Narra Anna:
Y así daría comienzo lo que sería el primer trabajo donde iba a tener un jefe o superior que me controle. Solo que mi primer jefe sería una bruja que me hacía tiritar de miedo cuando me miraba como si fuera un mundo por descubrir. Realmente me ponía muy nerviosa, ni empezaba a trabajar y ya apestaba todo.
Mire por la ventana estando acostado, se terminaba mi fin de semana y no había tenido información nueva de los Guardianes o de Kuro, por mi todo okey, tal vez estaba dejando de verlos. La luna brillaba intensamente y la mire mientras se me caían los párpados cerrándose mientras una sensación de preocupación por esos espíritus se anidaba en mis pensamientos.
Narrador omnisciente:
A la mañana siguiente nuestra protagonista se preparó para ir al colegio, por suerte era público y no tenía que usar ningún tipo de uniforme, asique vestida y más despierta baja con sus padres que terminaban de desayunar y trataban de despertar a su hermana menor que estaba vestida y sentada pero que se le seguían cerrando los ojos. Al sentarse su padre le acercó una taza de leche con matecocido y la saludo con un beso en la frente. Su madre la saludo con la mano desde la cocina mientras se ponía la campera agarra su bolso.
- Buenos días Anna –saludo su madre- No vayas a llegar tarde. –la beso en la mejilla y se dirigió a la puerta acompañada por su hija menor y por su esposo.
Anna escuchó los sonidos cuando cerraban la puerta y después escucho al motor mientras el vehículo se alejaba de la casa. Todo el edificio quedo en silencio pero Anna estaba incomoda, bebió de su taza y cuando termino subió a buscar su mochila, en ella guardó los libros de las materias que tenía en ese día y antes de cerrarla vio los pergaminos que yacían sobre la mesita de luz, dudo un segundo antes de agarrarlos, guardarlos en una bolsa y tenerlos en la mochila.
Salió por la puerta del patio para saludar a Black y darle de comer. Y después abrió la reja y se encamino hacia la parada del colectivo que la llevaría a la esquina de su escuela.
Narra Anna:
- Te quedan 10 minutos –le hablo a la nada mientras miraba la hora en su celular y terminaba mirando por la esquina donde aparecería su colectivo. – O voy a llegar tarde –dijo tratando de convencer a nadie en especial.
Expulse vaho al suspirar, acomode mi gorro y me dedique a mirar mis pies. Kuro y Jack a parecieron en mi cabeza, me estaba empezando a preocupar, era muy raro no tenerlos alrededor. Recapacite buscando alguna cosa que hubiera podido hacer para no verlos, además de pelearme con ellos; y lo que me vino a la cabeza fue el rostro de Selene. No quería volver con ella a no ser que me ofreciera información o un trabajo interesante.
Con mi mano enguantada agarraba la piedra de amatista que colgaba de mi collar.
Ya en el instituto me dedique a excusarme tanto con la preceptora como con la profesora por llegar media hora tarde, por milésima vez volví a explicarle que no importaba cuanto madrugara si el colectivo no cumplía su horario y por millonésima vez tuve que aceptar sus retos, amenazas y la imposición de un castigo que me encantarían le dieran al conductor del colectivo que hace lo que quiere.
Al entrar al salón de la segunda planta mis compañeros silbaban elogiándome por hacerles perder tiempo de clase, a lo que respondí suspirando y sentándome en mi lugar, al fondo a mi derecha, al lado de una ventana que daba directamente al jardín que tenían los del taller de botánica, lo único florecido eran las rosas, las otras plantas eran primaverales por una cuestión estética.
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Escondida entre las Sombras.
RastgeleYo se que en el fondo todos nos hemos refugiado, en algún momento de nuestra vida, en lo más oscuro de un lugar o de nosotros mismos. Siempre dicen que esconderse es malo...no lo se, pero tengo que decir que viví mucho en ese sitio. "La memoria es...