis hombros, era un abrigo, El aroma de la prenda llego de inmediato a mis fosas nasales, era su perfume, me gire para agradecerle y fue ahí cuando me tomo de la cintura y en un solo movimiento tenía sus labios sobre los míos.
!Besaba tan bien!
Su lengua invadió mi boca con tal maestría que fui incapaz de poner resistencia, al contrario cedí descaradamente, no sabía que yo también anhelaba ese contacto y me perdí entre las sensaciones que sus besos empezaban a provocar en mi, mis brazos antes petrificados por la sorpresa se enrollaron en su cuello acercándolo más mientras una de sus manos sujetaba mi cintura con fuerza y la otra tiraba de mi cabello para obligarme a mantener la cabeza arriba; era exigente, salvaje, caliente.
De repente escuché a mi teléfono sonar, interrumpiendo nos y devolviendo me a la realidad, era Julia quien me buscaba, habíamos quedado en regresar a casa juntas, me aparte de él medio espantada, medio sorprendida.
-Tengo que irme- exclamé, pero cuando intente moverme para marcharme él puso su índice en mis labios e hizo "shhh"
-Ven conmigo Ana- susurró como si alguien estuviera cerca.
Mis ojos conectaron con los de él al tiempo que escuchaba el timbre del elevador, el me tendió la mano, en tanto yo incapaz de pronunciar palabra me limite a tomarla, en una aceptación tacita, entonces halo de mi para que lo siga por las escaleras de emergencia hasta la salida del edificio.
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Diario de una confesión
RomanceMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...