La segunda generación de la tribu creció y con ellos llegaron nuevas alegrías , tristezas, amores, desamores y el peligro de un pasado que amenazaba con regresar para destruir su armonía y felicidad, pero sobre todo amenazaba las vidas de sus miembr...
Melinda sonrió de una manera pícara, pero Melanie hizo como que no se dio cuenta y se quedó en silencio por un momento, no podía creer lo que estaba escuchando y de pronto, se le vino a la mente que Andrew debía estar enterado de su situación gracias a sus padres y se sintió avergonzada. No quería que nadie supiera que sufrió violencia doméstica y menos el chico que le gustaba, pero resultaba que ese chico era el hijo de sus protectores.
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Andy la miraba con ojos penetrantes, llenos de amor y anhelo, pero Melanie que no conocía de esos sentimientos, los confundió con lástima y pesar por ella, así que tomó a Amelia de los brazos de Andrew y se disculpó.
- Lo lamento, debemos volver a casa cariño, fue un placer conocerle señor Logan y disculpe las molestias que le ocasionó éste pequeño tornado
- Espere por favor, no se valla
- ...!
Andrew tomó a Melanie del brazo y con ojos suplicantes le pidió que se quedara. Melinda, tratando de buscarle una oportunidad al joven, lo secundó.
- Hija, qué pasa? Acabamos de llegar y los niños no han disfrutado de los juegos
- Ti mami, alemás no me has coteido mi oto
- ...
- Por favor, déjeme hacerlo por usted
Andrew sin esperar una respuesta, puso a Riley en el piso, tomó el rifle que Melanie había dejado en el mostrador para tomar a Amelia en sus brazos y guiñándole un ojo a las dos pequeñas, les regaló una sonrisa que a Amelia la hizo sonreír y a Melanie le hizo temblar las piernas. El chico disparó tres rondas perfectas y se ganó seis animales de felpa, causando la alegría en Amelia y Riley y una sonrisa brillante en el rostro de Melanie, y en el de Melinda, al ver a su adorada Mel siendo completamente feliz por primera vez en su vida, desde que sus padres murieron. El que no estaba feliz era el administrador del puesto, que los miraba con cara de pocos amigos y pedía al cielo para que el chico se fuera lo más lejos posible, antes de dejarlo en quiebra.
Amelia estaba feliz con sus dos animalitos, un oso y un conejo y Riley con su tigre y su León, a Melinda le tocó una jirafa y a Melanie, una cebra bebé, que Andrew balanceaba frente a ella haciendo una voz chistosa mientras le preguntaba si quería ser su mamá adoptiva. Melanie se rio de la ocurrencia del hombre y tomó la pequeña cebra en sus brazos y le agradeció por dársela.
- Gracias, por la cebra bebé, es muy linda
- Qué bueno que te guste
- Nunca me habían regalado un animal de felpa
- ... Pues me alegra ser el primero
- ...!
Melinda se llevó a los niños a comprar helados y ni Melanie, ni Andrew se dieron cuenta, ambos estaban enfocados en el otro y cuando él se acercó más a ella, ella se puso nerviosa y algo en su estómago se revolvió, era como si tuviera cientos de mariposas dentro de ella y al sentir el rostro de Andrew cerca del suyo, sus piernas temblaron como si fueran de gelatina.