Era de noche ya, cuando por fin me quedé sola, mis pensamientos iban de un lado a otro y es que cada día estaba más confundida, sabía que estaba haciendo mal las cosas y que iba a pagar por jugar con fuego, pero no quería parar, Elliot despertaba en mi un deseo que no había conocido en todo el tiempo que llevaba con Paúl, me llenaba de confianza y su ser dominante pero a la vez tierno me llenaba de novedad.
Con Paúl a diferencia sentía que debía ser perfecta pues su familia era conservadora al extremo y el era un perfeccionista con todo lo que rodeaba su vida, sin embargo cuando estábamos juntos era pura dulzura, siempre me trato como algo delicado que podía romperse fácilmente, pero el había sido mi compañero por años, estuvo en los momentos más difíciles de mi vida y su apoyo era incondicional.
No podía mentirme a mi misma negando que quería a Eliot y tampoco podía ignorar que lo que tenia con Paul no era suficiente para mi, ya no! Pero si quería a Paul, lo quería demasiado, había sido mi compañero por años, mi apoyo, mi soporte. A Eliot apenas lo conocía, no sabía quien era, de donde venia o que sueños/ metas tenia.
Paul era certeza y estabilidad
Eliot era misterio y novedad
El uno amaba mi lado tranquilo, me tenia en un pedestal, me idealizaba, con él yo era una versión apagada de mi misma, temía mostrarle mis otras facetas y que a él no le gustarán o que no encajaran en el plan de vida que tenia para los dos.
El otro despertó esas facetas, llegó a mi vida y la puso a temblar; era cierto cuando dije que quería descubrir más de esto, nunca me había sentido tan viva como ahora.
¿A que precio?
No podía decirle la verdad a Paul pues lo lastimaría aun más y realmente me importaba, pero no podía seguir cultivando ilusiones con él, de un futuro que no llegaría, de uno que ya no quería.
Tenia todo el mes de diciembre para poner las cosas en su lugar, antes del viaje a Boston...
Un mes.
...
Pasaron tres semanas, no había visto a Elliot más que en clase, pues Paúl empezó a esperarme para volver a casa y a invitarme a salir, el quería pasar más tiempo juntos y lo estaba cumpliendo.
Pasamos navidad juntos con mi familia, algunas veces Paul me reclamaba que no estaba presente, que ya no era tan cariñosa, que había cambiado mi forma de vestir, que me estaba comportando diferente.
Y es que si, tenía razón! Ya no era tan callada, ahora cuando algo me molestaba, cuando quería algo lo decía, me di cuenta que ya no podía seguir viviendo dejando pasar todo aquello que me molestaba por darle gusto a los demás, eso solo me había enfrascado en un lugar donde yo no sabía ni quien era, ni que quería, solo seguía la corriente a los demás porque eso sonaba bonito.
Había vivido así mis 23 años y realmente apenas había empezado a ver que no quería más de eso; ya no era la niña delicada, sencilla y recatada que Paul conoció cuando eramos niños, no era frágil...
Para año nuevo el plan era visitar a los padres de Paul; Teodoro era un hombre muy amable y cortez, en cambio su madre Elois era bastante seria e intimidante.
Siempre tuve la impresión de que no le caía muy bien, pues así me lo hacía sentir.
Puse una sonrisa en mi cara y baje del auto de Paul, habíamos llegado a casa de sus padres, nos recibieron muy bien, de hecho todo iba bien con ellos, habíamos compartido un cómodo momento durante el almuerzo en el jardín y después me quedé a solas con Paul mientras pasábamos por los alrededores de la lujosa casa
-Paul... Ana- nos llamaban con gritos estridentes
«Ay no!! Sara y Mía, lo que faltaba!» pensé
Eran sus primas!!! Finjí una sonrisa cuando me abrazaron
Se unieron a nosotros a pasar la tarde, sugirieron que salgamos por unos tragos en la noche y Paul accedió.
Ya en el bar tome un shot de tequila y lo pase de un solo trago pues necesitaba una dosis de algo que me permita soportar a las intensas primas de mi novio.
-Despacio- me regaño Paul
-Es solo un shot- me defendí
-No actúes como una alcohólica - intervino Mia
-¿Qué dijiste? - cuestioné
-Lo que oíste, compórtate! - secundo Sara
-No te metas - le dije a Sara mientras me tomaba otro shot
-Ana!! - me llamó serio Paul
-Vinimos a divertirnos, ustedes nos trajeron acá - les dije a Sara y Mía
-Hola, hola!! - saludó alegre Alexa qué acababa de llegar
-Ana, bebé te ves radiante- me dijo dándome un abrazoPor fin una cara amable se nos unía!!!
-Por qué esa cara larga de todos? - preguntó
-Por nada, ven! - la invite a sentarse a mi lado
Paso seguido pidió una ronda de tragos y como yo, lo paso de un solo sorbo.
-Vamos a bailar- dijo animada
Ni Paul, ni sus primas la siguieron, yo en cambio me puse de pie y nos fuimos a la pista juntas.
-Que ha pasado allá? - me pregunto cuando estábamos lejos
-Ya sabes como se pone Paul cuando tomo algo de licor! - dije encogiendome de hombros
-Ignóralo y disfrutemos- dijo ellaBailamos hasta que nos dolían los pies así que volvimos a la mesa.
Paul me sujeto el brazo con algo de fuerza
-podrías comportarte? - dijo apretando los dientes
-Y que estoy haciendo? - cuestione safandome de su agarre
-Deja de bailar y tomar como una cualquiera- me regaño
Sus palabras me molestaron de sobremanera!!!
-Oye, un par de tragos y bailar con una amiga no me hace una cualquiera... Respétame! - exigí
-Qué te pasa Ana? - reclamó
-¿Que me pasa de que? - lo reté
-Te desconozco, nunca has sido así- dijo mirándome con ira
-Paul quiero divertirme un poco, somos jóvenes aún - me justifique
- Tu no eres así, tu eres una mujer de casa!!- dijo molesto
-Y si ya no quiero serlo? - dije aun más molesta
Paul guardo silencio y salió del bar dejándome con sus primas.Mia me miraba con reproche, pero agradezco que no comentara nada.
-Deberíamos volver también - dijo Sara y todas recogimos nuestras cosas y salimos del bar.
...
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Diario de una confesión
RomanceMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...