Capitulo 34

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Al volver a mi despacho veo sentado a Piero en mi silla

-Hola - saludo confusa

-Tenemos que hablar- dijo con seriedad

-que sucede?- pregunté curiosa

- vamos a casa- respondió

Guarde mis cosas en el bolso aun sintiendo ansiedad por la sorpresiva visita que acababa de recibir.

Salí con él rumbo a nuestro hogar, al llegar él se acomodó en un sofá de la sala e hizo un gesto para que me siente a su lado.

-Bella, se que he estado muy ausente este tiempo, incluso olvidé tu cumpleaños y tu no mereces ese comportamiento de mi parte- comenzó a hablar - Quiero que me disculpes por estar tan alejado de ti y por cancelar nuestras vacaciones- continuó hablando

-Descuida amore, se que amas el trabajo y que la empresa necesita nuestra atención en las dos ciudades - contesté

-No es solo eso, no sabia quien era Eliot y ahora que lo sé no quiero dejarte sola con él- confesó

-de que hablas? - pregunté

-Ana, se que él es el profesor de la historia que me contaste cuando comenzamos, por el que tenias el corazón roto y tanto miedo de confiar en mi- respondió mirándome con disgusto y preocupación

-quién te lo dijo? - indague

-Una amiga mia- contestó tranquilo

-quién? - insistí

-qué importa Ana, ¿por qué no me lo dijiste? - gritó

-No era necesario, eso fue hace mucho tiempo! No es para tanto - mentí

-Se iban a casar y no es para tanto? - volvió a gritar

-De dónde sacaste eso? - pregunté confundida, pues ese detalle nunca lo compartí con él

-No puedo creer que no me hayas contado que era él el hombre de tu historia,  que te ibas a comprometer con él y que me haya enterado por un tercero, ¿me crees idiota? - reclamó

-Piero no, eso fue en el pasado- me defendí

-Pasó algo entre ustedes ahora? - indagó

-Nos besamos - respondí con sinceridad, dispuesta a no engañar a Piero.

-Aún lo amas? - Preguntó

-No- menti

-Ana no me gusta para nada esto y menos que Eliot este tan cerca- aseguró

-Piero lo siento, perdóname por faltar te el respeto... volvamos a Madrid por favor- sugerí con arrepentimiento

-No podemos abandonar el bufete acá, pero me quedaré contigo y esta vez no iré a ninguna parte sin ti- explicó

-Esta bien, vamos a descansar amore- le dije

Fuimos a nuestra recamara, sentía aun lo molesto que mi esposo estaba pese a asegurarme qué estaba todo en orden. Tratamos de pasar la noche juntos en armonía, pero me sentía mal por mentirle, no podía aceptar que aún amaba a otro hombre.

Nos ausentamos de la oficina el resto de la semana para compartir algo de tiempo juntos, yo tratando de que él se mantenga en calma y también tratando de sostener este matrimonio que se encontraba como pasando por una cuerda floja.

...

El lunes tenía un juicio así que no fui hasta la tarde al bufete, al llegar Denisse me informa que en la mañana hubo una fuerte discusión entre Eliot y mi esposo pero no me da mas detalles, así que me dirijo a la oficina de Piero, sin embqrgo este no se encuentra por lo cual regreso a la mía.

-No deberías confiar en Piero - me dice Eliot que me espera en el sillón de mi oficina.

-Por qué lo dices? - pregunté

-Sabes quién le contó lo que pasó entre los dos? - me devolvió la pregunta

-No, no me interesa- finjí desinteres

- Fue Maitte, estuvo con Piero en Madrid- me informó

-Como sabes? - cuestioné

-Se le salió esta mañana a tu esposo, mientras me reclamaba por estar acá -

- Que quiere ella ahora? - trate de esconder la ira que ese nombre me provocaba

-Es obvio, quiere alejarnos de nuevo- contestó

-Alejarnos? Ya no estamos juntos, estoy casada!! - recordé la verdad con obviedad

-Ana me case con ella porque amenazó con destruir tu futuro, tu reputación en la universidad, cerrarte puertas, me amenazó con destruir tu vida profesional y tus oportunidades, el director Vernon presionó a Daniel y él me obligó a elegir entre tu bienestar o arruinar tu vida al casarnos- confesó Eliot con amargura

-Por qué apenas me cuentas esto? - pregunté molesta

-Porque de lo contrario te habrías quedado conmigo y Daniel, Vernon y Maitte hubieran arruinado tu vida por mi culpa, nunca permitiría eso y preferí que me odies a romper tus alas- sus ojos se empezaban a mojar

-Eliot sabes cuanto sufrí? Por que volviste ahora? - continuó indagando mientras mi voz temblaba con cada palabra que pronunciaba

-Maitte me engaño de nuevo, eso rompió el contrato que firmamos antes de casarnos así que me pude divorciar sin afectar la empresa familiar, luego de eso Daniel murió, vendí las acciones y todo lo que heredé de él. Ahora soy libre y en todo este tiempo nunca deje de amarte ni un solo segundo - se sinceraba conmigo

-Ana, mi amada Ana vuelve a mi- me pidió dejando en mi mano la caja con el anillo que hace tantos años me había dado.

-Eliot, no puedo, estoy casada ahora- dije devolviéndole la caja.

-Ana por favor - su voz se escuchaba suolicanteu

-No hagas esto mas difícil para mi, es mucho lo que tengo para procesar y no se si puedo confiar en ti, dejame sola por favor- comencé a llorar suplicando quedarme sola en ese momento

-Esta bien, pero siempre tendrás las puertas de mi corazón abiertas para ti, te esperaré - dijo antes de marcharse

Una vez se fue, me limpie las lágrimas y me fui de la oficina, necesitaba estar sola y pensar. 

Regresar a Portland había sido un enorme error, reviví cada momento bueno y malo que había vivido en esta ciudad, deje de lado la vida perfecta que tanto me había costado construir, ahora mi matrimonio pedía de un hilo, mi corazón se había vuelto a romper y me había enterado de aquella parte de la historia que hace año desconocía y que tanto me desgracio la vida. Pero mi esposo era un hombre bueno, uno excepcional y no me iba a rendir para volver a los brazos de quien una vez me destruyó de forma tal, qué aún después de tanto tiempo no me había recuperado del todo.

Diario de una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora