-Vas a usar eso? - preguntó Lu cuando me vio salir lista para ir con Eliot
-Qué tiene? - dije mirando mi ropa
Llevaba un Jean azul claro y suéter beige.-Es una cita, no vas por víveres! - pronunciaba mientras buscaba en mi armario
-no es una cita, voy a dejar las cosas claras con él - contradije con convicción
-Ana! No vas a ir vestida así- negó con la cabeza molesta, solo me llamaba por mi nombre cuando algo le molestaba
-Usa este!!! - me arrojó un vestido verde de tirantes
-Me voy a morir de frio- alegue viendo mi reflejo luego de probarme el atuendoEra otoño y el vestido era escotado además de corto, aunque su color resaltaba el tono de mi cabello y mi piel.
-No aceptaré un no como respuesta, puedes usar abrigo!!! - me miraba con seriedad
Realmente nunca podía llevarle la contraria a Lu, era la mujer más terca y persuasiva que conocía; así que termine cediendo.
...
Tengo que calmarme, me repetía una y otra vez de camino a la dirección que Eliot me había enviado, tenia calor, mis manos temblaban, a medida que el taxi avanzaba la ciudad y su habitual casos iba quedando atrás, abriéndole paso a la calma de la naturaleza que rodeaba este lado de la periferia, mis nervios no cesaban y mi cabeza estaba divagando en que sería lo que le diría al hombre que era mi profesor y con quien pase una noche que me había marcado.
-Señorita, es aquí - dijo el conductor, así que pague y me baje del auto para descubrir que se trataba de un restaurante.
Me apresure a entrar cuando note el helado viento y como mi piel se erizaba a su paso; en la entrada una chica me preguntó si tenía reserva.
- a nombre de Eliot Towers-Entonces, la chica me guio por un pasillo bellamente iluminado, y abrió una puerta, pasé a la habitación y era un reservado con luz tenue, de fondo sonaba un piano, la vista daba a las montañas iluminadas por la luz de la luna, era bellísimo el lugar.
Estaba admirando el reservado y la vista que tenía en frente, cuando unas manos tomaron mis hombros y una voz me preguntaba - ¿Te gusta? -
-Me encanta- respondí, me gire para verlo y estaba más guapo que de costumbre, vestía unos pantalones negros con camisa azul claro y abrigo negro. No pude evitar sonreír al verlo!
-Permíteme- decía mientras me quitaba el abrigo y él lo tomaba para dejarlo a un lado junto con el suyo.
En el momento que me vio sin el abrigo, me percate que apretaba su mandíbula, aparentemente mi aspecto le resultaba igual de atractivo que el de él a mi.
Tomamos asiento, uno frente al otro, un camarero entró y nos sirvió una copa de vino.
-Querías hablar no es así? - dijo e inmediatamente recordé por qué estaba ahí, me acomode en el asiento
-Lo siento por lo de la otra noche, me deje llevar por el momento y fue... - inicié pero me interrumpió
-Yo siento que te hayas ido sin despedirte a la mañana siguiente, es lo único de lo que deberías arrepentirte- su mirada se tornaba profunda, aunque reflejaba cierta molestia.
-emm, te dije que no quería molestarte- respondí.
Me miró con severidad cuando entre dientes dijo - Ana, me molesto que te vayas así y me molestó más cuando luego me llamaste, "un error" -
-eh, es que eso no debía pasar, tengo novio! - me justifique
-Lo sé Ana, lo se perfectamente! Pero eso no lo hace un error- dijo mientras su mano tomaba la mía sobre la mesa, su voz inicialmente seria con la ultima frase se había relajado un poco
-Llamaste mi atención desde el primer día que te vi en mi clase, y se que tampoco te soy indiferente, no veo cual es el error aquí- cuestionaba
-Eliot, yo... Yo no estoy segura de esto- dije cuando aparte mi mano y cortando el contacto entre nosotros.Nuevamente un camarero irrumpió en la habitación, esta vez traía unos platos con comida.
-comamos- dijo Eliot volviendo a su tono de seriedad
Acabamos la comida en un total e incomodo silencio, sentía que el ambiente bonito y sereno del lugar contrastaba con el momento tenso, así que decidí ponerme en pie e irme.
-Gracias por la cena, pero creo que fue un error venir- dije, sintiendo una ligera desilusión por como había resultado esta conversación, realmente no tenia idea de que esperaba realmente, pero se sentía mal.
Cuando me disponía a salir, Eliot maldijo y me alcanzó antes de que abra la puerta del reservado; con avidez me pego a la madera de la puerta y me beso, ese beso derribó cualquier pensamiento sensato que habitaba en mi y lo correspondí con igual ímpetu.
-¿Acaso no ves lo que me provocas? - reprochó agitado separándose unos centímetros de mi boca
-Eliot- no pude decir más, pues me silencio con un beso, aun más voraz que el anterior.
Incapaz de resistir más pose mis manos en el cuello de Eliot y lo bese con las ganas que llevaba reprimiendo hace tiempo.
El momento subió de tono rápidamente y cada beso, cada caricia me hacían desearlo más.
-¿que quieres Ana? - preguntó - dímelo-
-A ti- respondí mientras su boca jugaba con mi cuello y sus manos acariciaban la piel descubierta de mi espalda.
Su mano soltó mi cuerpo como buscando detrás mío, seguido a eso escuche como ponía el pestillo.
Mis manos que habían tomado vida propia, desabrocharon su camisa dejando al descubierto su perfecto pecho, las suyas recorrían mis muslos hasta toparse con la tela que cubría mi sexo, la deslizó hacia abajo despojándome de ella, mientras el se hincaba quedando a la altura de mis caderas, posando su boca en mi centro, succionando el punto más sensible de mi cuerpo, obligándome a arquear la espalda y arrancándome un gemido que intente reprimir.
-Ana dime que quieres- ordenó sin parar de darme placer con su boca
-Follame por favor- dije en un tono suplicante
De inmediato se levantó y me tomo por la cintura moviéndonos hasta la pared mientras se desabrochaba el pantalón.
-Date vuelta- ordenó
Obedecí, inclinando hacia delante mi espalda para darle vía libre a mi me entrada, sujeto mi cadera y me embistió, suavemente permitiendo que mi cuerpo se acomodara a su miembro.
Entraba y salía de mi cada vez más fuerte y más rápido, sus embestidas eran salvajes, arrancándome gemidos qué silenciaba con su mano sobre mi boca.
-Oh Eliot, no aguanto más- dije
Fue ahí cuando sus movimientos se intensificaron aún más
- Déjate ir nena- me ordenaba mientras un orgasmo estremecía mi cuerpo, un momento después, el también acabó en mi, reposando su pecho en mi espalda.
Me ayudó a acomodar mi vestido y se vistió con rapidez, nos incorporamos como si nada hubiese pasado... Eliot quito el seguro de la puerta y me sirvió otra copa de vino.
-Ven conmigo a mi apartamento esta noche- pidió mientras comíamos el postre.
Ya había perdido el control de la situación, ya se había avivando la llama de la lujuria y el deseo que tanto quise apagar y esta vez no intentaría apagarla, quería arder, arder con él.
Así que acepté! simplemente no podía negarme, no después de lo que habíamos hecho.
Había algo en el que me atraía, quizá era su físico, la sensación de peligro, lo dominante que era o lo excitante que resultaba toda la situación, no sé, pero quería probarlo, hasta descubrirlo.
Al poco tiempo dimos por acabada la cena y nos retiramos en su coche rumbo a su casa.
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Diario de una confesión
RomansaMi historia no es suave, ni armoniosa; tiene sabor a insensatez, locura, confusión, como la vida de aquellos que no quieren mentirse más a sí mismos. Ana era hermosa e inteligente, ya había encontrado a su príncipe azul y lo tenía todo o al menos e...