A la mañana siguiente Paul fue quien me despertó para hacer el amor, ahora era el quien estaba sobre mi meciéndose con delicadeza, mientras sus manos acariciaba mi cara y me daba sus tiernos besos de siempre. El lo hacia con dulzura, sus embestidas eran menos bruscas, más pausadas, más calmadas...
Mi cuerpo se movía queriendo recibir algo que no llegaba, sentía placer, pero no era suficiente.
No quería herir los sentimientos de Paul, así que otra vez me vi fingiendo un orgasmo que no llegó, justo como la noche anterior.
Este sexo siempre me había gustado, me había bastado para sentirme satisfecha, pero ahora no.
¡Que frustrante!
En la universidad cada que veía a Eliot mi cabeza me regresaba a esa noche con él, sus ojos eran la chispa que me encendía con solo encontrarse con los míos.
Me estaba volviendo loca, me sentía como una ninfómana reprimida.
Trate con todo mi ser de olvidar eso que tanto rondaba mi pensamiento, tome mil duchas heladas para apagar el incendio que había en mi cuerpo, me masturbe, intente guiar a Paul cuando hacíamos el amor buscando esa satisfacción que no llegaba.
...
Habían pasado casi dos meses, desde mi tórrido encuentro con Elliot Towers, casi parecía que había imaginado esa noche.
Salía de mi clase de derechos humanos cuando tropecé con él, instintivamente me sostuvo por la cintura y mis manos se aferraron a sus brazos, su toque me estremeció nuevamente, había fantaseado todo ese tiempo con volver a sentirlo cerca, y ahora apenas nos separaban unos centímetros, estoy segura de que mi cara delató la vergüenza que sentí en ese momento.
-Ten cuidado Ana, fíjate por donde vas- lo dijo casi en tono de regaño
-perdona, tengo afán- sostuve huyendo de ahí. Era peligroso y lo sabía!Me dirigí a la biblioteca en busca de un libro de leyes que necesitaba, mire entre estantes por aquí y por allá ubicando lo que necesitaba, la biblioteca estaba casi vacía, salvo por la bibliotecaria que siempre estaba en el recibidor de la entrada.
Tome el libro y repose mi espalda en una de las estanterías mientras lo ojeaba.
-Hola de nuevo- su voz acaparó mi atención de inmediato
-Señor Towers- exclamé
-Eliot! - me corrigió, dando un par de pasos qué lo dejaron de nuevo a unos centímetros de mi-¿Que haces? - le pregunté cuando note que cerraba cada vez más la distancia qué nos separaba
Su mano se apoyo sobre el mismo estante donde yo reposaba, se inclinó lentamente analizando mi reacción, podía sentir el calor que emana a su cuerpo y sus ojos estaban fijos en mis labios
-Eliot qué haces? - insistí
Cuando intente poner distancia entre los dos, su otro brazo se poso a mi costado, dejándome presa, mis ojos se encontraron con los suyos y sus labios se pegaron a los míos.
Lo empuje instintivamente - Alguien puede vernos- dije mirando a nuestro alrededor
El imito mi gesto, mirando a los lados.
-No hay nadie- dijo y de inmediato se apoderó de mis labios con más ganas.
Llevaba semanas anhelando sentir las cosquillas qué su contacto me producía, y como a quien le dan de probar comida luego de haber aguantado hambre, cedí ante su beso con necesidad, su lengua rozaba la mía y nuestros cuerpos se pegaban con desespero queriendo fundirse.
La lujuria era algo que no conocía hasta que probé a este hombre, un simple beso me prendía, quería consumirme en sus brazos y arder con él.
Cuando rompió el contacto un frío me invadió, se alisó la ropa tan rápido como pudo, note pasos avanzar hacia donde estábamos así que levante el libro que se había caído de mis manos y lo abrí fingiendo leerlo.
Paso un grupo de estudiantes ignorándonos totalmente, sin embargo su interrupción trajo consigo la poca cordura que aún quedaba en mi
-Esto no puede repetirse- solté en voz baja
-Qué cosa? - me pregunto él
-Esto- dije señalándonos a él y a mi - Ni lo de la otra noche, eso fue un error - susurré aun más bajo-¿un error? ¿Acostarte conmigo fue un error? - la ira se hizo evidente en su rostro y en el inquietante tono bajo y ronco de su voz.
Ante mi silencio comenzó a caminar lejos de mi. No se por qué, pero corrí detrás de él, sentía que le debía una explicación, lo alcance cerca de la salida de la biblioteca, lo agarre del dobladillo de la chaqueta - Espera- dije. y no tuvo más opción que voltear, en un medio giro agotó la distancia que nos separaba y me tomo de la nuca besándome de manera dominante.
- ¿estas segura que fue un error? - pronunció separándose de mi boca y dejándome petrificada.
Su gesto serio se torno tranquilo
-No vamos a hablar de eso aquí, te enviare un texto con la ubicación- dijo, para luego marcharse.
Me quede helada unos segundos antes de recobrar la noción del lugar en donde estaba, por suerte nadie pareció notar lo que acababa de suceder.
...
Estaba con Paul y Anthony esperando a Lu, salir de su clase, habíamos quedado en ir los 4 a cine; cuando mi celular vibró en mi bolsillo avisándome que tenia un mensaje, al desbloquear la pantalla leí.
"Te espero hoy a las 8 de la noche aquí... Att: E"
(había una ubicación anexa al mensaje)Apenas lo leí me puse nerviosa, sabía que era Eliot y tenía a Paul a lado, no podía ver el mensaje!
Por cierto ¿Cómo tenía mi número? No recuerdo habérselo dado!!
¿Qué voy a hacer? Necesito hablar con Eliot y dejar las cosas claras... Pero y la cita con Paul y nuestros amigos?
Justo en ese momento Lu salió del aula.
-Hola chicos- nos saludó
-Necesito ir al baño, vienes?- le hable directamente a Lu
-Las esperamos acá - gritó Anthony cuando ya nos habíamos alejado
-Que pasa Ani? - me preguntó mi amiga
-Mira- le mostré el mensaje a Lu
-E de Eliot "papasito" Towers? - preguntó emocionada
-Aja y ahora que hago?- pregunte ansiosa
-Tienes que ir Ani, vamos a casa a alistarte- respondió tranquila
- Y Paul? - dije
-Yo me encargo - aseguró Lu cuando salía de los bañosLa alcance al instante
-Chicos me voy a casa, me siento fatal- dijo Lu mientras le daba un abrazo a cada uno en despedida
-Ani no me vas a dejar sola, verdad? - pronunció haciendo un puchero cuando notó que no la seguía
-Emm no, yo te cuido- le dije y luego también me despedí de mi novio y su amigo-Te llamo luego- me dijo Paul antes de darme un beso
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Diario de una confesión
RomanceMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...