Capitulo 8

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Las clases siguientes del Sr. Towers, fueron más tranquilas de lo que espere, me ignoró, no hacía preguntas, seguía con su actitud intimidante y con su típico mal humor, pero nada más.

De vez en cuando su mirada se encontraba con la mía pero la evadía enseguida, quizás no quería que confundiera las cosas, de seguro para él también había sido cosa de tragos y de una sola noche.

Eso me dio un pequeño alivio, no quería que nadie sospechara nada!!! Pero en el fondo, muy en el fondo una parte de mi estaba decepcionada, ¿de que? No se, pero lo estaba.

...

Iba por los jardines del campus de camino a la cafetería donde me vería con Julia cuando alguien grito mi nombre

-Ana!!!-

Al girarme vi al hombre acercarse a mi.

-Hola guapa!- me saludó con un beso en la mejilla

-Max, hola! que haces acá?- Indague

-Buscando al cabezota de Eliot, lo has visto?- me preguntó

Negue con la cabeza

-Tienes tiempo para un café?- me invitó

-Lo siento, ya quede con una amiga- me disculpe

-Ok, te veo luego!- se despidió y se dirigió en dirección opuesta a la mía

Seguí mi camino hasta la cafetería, en la puerta me encontré a Paul

-Con quien hablabas hace rato?- me cuestionó

-Era un conocido, buscaba a alguien- dije restándole importancia

-Hola tortolitos- nos saludó Julia invitándonos a sentar

No podíamos parar de reír con las cosas que Julia decía mientras esperábamos nuestra orden

-Orden para Ana Johnson- dijo en voz alta un trabajador

Me levante a recoger el pedido mientras Julia y Paul esperaban en la mesa

-Señorita Johnson- pronunció Eliot a quien tomaba la bebida que estaba en el mostrador

-Buenas tardes profesor- saludé

-Por qué te fuiste así de mi apartamento el otro día?- Soltó la pregunta mientras  sus ojos se clavaban en los míos

-Como?- pregunte sorprendida por lo directo de la pregunta.

-Responde!- ordenó

-Se que fue un rollo de una noche culpa de los tragos que habíamos bebido- respondí nerviosa

-No tenias que huir, ¿por quien me tomas?- dijo serio

-No quería incomodar, se como funcionan las cosas- me di la vuelta para retirarme 

-Eso es mío- dijo señalando divertido el vaso que tenia en la mano

-Oh perdón- me disculpe extendiendo la mano para devolverle su bebida

Su mano rozaba  la mía haciendo el amague depara tomar el vaso, el simple contacto erizó mi piel  e inconscientemente me mordí el labio inferior.

-No te muerdas el labio así, o vamos a repetir lo de la otra noche- susurró

Trague grueso con su afirmación.

-Ana, por cierto esa noche yo estaba sobrio- dijo antes de irse

-Te veo luego!- se despidió

Me quedé estática, como si hubieran pegado mis zapatos al piso, el peso de las palabras de Eliot y todo lo que acababa de suceder, avivó la mecha de la lascivia que llevaba tratando de apagar desde que me fui de su apartamento.

Unas palabras y un leve roce de su mano basto para provocarme ese calor que tanto me atrajo la primera vez.

-Que pasó amor? Por que tardas tanto? - Paul había llegado, no se hace cuanto pero su voz me saco de mis pensamientos.

-podemos salir de aquí? Tengo Calor- le dije

Pasamos el rato en los jardines del campus y luego Paul me llevó a casa.

-Puedo pasar? - me preguntó

-Claro, ven- lo invite a seguir

Empezamos a ver una película en mi habitación, todo iba normal hasta que Paul comenzó a besarme.

Le correspondí los besos y las caricias tratando de disfrutar el momento, pero mi mente me traicionaba cada qué cerraba los ojos, imaginaba besar otros labios, tocar otro cuerpo uno que me excitaba muchísimo.

Abrí los ojos de inmediato, debía concentrarme en el hombre que tenía en frente, en disfrutar de él como hacia antes, debía probarme qué Paul era justo lo que necesitaba, debía olvidar el encuentro con Eliot y lo haría borrando su rastro, con el del hombre que tenia en frente, el hombre que amaba.

Me senté a horcajadas sobre Paul mientras mis manos recorrían su pecho desabrochando cada botón de su camisa, mi pelvis se rozaba contra su entrepierna mientras lo hacía y nos besábamos.

Desabroche su pantalón liberando su erección, me acomode sobre su miembro y baje la cadera de un solo golpe, comencé a moverme hambrienta de placer, sus manos paseaban por mi espalda mientras su boca repartía besos por mi cuello, provocando qué arquera la espalda y cerrará los ojos

Nuevamente el recuerdo de su cuerpo golpeó mi mente, la forma como agarraba mis caderas para poder penetrarme con más intensidad, sus gruñidos de placer.

-Ana no puedo aguantar más - dijo agitado Paul justo antes de que estallara su orgasmo

Cuando su respiración se estabilizó me beso de manera dulce peinando mi cabello con sus manos.

Yo quería seguir, necesitaba terminar también pero Paul me dijo que estaba cansado y efectivamente se quedó dormido al rato, dejándome más caliente que antes.

Me obligue a dormir también, con la sensación de insatisfacción y la frustración que todo el encuentro con Paul me provocó.

Sentí en ese momento como había fracasado tratando de borrar el recuerdo de Eliot de mi cuerpo, y es que lo que me prendió tanto horas antes  no lo provocó el hombre que ahora yacía dormido a mi lado.






Diario de una confesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora