Diario de una confesión

Capitulo 1

Marzo de 2013

Todo empezó un día antes de regresar a la universidad después de las vacaciones de invierno, acababa de sufrir la perdida de mi abuelo, el hombre que fue como un padre para mi, quien estuvo para mi siempre y para quien yo era su niñita consentida. Mi vida se sentía diferente, vacía.

Siempre estaba con Paúl, mi novio del cole, él fue un gran apoyo para mi en ese momento y pese a que nos amábamos, la pérdida de mi abuelo y la tristeza que eso trajo a mi vida, ocasionó que Paúl y yo discutiremos a veces, principalmente porque habían días en los que no me apetecía salir o estar con amigos o sus padres, me sentía deprimida y el no entendía como después de un mes seguía tan triste y decaída; supongo que quien no ha enfrentado la perdida de un ser querido, no podría entender en realidad lo mucho que dolía, lo difícil que es asimilar que no volverás a ver a quien llenaba tu vida de amor.

Los dos estudiábamos leyes y siempre asistimos a las mismas clases, pero ese domingo discutí con él porque no quería salir de compras con Sara, Mia y Alexa, sus primas con quienes realmente no me llevaba muy bien, salvo por Alexa que era muy dulce, a las demás era evidente que no les caía bien y no me apetecía pasar la tarde ofreciendo sonrisas hipócritas o tolerando los comentarios pasivo-agresivos de Sara. Paúl se puso bravísimo conmigo por eso, a veces su carácter era irascible.

-Me voy Ana, estoy harto de verte deprimida!! ya supéralo!- Me gritó cuando dije que no iría de compras

-No voy a discutir Paúl, entiende que no me siento bien... Quédate y pasemos la tarde juntos mi amor- le dije tratando de relajar el ambiente

-No Ana, déjame en paz no quiero verte ahora- salió de mi piso y tiro la puerta

Realmente preferí no seguirlo, ya lo conocía cuando se enojaba y preferí darle su espacio.

Lu (Louisa) mi mejor amiga y compañera de piso llego una hora después, pasamos toda la tarde hablando y contándonos que habíamos hecho durante las vacaciones, le conté de la pelea con Paul y me aconsejo que trate de tomar un poco de espacio entre nosotros pues siempre estar juntos nos estaba afectando y quizá por eso discutíamos tanto.

La idea dio vueltas en mi cabeza durante toda la noche y al día siguiente decidí cambiar de horario algunas asignaturas, pensando que quizá eso ayudaría a alivianar la tensión entre Paúl y yo.

Que error fue ese, pues paso lo contrario Paúl se enojó más conmigo por tomar esa decisión sin consultarlo con el y desencadeno una nueva discusión provocando que los días siguientes Paúl siguiera indiferente conmigo, me ignoraba en las clases que compartíamos, dejo de escribirme y llamarme, aun cuando intente hacer las paces siguió ignorándome.

Mientras tanto yo me sentía demasiado triste y baja de ánimos, odiaba discutir con Paúl y cuando intente reestablecer mi horario, en decanatura me dijeron que no podía hacer el cambio de nuevo, así que aunque no quisiera debería ver las asignaturas en otro horario diferente al de mi novio. Por suerte Lu había solicitado el cambio conmigo, así que al menos tenia a mi mejor amiga!!!

...

Había transcurrido casi dos semanas desde que cambie mi horario, Paul seguía enojado y yo estaba resignada al actual estado de nuestra relación; la mayoría de materias que cambie habían estado realmente bien. Era jueves en la tarde, había tenido una jornada larga de clases y ya estaba agotada, para rematar mi día aun quedaba la primera clase de criminología, realmente estaba algo nerviosa pues había escuchado en múltiples ocasiones que el profesor era un tirano, que era déspota, serio e intimidante, sin embargo la materia me llamaba muchísimo la atención, por eso había decidido tomar ese curso unos días antes; realmente había perdido la clase de la semana anterior y aunque sabia que sería difícil, estaba preparada pese a mi agotamiento.

Recuerdo que llegue 5 minutos antes y solo había un asiento libre en primera fila que Lu me había reservado por suerte el profesor aún no llegaba, era la primera vez que veía a la mayoría de los que estaban en el aula, muchos de ellos lucían mayores, habían muchos grupitos formados, algunos chicos se fijaban en mi, algo que me incomodaba pese a que me ocurría con frecuencia y es que mi cabello rojo era algo que siempre llamaba la atención desde que era muy chica.

En ese momento recibí un mensaje de Paúl pidiéndome cenar con él para arreglar las cosas, eso me emocionó; lo cierto es que odiaba pelear con mi novio y más cuando las discusiones se extendían por tanto tiempo.

Lu empezó a darme consejos sobre que debería usar en la noche y como me arreglaría, además de cotillear sobre varias cosas más y de sus típicas ocurrencias que me hacían relajar un poco, después del día que llevaba.

Estaba tan absorta en mi plática con Lu que no note que todos se habían ubicado en sus lugares y que hacían silencio, hasta que percibí una sombra posada frente a mi, lo primero que vi fueron sus zapatos de cuero negro, tan bien lustrados que me reflejaba en ellos, subí mi mirada con temor ante el sepulcral silencio que inundaba el aula, me encontré con un traje gris a medida, subí más la vista y lo vi a él; sus ojos grises se encontraron con los míos, hasta que frunció el seño y rompió el silencio con una voz gruesa y varonil dijo: "¿cuál es su nombre señorita?"

- Ana Johnson- respondí apartando la vista de la suya

- Bien, si la señorita Jonhson lo permite, iniciaré mi clase- dijo con un tono de desagrado, mientras se giraba hacia su escritorio.

- Soy el profesor Eliot Towers- continuó.

Me sentí tan avergonzada en ese momento, que no fui capaz de levantar mi mirada el resto de la clase, en mi mente sarcásticamente me felicitaba por tan magnífica primera impresión que había dado, justo la clase que más había esperado y con el profesor mas exigente.

La clase continuó sin más dilaciones, aunque de vez en cuando percibía esa incomoda sensación de un mirada sobre mi, quizás era impresión mía, pero la sentía, y los nervios que sentí al inicio no desaparecían, al contrario crecían!