La segunda generación de la tribu creció y con ellos llegaron nuevas alegrías , tristezas, amores, desamores y el peligro de un pasado que amenazaba con regresar para destruir su armonía y felicidad, pero sobre todo amenazaba las vidas de sus miembr...
Decklan devoraba la boca de Nova con tanta desesperación y necesidad, se sentía ebrio de felicidad, había esperado durante varios meses por una verdadera demostración de amor de aquella hermosa mujer, que lo tenía enamorado desde que eran unos niños, y finalmente su paciente espera rendía frutos.
Nova se sentía extraña, en su pecho había una mezcla de sentimientos que no lograba definir, se sentía molesta por escuchar que a Decklan le parecía bella otra mujer que no fuera ella y tenía ganas de matarlo, pero a la vez, los besos y caricias del hombre la estaban enloqueciendo y quería más de él, así es que dejó de lado su enojo y se dejó llevar por aquellos besos que le quitaban el aliento y sin darse cuenta, lo fue atrayendo hasta su cama.
Decklan no pudo evitar caer sobre ella cuando ella se tropezó con la cama y cayó en ésta, pero él era un caballero y no quería abusar de la confianza de ella ni de la de sus padres, así que intentó levantarse tan rápido como cayó, pero Nova no lo dejó. Para sorpresa del chico, la muchacha enroscó sus brazos alrededor de su cuello y lo besó como nunca antes lo había hecho, Nova estaba siendo más agresiva que nunca y él no sabía cómo debía actuar, lo que si sabia era que quería dejarse llevar hasta donde ella lo llevara, pero tenía claro que no debía.
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- Umm... aahh Nova... no hagas esto linda yo... aahh
- Shiii, cállate, solo bésame
- Amor... hhuu por... por qué te comportas así?
- Con un demonio, podrías dejar de ser tan respetuoso!!
- Qué??
- Te estoy dando la pauta para que me irrespetes un poco y tú sigues negándote
- ...! Yo...
- Sabes qué, olvídalo
Nova se levantó de la cama hecha una furia y se dirigió al baño, Decklan la miró sin comprender las palabras de la mujer y se quedó sentado en el borde de la cama con los dedos entrelazados y sumido en sus pensamientos.
«Ay mujer, si supieras que me muero por faltarte al respeto, pero no debo, te amo demasiado como para apresurarme, el día que seas mía, será cundo estés completamente segura de tu amor por mí...»
