Capitulo7

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Apenas llegue a mi piso, me encontré con Lu que me estaba esperando...

-Donde estabas?- preguntó 

Su cara se torno preocupada al notar mis ojos rojos y llorosos, me abrazo de inmediato cuando intente hablar, pero las lagrimas brotaron de mis ojos nuevamente de manera incontenible.

-Estas bien?- preguntó

-No Lu, lo dañe todo!!!- le respondí en sollozos 

-Tranquila, dime que pasó para entender de que me hablas Ani- expresó mientras limpiaba mi cara

Nos sentamos en el sofá, Lu me ofreció una taza de té, que bebí de inmediato, cuando me calme un poco comencé a contarle todo lo que había pasado la noche anterior con Eliot.
Su cara era seria mientras le detallaba todo y a veces solo asentía, lo que me ponía nerviosa; cuando termine de hablar Lu solo me abrazó y me dijo sonriendo burlona

 -Sabia que le gustabas al profe- 

Creo que mi cara delato la confusión por la acción y comentario de mi amiga

-No te justifico Ani pero tampoco es algo tan trascendental, fueron los tragos!- su actitud era totalmente puesta a la mía

-Lu, no es correcto, no debí...- 

-Ya era hora de que vivas un poco y hagas una estupidez- me interrumpió 

 - Siempre te has comportado tan bien, tan perfecta, a veces tan aburrida - continuó

Justo ahí recordé las innumerables veces que me dijo que no podía pretender que Paul sea el único hombre en mi vida, que era muy joven para tener una relación tan larga y formal, que debía vivir y hacer locuras antes de que acabe la Uni.  Pese a que ella se llevaba bien con Paul, recuerdo también como más de una vez me dijo que creía que el era celoso, controlador y que me opacaba. Aunque yo no estaba de acuerdo con ella, cada vez que me lo decía.

-Por cierto, tu teléfono sonó antes de que llegaras, era Paul! le dije que seguías dormida.- Me informó Lu

-Paul!! que le voy a decir Lu?- pregunte con cierta desesperación

-Nada Ani! no le vas a decir nada- dijo

-Pero...- 

-Pero nada mujer, fue un error, déjalo pasar!- me interrumpió

Yo solo asentí y decidí irme a mi habitación.

Entre al baño, que quite la ropa de la noche anterior y volví a detallar el reflejo de mi cuerpo, mis manos paseaban a rededor de las marcas que ahora lo adornaban recordando como y quien las había hecho, su forma de recorrer mi cuerpo con sus labios, sus dedos trazando caminos de fuego en mi piel, sus brazos tomándome con firmeza, atrayendo mi cuerpo al suyo hasta casi fundirnos, su voz susurrando cerca de mi piel.

Sacudí mi cabeza y me adentre a la ducha, para recibir el agua helada que enfriara mis pensamientos.

Al salir del baño mi celular estaba sonando, era Paul, respire hondo y contesté

-Hola-
-Buenos días dormilona, nos vemos al almuerzo? - preguntó animado
-No me siento bien, creo que tengo resaca... Comemos otro día? - respondí

Sinceramente no quería verlo, no sabía como sería capaz de actuar con normalidad después de lo que había hecho.

-No debiste tomar tanto, sabes que no me gusta! - replicó
-Lo siento- me disculpe
-Mejor descansa, hablamos luego - respondió con sequedad antes de colgar

Supuse que se disgustó, a él no le gustaba que tome licor porque decía que eso no lo hacían las mujeres de bien.

La ventaja es que no me escribió, ni me llamó más durante ese fin de semana, así no tuve que fingir estar bien, ni mentirle; sabía que tenía que darle la cara si no quería que sospechara, pero todo era muy reciente y me tenía sobrecogida toda la situación.

...

Había llorado todo el fin de semana y mis emociones estaban descontroladas, me reporte enferma para evadir algunas asignaturas y así evitar a Paul también; sin embargo, la mentira no sirvió con él pues me visitó en casa el martes al notar que no fui a la uni el día anterior. Al verlo parado en mi puerta un carga de duda y nervios me recorrió la espalda, helándome a su paso; mi aspecto no era el mejor, mis ojos estaban cansados y rodeados por oscuros circulos morados que delataban las pocas horas de sueño que había tenido durante esos días, llevaba un suéter tres talas más grande y mi cabello recogido en una moña desenfadada; los ojos de Paul me analizaron por un instante mientras le permitía el paso a mi habitación, estaba segura de que haría algún comentario, pero aquella vez no pregunto que me pasaba, solamente se recostó conmigo y me abrazó, tratando de animarme y diciéndome que todo estaría bien.

"Si supiera lo que le había hecho no me consolaría" pensaba yo 

Se quedó un par de noches más conmigo, me dio de comer e hizo de todo para animarme, fuimos a cine, a pasear, me regalo chocolates... Se porto como el caballero qué era. Verlo cuidarme termino de convencerme de que debería guardar el secreto de lo que había hecho y llevármelo hasta la tumba; Paul no merecía sufrir, el merecía que lo ame como el me amaba a mi.

Había pasado una semana completa y había logrado evadir ver a mi profesor, empero, sabia que tendría que verlo de nuevo, tendría que aparecer en su clase si no quería reprobar, una realidad que era inevitable, debía ser madura y ver las cosas por lo que en realidad eran porque lo de Eliot no fue más que un tropiezo en una noche de copas, un desliz y algo que nunca se repetiría... Me dije esto unas mil veces, sin embargo, ¿por qué no me sentía aliviada? ¿Por qué?

Diario de una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora