Cuando inicie a escribir mi historia inicie diciendo que tenía todo, o al menos eso creía la joven que yo era, porque eso me enseñaron, se que cometi muchos errores, que fui egoísta y que definitivamente en esta historia, muchas veces seguí mis instintos de manera insensata, lastime personas buenas en el camino, sufrí e hice sufrir, fui egoísta y aunque no fue la manera correcta de hacer muchas cosas, me descubrí en el camino y aprendí de las caídas.Creí que era feliz por mucho tiempo y que quería una vida totalmente diferente a la que viví por mucho tiempo, pero cuando conocí a Eliot, todo lo que creía querer cambió, él fue quien me ayudo a conocer mi verdadero ser, mis verdaderos deseos y aunque iniciamos de la manera incorrecta, y la vida nos golpeó de innumerables formas, decidí dejar de engañarme a mi misma, dejar de obligarme a ser feliz con una vida que no llenaba mi corazón y elegí vivir, vivir libremente y sin remordimientos.
Para muchos merecía mucho del sufrimiento que me ocasionaron otros, en algún punto creí que ese era mi castigo por engañar, lo cierto es que en esta vida ninguno es perfecto y nadie está exento de culpas, decidí aceptar eso, enmendar los errores que se podían enmendar y me libere de los secretos que frenaban mi felicidad.
Ahora aqui estoy después de 3 años, sentada en el jardín de la casa que construimos con Eliot, donde nos mudamos tiempo después de nuestra boda, a unos metros de mi esta él jugando con nuestra pequeña Abigail y Lori, mientras yo como algunas frutas, y me alisto para darle la noticia que nos traerá más felicidad.
Pronto seremos cuatro, así es, mientras termino este diario, en mi vientre crece el segundo fruto de nuestro amor, aun es imperceptible en apariencia pero hace un par de días el doctor me confirmó que tenia poco más de un mes cargando en mi este pedacito de vida.
Soy plena a lado de este hombre que no imagine amar como amo, él ha sido un compañero de vida excepcional y un padre increíble. No fue nunca el príncipe azul que soñé de niña, fue un hombre imponente, serio y dominante, que abrió su corazón para mí y me regalo un hogar, una cantidad incalculable de imperfectos momentos de felicidad.
Asi acaba esta historia, mi historia... La historia de una decisión reprochable ante los ojos de muchos, pero la decisión que volvería a tomar mil veces más sabiendo que la vida que hoy tengo ha válido cada momento bueno y malo, y que ellos fueron los que me trajeron a este punto.
Querida Ana del pasado, gracias por equivocarte, por ser humana y por soportar tantas veces lo que nos sucedió sin rendirte jamás, tu fortaleza forjo mi felicidad.
Fin.
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Diario de una confesión
RomanceMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...