Narra Anna:
Solo eran las 16hs de la tarde y yo había permanecido con la mirada clavada en la pantalla brillante de mi notebook, ya me quedaba sin globos oculares de lo poco que estuve parpadeando mientras buscaba información al principio, y después simplemente del asombro por las actualizaciones que obtenía de cada página, web y blog que encontraba; si bien la información era mínima de tanto leer lo mismo me dolía la cabeza.
Aparecían cosas como "los espíritus más característicos de los griegos son: Baco, Athenas, Zeus, Poseidón, Hades, Ares, Afrodita, etc".
Nada acerca de esa deidad que tanto captaba mi atención, ni siquiera s parecía a Hades, el dios del inframundo, pero no es él.
Así que busque en la dirección electrónica que aparecía en la tarjeta que Nahara me había regalado esa misma mañana. Entre a la página y busque si tenían algún libro digitalizado acerca de las deidades griegas o grecorromanas, solo aparecían algunos artículos de estudiantes referidos al arte o a la organización social de ambas culturas. Admito que no leí el artículo entero de esos estudiantes porque no me interesaba mucho pero leí por arriba y no encontré nada referido a esa deidad o espíritu en particular. Y de los libros que tenían ahí solo mostraban la caratula con la descripción.
Se me hacía consoladora la idea de ir a la biblioteca, llevaba mucho tiempo que no iba a una que estuviera fuera de mi escuela, además leyendo un poco acerca de esta en particular, había sido creada para abastecer de información de todo tipo a las universidades que estaban en las cercanías, si bien actualmente cada universidad tenía su propia biblioteca seguía siendo muy reconocida por los estudiantes universitarios que en más de una ocasión terminaban en sus salas estudiando o investigando. La idea de estar en ese lugar averiguando o investigando cualquier cosa me llenaba de entusiasmo, seguro que nadie molestaba con charlas o llamando la atención.... Hablando de molestar
-¿Dónde estarán? –pregunte en voz baja mirando hacia la ventana cerrada, esperando que se abriera y aparecieran; no es que llevara una eternidad sin verlos, pero eso me preocupaba, me daba la impresión de que había sucedido algo.
Suspire y me prepare para ducharme, a ver si así lograba despejarme un poco, recién eran las 18hs, tenía todo el derecho a relajarme un poco.
Narra Kuro:
-Tú –había murmurado esa extraña mujer envejecida y mirándome directo a los ojos. Busque con la mirada una respuesta por parte de los demás Guardianes pero todas parecían igual de sorprendidos igual que yo, o puede que un poco más que yo. Como la conversación con esa anciana era inútil ya que no parecía estar en esta dimensión de la vida, comencé a levantarme y cuando conseguí quedarme de pie vi que era mucho mayor que la anciana pero aun así ese respeto ancestral que sentía por ella no se iba; no importaba mi altura o fortaleza, esa mujer hacía temblar al más fuerte de los nuestros.
Jack- ¿Cómo te puedes mover?
Kuro- Descansaba para poder regresar a mi guarida ¿recuerdas que te lo dije? –le pregunte mientras le devolvía el abrigo que me había prestado, aunque fuera de Norte. Creo que lo tomo de manera automática.
Me di la vuelta para retirarme, no tenía ganas de seguir ahí, era un lugar demasiado luminoso para mi gusto, además estaba esa anciana....
Norte- ¿Te vas? –pregunto ¿acaso no es obvio?
No le conteste, simplemente crují mis dedos y pegando un salto crecieron de mi espalda un par de alas cubiertas de escamas y comencé a volar, me dirigí a la abertura que tenía el dibujo del continente sudamericano y me fui aleteando tan fuerte que generaba fuertes vientos en el interior del túnel, hasta me había dado la impresión de que alguien me nombraba, pero no me iba a asegurar, ahora mismo debía recuperarme y hacerme cargo de cosas que descuide durante la noche.
Narrador Omnisciente:
Horas antes un ser hecho de sombras y oscuridad caminaba en círculos dentro de una cueva oscurecida con algunos rayos de luz de una tonalidad ocre, tenía en ceño fruncido, parecía preocupado y de vez en cuando miraba a su alrededor como esperando que de entre las sombras apareciera alguien, así su dorada mirada se paseaba a su alrededor cada vez que el viento producía algún sonido cuando chocaba con las paredes de la gruta.
-Se está tardando mucho –dijo ese ser oscuro volviendo a dar vueltas en círculos. Tras varios minutos, volvió a escrutar en la oscuridad esperando, sin ningún tipo de justificante que alguien apareciera.
-Si no apareces pronto tendré que salir a buscarte –suspiro frustrado.
Ya que si este lúgubre ser salía a buscar a quien esperaba con tantas ansias significaría poner en peligro su existencia y la del resto de los seres que son como él; aunque no estaba del todo seguro que pudiera evitar algo que se aproximaba letalmente a él.
El sujeto en cuestión atravesó una zona de sombras y termino al lado de un planeta Tierra creado con piedras, cuyos continentes flotaban imitando perfectamente al planeta en cuestión. Levantando la mirada se encontró con una parte de la luna que se asomaba por la abertura que se situaba en lo más alto de ese escondite
-¿Qué quieres de mí? ¿No he cumplido mi misión hace ya bastante tiempo? ¿Cuánto tiempo piensas dejarme solo? –pregunto a la estructura que flotaba muy distante y en un universo completamente distinto de donde estaba este sujeto suplicante frustrado por respuestas.
Miro al suelo con sus manos cruzadas en la espalda, encorvado susurro:
-¿Cuánto tiempo piensas guardar silencio?
Levanto la mirada nuevamente, la tierra se movía y alejaba a la luna de la abertura apagando el brillo que había iluminado el rostro de dicho sujeto. Y con una risa de lado amargada mientras todo se oscurecía a su alrededor, dijo:
-Supongo que siempre fue así, vieja amiga.
Y esas fueron sus últimas palabras antes de que la oscuridad lo absorbiera dejando el brillo de sus ojos arder unos segundos antes de abandonar ese lugar.
Y así este sujeto de sombras abandono su escondite, solo se escuchaba al viento de vez en cuando.
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Escondida entre las Sombras.
De TodoYo se que en el fondo todos nos hemos refugiado, en algún momento de nuestra vida, en lo más oscuro de un lugar o de nosotros mismos. Siempre dicen que esconderse es malo...no lo se, pero tengo que decir que viví mucho en ese sitio. "La memoria es...