Eliot estuvo asegurandome qué todo estaría bien los días previos a regresar a California, hasta el día que se tuvo que ir.
De nuevo sola me costó adaptarme a mi rutina anterior, ejercicio, trabajo, tiempo con Lori, aunque ahora cada noche hablaba con Eliot y me contaba como iban las cosas allá, mientras yo le resumia como había ido mi día, así paso un mes y aun me faltaban dos semanas más antes de poder verlo, lo extrañaba muchísimo!
En la oficina traté de estar presente en todo, las cosas iban bien pero había bastante trabajo que absorbia mi tiempo, eso era bueno, mi mente ocupada tenía menos tiempo de extrañar a mi novio.
Las horas pasaban y había llegado al final de la jornada, recogí mi bolso y me dispuse a salir.
Pegue un leve grito de la emoción de ver al hombre que me esperaba junto a mi auto.
Eliot llevaba un traje negro a juego con su camisa, se había dejado crecer un poco la barba y se veía más guapo que de costumbre, este hombre siempre se veía mejor!!!
Me acerque con rapidez a él y me sujeto entre sus brazos dándome vueltas en el aire.
-Cuando llegaste? - pregunte feliz
-Hace unas horas- dijo regalándome una enorme sonrisa
-Volvamos a casa- sugerí insinuantemente
-¿las llaves? - dijo extendiendo su mano
Le entregue las llaves del auto y me abrió la puerta del copiloto.
Nos llevó a casa, sin embargo cuando entramos, pese a que compartimos unos cuantos besos y que yo estaba deseosa de continuar, me apartó abruptamente
-Vamos a cenar, ve a cambiarte- dijo tratando de regular su respiración
-Después- conteste volviéndome a acercar
-Cámbiate, reserve en un lugar, tienes una hora- sonó autoritario aunque tenía una sonrisa en la cara
Respire con frustración y me fui a la habitación, tome una ducha rápida y luego escogí un vestido menta ceñido de escote bandeja, un abrigo del mismo tono y lo acompañe con unos zapatos de tacon nude.
-Perfecta- exclamó mientras me estudiaba con sus ojos
-Y si mejor nos quedamos? - insistí
-No seas anciosa nena- me reprendió negando con la cabeza y caminando a la salida de la casa, resignada lo seguí.
-Adelante- conteste
-Vamos a comer- me dijo mientras yo me acercaba para saludarlo
-Volvamos a casa- sugerí ya que quería continuar lo que iniciamos el día anteriorMe llevó a un restaurante bastante popular en New Heaven, no había conseguido una reservación en los meses que llevaba viviendo en el lugar.
-Cómo conseguiste la reservación! - pregunté emocionada
-Un mago nunca revela sus secretos- dijo guiñandome un ojo
Nos ubicaron en una mesa perfectamente decorada, habían pétalos de rosas y un arreglo floral también, era un lugar apartado del resto de comensales, los platos empezaron a llegar y no puedo decir cual fue mi favorito pues cada uno superaba al anterior, era un deleite para el paladar.
Durante toda la comida hablamos de que había pasado en nuestras vidas hasta ese momento; justo antes del postre Eliot empezó a hablar, aunque su tono había cambiado, ya no estaba relajado, estaba nerviosisimo.
-Ana, me enamore de ti sin darme cuenta, me enamore de una forma que nunca pensé que sería posible, se que la vida nos puso obstáculos que impidieron que estemos juntos por mucho tiempo, pero no quiero pasar un día más alejado de ti, mi corazón fue, es y será tuyo hasta mi último aliento... ¿Quieres casarte conmigo? - decía mientras se hincaba sobre una rodilla y abría una cajita de terciopelo revelando el anillo que antes no pude lucir, pero le había hecho algunas modificaciones y ahora era aún más hermoso que antes.
Las lágrimas brotaban sin control por mis ojos, y dije que si, por lo menos unas mil veces!
El puso el anillo en mi dedo y me abrazo con fuerza, escuche que empezaron a aplaudir y al alzar la vista eran mis papás, Alice, Lu y Max, quienes nos aplaudían, las personas más importantes en nuestras vidas estaban ahí compartiendo nuestra felicidad.
Todos se acercaban a abrazarnos y felicitarnos, comimos el postre juntos mientras compartíamos después de no habernos visto en un largo tiempo.
De regreso a casa, mientras veía el anillo en mi dedo, no pude evitar preguntarme desde cuando llevaba Eliot organizando todo.
-Desde el día que vine a encontrarte- dijo él sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué? - soné aturdida por su respuesta
-Nena, estabas pensando en voz alta! - se río
-Eres increíble- conteste riendo también
Su mano sujeto la mía y la acerco a su boca para depositar un beso en el dorso.
Estaba viviendo mi sueño, tenía al hombre que me cambio totalmente la vida a mi lado y toda una vida para construir nuestra felicidad.
-Prometida- exclamó estudiando el añillo en mi dedo, justo después de bajar del auto
-Tu prometida- le corregí
-Mia, mía, mia- repetía mientras repartía besos por toda mi cara.
...
Eliot y yo nos casamos tres meses después de esa noche, organizamos una pequeña boda con nuestras familias y amigos más cercanos.
Las lágrimas amenazaba escapar de mis ojos, cuando vi a Eliot frente al altar esperándome con una sonrisa y una lágrima recorriendo su mejilla.
-Estamos aquí para ser testigos de la unión entre Ana Johnson y Eliot Towers ante Dios y los hombres, asumiendo el compromiso que ello conlleva- inicio la ceremonia el sacerdote.
Luego de unas palabras más llego el turno de los votos.
-Yo Ana Johnson, me entrego a ti Eliot Towers, para amarte y compartir mi vida contigo, serte fiel y acompañarte en cada paso que demos, prometo compartir tus sueños y metas, cuidarte y respetarte cada día de mi vida en la salud y en la enfermedad, en la riqueza o en la pobreza, en la alegría y la tristeza, siempre estaré contigo y seré debotamente tuya-
-Yo Eliot Towers, te tomo a ti Ana Johnson y me entrego a ti como tu amigo, tu cómplice y tu esposo para cuidarte y apoyarte, para amarte con mi alma y corazón, para trabajar siempre por nosotros, prometo tomar tu mano cuando lo necesites, ser tu apoyo, confortarte, todo lo que soy y poseo es tuyo, siempre lo ha sido y lo será, prometo nunca dejar de luchar por este amor en las buenas y en las malas, en la alegría y en la tristeza, en el gozo y en las desaveniencias-
Luego del "si acepto" qué cada uno pronunció el sacerdote dijo:
" por el poder que me confiere la iglesia y el estado de Connecticut los declaró marido y mujer, puede besar a la novia"
Eliot se acerco y retiro el velo blanco que cubría mi cara, luego rodeo mi cintura con su brazo y tomo mis labios con un beso dulce, mis labios se separan un poco permitiendo le el paso a su lengua la cual roza la mía en una deliciosa danza, mientras nuestros cuerpos se sostienen abrazados por un momento único, llevándonos a un mundo aparte del que somos egresados por los aplausos de los invitados y sus vitoreos.
-Señora Towers- dijo Eliot ofreciéndome su brazo para salir de la iglesia
-Señor Towers- le contesté posando mi mano en su brazo y ofreciéndole una sonrisa de verdadera felicidad.
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Diario de una confesión
RomansaMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...