Capitulo 17

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Paul estuvo bravo conmigo los días siguientes, lo que resultó en extremo incómodo pues todos en su familia lo notaron.

Elois me reclamo por molestar a su hijo, Sara y Mía también lanzaban sus comentarios pasivo agresivos en cada oportunidad que tenían.

Cansada de la situación decidí regresar a casa dos días antes de año nuevo, no podía soportar un día más entre comentarios hirientes y reproches por no actuar como "una mujer de bien" como me había dicho Elois.

Mientras empacaba mi maleta, Paul seguía discutiendo conmigo

-No puedo creer que nos hagas este desplante - me reprochaba

-¿Para que me quedo? ¿Para que tu mamá me regañe porque no soy suficiente buena para ti? ¿Para que tus primas hagan comentarios hirientes? O ¿Para que sigas ignorándome? - cuestione molesta

-No puedo creer que seas tan desconciderada!!! esta bien, si viajas esto se acaba- amenazó

-A que te refieres? - Pregunté desconcertada

-Pues si te vas Ana, terminamos- respondió contundentemente

-No me amenaces Paul- advertí

-Tu no me retes Ana- dijo viéndome con ira y con la mandíbula ajustada

-No voy a tolerar que me trates así - le dije cerrando mi maleta y bajándola de la cama

Respire profundo y baje las escaleras con la maleta en mano, pedí un móvil desde mi teléfono y me acerque a los papás de Paul, les agradecí su hospitalidad y me fui.

Elois ni me determinó, mientras Teodoro se despidió de manera amable y hasta me ayudó a subir la maleta al carro que me recogió.

...

Llegue a mi piso horas después, cansada y triste...

Independientemente de las cosas que estaban pasando en mi vida, aun me dolía mucho pelear con Paul; preferí venir al apartamento en vez de ir a casa de mis padres o con Lu y su familia, pues no quería explicar todo lo que había pasado con Paul.

Había estado llorando todo el viaje de regreso, me dolía la cabeza, intente llamar a Paul para calmar un poco las cosas pero ignoro las 3 llamadas que le hice.

No insistí más y me fui a dormir.

Pase año nuevo sola en casa, me afecto un poco pues siempre había pasado las festividades en familia, aunque aproveche para descansar y hacer algunas compras tratando de que mi ánimo mejorará.

Vi en mi calendario que la semana siguiente sería el evento para el que me había anotado por Eliot y me di cuenta que había olvidado mencionárselo a Paúl así que lo llamé; sabía que me había amenazado con terminar, esa era su estrategia cada vez que discutíamos y sabía también que en verdad debía terminar las cosas con él, pero aspiraba a hacerlo en buenos términos.

No quería que las cosas estuvieran peor...

-¿Que quieres Ana? - por fin había contestado mi llamada.
-Hola - lo saludé
-Dime que quieres- insistió
-Asistiré a un evento de la universidad en Boston, quería avisarte- dije tranquila
-oh ahora si quieres informarme las cosas y tenerme en cuenta- dijo en tono de reclamo
-Paul no quiero discutir- dije tratando de mantener la calma
-No tengo nada que discutir contigo Ana, terminamos, preferiste irte qué seguir conmigo- reclamó de nuevo
-Paul!! - exclame
-No quiero saber de ti, se acabó- dijo justo antes de colgar su llamada

Era consciente que en algún punto las cosas tenían que acabar, odiaba mentirle a Paul; pero no esperaba que las cosas resultará así, una parte de mi sentía alivio pues aunque no le había dicho lo de Eliot (ni pensaba hacerlo), al terminar ya no debía mentirle más. Sin embargo, me dolía nuestra discusión, me dolía como terminaron las cosas, después de todo fue el hombre que ame por años, quien fue mi compañero y lo había perdido.

Los días siguientes Lu trato de animarme, me llevo de compras y a comer, pero yo seguía triste, había intentado comunicarme con Paúl pero me había bloqueado de todo, me sentía culpable.

Había ignorado las llamadas de Eliot porque no me sentía capaz de hablar con él y es que necesitaba poner mi mente en blanco; incluso considere no ir a Boston, si bien ahora era libre, el remordimiento me golpeaba con fuerza cuando pensaba en Paul y tener cerca a Eliot nublaba a tal punto mi razón que no podía pensar las cosas con claridad.

El día del viaje llegó, no quería levantarme de la cama, pero Lu me obligó

- Anímate Ani, te hará bien distraerte - decía mientras empacaba mi maleta

-No estoy para irme de viaje- alegué

-Vas a estar con él, quizás así aclares tus pensamientos y salgas de ese círculo de autocompasión en el que estás!!! - justificaba mi amiga

-Levántate ya y alístate- me ordenó en tono maternal

-Te odio!! - le dije cuando comenzó a hablarme de los brazos para sacarme de la cama

-Me amas y sabes que tengo razón - dijo empujándome al baño

Entorne los ojos y entre sin protestar, si en algo tenía razón Lu es que la amaba, era como la hermana que nunca tuve, podía confiar en ella sin temor a ser juzgada.

Me arregle lo mejor que pude para tapar mis ojos hinchados y rojos por el llanto.

"Espero verte hoy en el aeropuerto"

Era un mensaje de Eliot.

Lu me subió al taxi y se despidió dándome un abrazo.

-Prométeme que te divertirás - me dijo separándose de mi

-lo intentaré - conteste ofreciéndole una sonrisa

...

Eliot se acercó a mi apenas salí del ascensor del aeropuerto

- ¿va todo bien? - preguntó preocupado

-mjm- hice, mientras trataba de sonreír

Tome mi maleta para unirme al grupo, todos se conocían entre ellos así que hablaban de todo un poco, me sentía un algo aislada pero no me importaba.

Al abordar al avión vi que mi puesto había sido ocupado por un señor

-Es mi puesto, no voy a moverme- contestó grosero cuando le reclame

En ese momento una azafata se acercó a mi para ver que pasaba, le comenté la situación, ella dijo que había un error y mi puesto había sido vendido al señor que lo ocupaba, para corregir la situación y a modo de disculpa me llevo por el pasillo del avión hasta los asientos de primera clase y me ubicó en uno que estaba desocupado, cuando vi el hombre que estaba en la ventana era Eliot, sonrió y dijo - gracias Ágata, te debo una-

Luego dirigió su atención a mi y tomó mi mano, me senté a su lado y pose mi cabeza sobre su hombro.

-Ana dime que pasa! Es obvio que algo está mal-

-Termine con Paúl- confesé

Su cara era de sorpresa inicialmente, pero las comisuras de su boca se elevaron dudosas en una sonrisa que se notaba, estaba intentando ocultar

-Ana, quisiera decir que lo siento, pero sería hipócrita de mi parte, solo recuerda que vales mucho como para sufrir por algo así... Vamos a disfrutar esta semana-

La verdad, estaba de acuerdo con Eliot y enserio creía que esa semana me serviría para distraerme, no podía ser coincidencia que él y mi amiga sugirieran lo mismo.

Al bajar del avión, me separe de Eliot! Aunque ya no tenía novio, él aún era mi profesor y eso estaba prohibido por la Universidad, así que debíamos seguir ocultándonos. Me uní al grupo y al rato él también se nos unió, fuimos todos al hotel y Eliot nos entrego a cada uno una tarjeta con el número de habitación y luego se fue.

Tome el siguiente ascensor con mis compañeros y veía a varios quedarse atrás mientras el elevador subía, todos buscaban su piso y habitación: mi tarjeta marcaba 1204, por lo tanto mi piso era el penúltimo.

Diario de una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora