Capitulo 23

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El día siguiente Eliot tenía otro regalo para mi, esta vez era un diminuto traje de baño negro, creo que era mas un regalo para el!! Me lo probe y me quedaba muy bien, mi cuerpo estaba en su mejor momento, pese a que era bajita a lado de Eliot (yo mido 1,65 cm y él 1.95) mi cuerpo estaba bien trabajado y el bikini que había escogido lo demostraba.

-Perfecta- pronunció apoyado en el arco de la puerta apenas me vio, detallando e de pies a cabeza y elevando mi temperatura con la Minuciosa exploración visual a mi cuerpo.

-Tu no te quedas atrás- dije con una sonrisa, pasando a su lado en tanto mi mano acariciaba su pecho perfectamente torneado

Ya estábamos en la playa cuando Eliot me aplicaba bloqueador en la espalda, sus caricias mientras lo aplicaba eran insinúan tes, sus manos recorrían con esmero mi cuero, haciendo un particular énfasis en aquellas zonas erogenas que él tan bien ya conocía, su simple toque ya me encendía tanto qué al rato lo estaba besando hambrienta y con descaro, total la playa no estaba tan concurrida!!

Nuestro beso se Interrumpio cuando oímos unos gritos de auxilio que venían del mar, Eliot corrió al agua para ayudar a la persona, la playa estaba casi vacía en ese momento y mi hombre siempre ayudaba, eso era algo que me enamoraba más de él, cuando salió del agua traía una mujer en brazos qué aparentemente se habia desmayado.

La dejó sobre la arena, de inmediato la reconocía,era Maitte y no reaccionaba así que Eliot me práctico algunas maniobras de resucitación, pero ninguna la despertaba, agitado le dio respiración boca a boca y la mujer se agarro a él de inmediato dándole tremendo beso.

-cariño me salvaste- le dijo cuando lo soltó y las pocas personas que se habían acercado a ayudar empezaron a aplaudir

La rubia estaba aferrada al cuerpo de mi novio, mientras el la revisaba cerciorandose de que se encontraba bien.

Yo incapaz de seguir ahi, me gire y empecé a caminar de regreso al hotel, no quería ver ni a esa mujer, ni a la escenita que había montado, obviamente al momento Eliot me alcanzó.

-Ana espera ¿a donde vas? -

-A la habitación, no quiero ver su show- conteste molesta

-Nena, sabes que solo la ayudaba, fue ella quien me beso- me dijo en tono de disculpa

-Siempre hay un pretexto para besarte aparentemente - dije con ironía - Pensé que ahora solo eran "amigos" - reclame mientras hacía las comillas con mis dedos

-Lo somos-respondió

-Pues no parece ¿te gustaría que yo tuviera amigos así? Se supone que ella no molestaría, dijiste que así sería- continúe reclamando mientras mis ojos se llenaban de lágrimas, estaba furiosa y decepcionada de Eliot.

Comemzo a caminar detrás mio intentando alcanzarme para seguir hablando.

-Déjame, necesito calmarme- le dije brava, tratando de contener las lagrimas que se arremolonaban en mis ojos.

Me fui a la habitación, tomé un vestido y salí a caminar por la ciudad, intensionalmente deje mi celular porque no quería hablar con Eliot en ese momento.

...

Cuando regrese ya era de noche, abrí la puerta de la habitación y Eliot estaba sentado en un sofá algo ebrio, al verme se paro de inmediato y me tomo del brazo

-donde carajos estabas Ana? Te busque por horas, te llamé y habías dejado tu teléfono aquí- empezó a reclamarme evidentemente molesto

-Necesitaba despejarme y calmarme Eliot, crees que me gusta ver como te besa esa mujer cada que te tiene cerca, como se acerca o la forma en que me habla- respondí soltandome del agarre con un movimiento brusco

-Te dije que ella no me importa, acaso no basta eso? Que quieres? - me preguntó levantando la voz

-Que te alejes de ella, que la alejes de ti- conteste elevando la voz más que él

-No puedo hacerlo del todo- respondió con frustración mientras pasaba sus manos por su cabello y se giraba como tratando de contenerse

-Supongo entonces que tiene razón, solo soy tu distracción del momento, la amas a ella- grite

-Te amo a ti, joder Ana, solo te amo a ti- decía caminando hacia mi, cuando estuvo lo suficientemente cerca comenzó a acariciar mi cabello

-¿Por qué no puedes alejarla entonces? - insistí sin poder entender

-Porque no Ana, no puedo! Entiéndelo... Pero tu, tu mi amor lo eres todo para mi, nunca pensé sentir tanto por alguien- me beso apenas pronunció la última frase.

Me separe con un fuerza de su agarre y me gire tratando de tomar distancia y calmar mis sentimientos qué se paseaban entre ira, celos y amor.

Si alcance a dar tres pasos es mucho, cuando de nuevo Eliot me tomo de la cintura  y se abalanzo sobre mi, empujando nuestros cuerpos hacia la pared.

La ira en mi me hacia forcejear ante su agarre y sus besos, pero el me sujetaba con más fuerza y me ajustaba a su cuerpo de una forma tan dominante, que entre más forcejeabamos más excitante se tornaba la situación.

Pronto la ira fue reemplazada por el deseo, sus manos rompieron mi ropa, dejándome a merced del hombre hambriento que estaba sobre mi, me pego más a la pared y una de sus piernas se encargo de separar las mías mientras una de sus manos sostenía mis brazos sobre lo cabeza y la otra sujetaba mi muslo al rededor de su cadera, me penetro de inmediato y los gritos que ese contacto provocó en mi, fueron ahogados por sus besos, soltó mis manos para que pudiera agarrarme bien a su espalda y tomó mi otra pierna con fuerza, eso hizo que fuera más profundo en mi interior y mi cuerpo se arqueaba del placer.

-Eres mía y yo soy tuyo- decía entre venidos, mientras arremetia con fuerza hacia mi interior.

-Tuyo- repitió en mi oído guiando mi orgasmo estalló.

Este hombre tan sensual y dominante sabía como satisfacerme y esa noche se encargo de demostrarmelo.

Creo que descargamos toda la frustración que mutuamente nos habíamos provocado entre gemidos y besos, pues al día siguiente ninguno estaba molesto y pudimos disfrutar nuestro último día en la playa.

Diario de una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora